VALÈNCIA. (EP). El Gobierno ha confirmado que actuará como frontera europea en el tratamiento que dará a los migrantes rescatados por el Aquarius y que se dirigen a València, lo que implica que no se pueden descartar expulsiones.
Así lo ha confirmado la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, tal y como habían avanzado este jueves a Europa Press fuentes conocedoras del operativo, que señalaron que España actuará de acuerdo al Código de Fronteras Schengen, la Ley de Extranjería y su reglamento de desarrollo.
De este modo, Celaá ha insistido en que no puede descartarse que algunos de los 630 migrantes que se encuentran a bordo del Aquarius y que llegarán este domingo al puerto de València, previsiblemente antes de las 11,00 horas, puedan ser expulsados y devueltos a sus países de origen, en el caso de que tengan antecedentes penales o prohibición de entrada.
"Nada es descartable, todo el mundo conocerá si tiene estatus de refugiado, si es inmigrante económico, incluso si efectivamente tiene delitos que le hacen acreedor a ser expulsado", ha precisado.
Celaá ha asegurado que España va actuar "con toda la normalidad" como frontera europea en cuanto a protocolos sanitarios y policiales, y ha precisado que la "única excepcionalidad" es que se trata de "un acto profundo y solemne de solidaridad y de prestación de auxilio" con las 630 personas que fueron rescatadas en el Mediterráneo por el buque Aquarius.
Esta excepcionalidad, según señalaron a Europa Press las mismas fuentes, sí que implica que los migrantes del Aquarius entrarán en el país invitados por el Gobierno español por razones humanitarias y contará con un permiso inicial de estancia de 90 días, tal y como recoge la normativa europea y nacional. Pasado ese periodo, a los que no reúnan los requisitos para residir en el país se les abrirá un procedimiento para su expulsión.
El Aquarius llegará este domingo 17 a Valencia, previsiblemente antes de las 11,00 horas, según ha matizado la portavoz del Gobierno, y los migrantes serán atendidos por personal sanitario antes de bajar del barco.
El jefe de la Unidad de Emergencia de Cruz Roja, Íñigo Vila, ha precisado a Europa Press que el procedimiento que habitualmente se sigue cuando la llegada se produce en un puesto fronterizo --como es el caso del puerto de València-- es que Sanidad Exterior, que es quien tiene competencia, "suba al barco para entrevistarse con el personal médico que está asistiendo a los migrantes". Tras ello, los médicos traspasan la documentación sobre los heridos y las patologías del pasaje para que sean valoradas.
Celaá ha asegurado que los ocho ministerios implicados en esta crisis humanitaria han trabajado "coordinados de manera ejemplar", con el Ministerio de Fomento a la cabeza del operativo, que será el que coordine en tierra las actuaciones pertinentes.
La portavoz del Gobierno ha subrayado que el ofrecimiento de España para acoger a los 630 migrantes del Aquarius se ha hecho "por respeto a la dignidad de las personas" y ha añadido que lo han asumido como "un verdadero catalizador, símbolo y aldabonazo para que Europa tome cartas en el asunto".
"No es un asunto español ni italiano ni griego, es un asunto europeo, somos Europa, hemos dado puerto seguro porque las personas estaban en peligro", ha agregado.
La vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, ha señalado este viernes que en las tres reuniones de coordinación celebradas hasta el momento ante la llegada de la flotilla del Aquarius los representantes del Gobierno central no plantearon que se iba a aplicar la ley de extranjería a estas personas.
Ha indicado que la representación del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social señaló que se permitiría la entrada de estas más de 600 personas a España por razones humanitarias y, seguidamente, se les ofrecería la posibilidad de declarar su voluntad de solicitar asilo, con lo cual conseguirían la protección y el plan de acogida asociado.
Así se ha pronunciado en la rueda de prensa posterior al pleno del Ejecutivo valenciano al ser preguntada por el futuro de las personas que viajan a bordo del Aquarius, después de que la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, señalara que algunas podrían ir a centros de internamiento de extranjeros (CIE).
Según Oltra, esa solicitud de asilo "tiene toda la lógica" porque no se está hablando de un barco "que llega a este país" y se encuentra en aguas nacionales, sino que "vienen al puerto de València porque ha habido una intervención política de las instituciones españolas para que se dé ayuda humanitaria a estas personas y puedan llegar a un puerto seguro".
"El tratamiento, ya de inicio, no es el mismo: es el Gobierno el que ha determinado que estos barcos vengan al puerto de València", ha dicho, por lo que considera que "no es una cuestión de extranjería, es una cuestión de derecho humanitario".
"No han llegado aquí y nos las hemos encontrado en el puerto, a estas personas las ha llamado el Gobierno de España", ha incidido, señalando que este hecho marca la diferencia entre optar por una vía u otra a nivel legal.
Oltra ha explicado que, aunque el estatus que se dé a estos migrantes no es competencia autonómica, en todo momento los responsables del Gobierno central plantearon que "había diversas soluciones" y una de ellas era acogerse al plan de asilo, ante la "situación de emergencia y excepcionalidad" que se ha producido.
"Eso es lo que se ha hablado en las reuniones", ha dicho, precisando que en la reunión con Calvo, en la que ella estuvo presente, esta no dijo delante suya que algunos de esos migrantes irían a un centro de extranjeros. Sobre los planes del Gobierno, ha dicho, no puede decir "más allá de lo que expresa en las reuniones, si ven alguna contradicción no soy yo la persona que puede dar claridad a eso".
Ha subrayado que la posición del Consell sobre los CIE es la que le marcan Les Corts Valencianes, que emitieron en septiembre de 2017 una declaración en la que pedían instar al Gobierno a cerrar estos centros y poner fin "al racismo institucionalizado" que representan.
Preguntada sobre si considera que podría haber un agravio entre estas personas que llegarán el domingo a València y quienes son interceptados procedentes de pateras, ha señalado que ir a un CIE es "un agravio para todo el mundo" que es llevado a alguno de estos centros.
En todo caso, ha destacado que el Aquarius "está en camino" y eso "hace un mes habría sido imposible". "Esperemos a que lleguen, estamos planteándonos qué pasará de aquí a dos semanas o un mes", ha dicho, cuando se está ultimando el operativo de recepción, asistencia sanitaria, psicológica y jurídica, y ha incidido en que estas personas "van a tener toda la protección que necesita un ser humano que ha pasado por lo que han pasado".
Ha indicado que ahora se están abordando "las próximas 72 horas" y ha destacado que "antes el Gobierno se negaba a acoger personas y ahora lo ha permitido, eso es una buena noticia". Ha destacado que el hecho de que en 2015 la Generalitat ya preparara una operación para la acogida, en ese caso de refugiados sirios y que no se llevó a cabo al no autorizarla el Gobierno, ha hecho que en tres días se pueda tener ahora "todo preparado". "Es como de justicia poética", ha dicho.
Respecto al coste del operativo, ha señalado que Cruz Roja tiene un convenio marco con el Gobierno de España con una dotación económica en virtud del cual se sufragarán los gastos, más allá de lo que puedan aportar entidades privadas. La parte que afecta a niños y adolescentes sí la asumirá el gobierno valenciano.
Por último, sobre las palabras de Carmen Calvo en las que señalaba que no debía haber presencia de políticos a la llegada del Aquarius y si considera que era necesaria esa llamada, ha afirmado no saber si era o no necesaria pero si tuvo la necesidad de expresar eso "es porque sí era necesaria, no lo sé".
En todo caso, ha indicado que "lo que se debe estar es coordinando y no molestando, no estorbando". Por la parte que le toca, ha agregado, ella estará en la base operativa del Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI) en un edificio de la Marina.