VALÈNCIA (EFE). Las elecciones del pasado 28 de mayo trajeron un hecho inédito desde que se constituyó la Conferencia de Presidentes hace casi dos décadas: por primera vez un partido en la oposición, en este caso el PP, podría intentar forzar al Gobierno a convocar este órgano "de máximo nivel político".
La novedad de la situación actual es que el primer partido de la oposición, que lo seguirá siendo si la investidura de Alberto Núñez Feijóo no prospera, gobierna en más de la mitad de las comunidades -como la valenciana- y ciudades autónomas, en concreto en 13 de 19, tras el vuelco electoral del 28M.
El vigente Reglamento de la Conferencia, aprobado por unanimidad en la reunión de La Palma de marzo de 2022, establece que "será convocada por el Presidente del Gobierno, por propia iniciativa o a petición del Comité preparatorio o diez Presidentes de comunidades autónomas y ciudades con Estatuto de Autonomía".
En el Ministerio de Política Territorial subrayan que la potestad de convocar la cumbre de líderes autonómicos es del jefe del Gobierno y apuntan que los presidentes de las comunidades pueden pedirle que lo haga.
Fuentes de este departamento han manifestado a Efe que "la Conferencia de Presidentes es un órgano de consenso y colaboración" y "está para forjar consensos", como quedó demostrado durante la pandemia de covid.
"No contemplamos que el PP lo utilice para intentar hacer emboscadas, porque eso iría en contra de la cultura de colaboración que justifica la existencia de la conferencia", han señalado.
La Conferencia de Presidentes, que su actual Reglamento califica como "la clave de bóveda" del sistema de cooperación entre Administraciones públicas, nació en 2004 por iniciativa del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero como un intento de normalizar el diálogo entre los ejecutivos central y autonómicos.
"El objetivo era institucionalizar un espacio de encuentro que había demostrado una inmensa utilidad en países con modelos descentralizados de toma de decisiones", como refleja también su Reglamento.
Hasta ahora, la Conferencia siempre se ha reunido por iniciativa del presidente del Gobierno, las cuatro primeras veces por José Luis Rodríguez Zapatero, la quinta y la sexta por Mariano Rajoy y las restantes veinte por Pedro Sánchez, en 17 ocasiones entre marzo y octubre de 2020 -todas por videoconferencia excepto la de San Milán de la Cogolla (La Rioja) del 31 de julio- en lo peor de la pandemia de covid.
En la última, la de hace un año y medio en La Palma, que fue la primera en 10 años en que los 17 presidentes autonómicos se reunían en una Conferencia de forma presencial, Sánchez y los líderes autonómicos acordaron intensificar medidas como las rebajas fiscales para amortiguar el impacto de los precios de la energía en los recibos de familias y empresas.
Desde entonces, representantes de varios partidos han reclamado o sugerido una nueva convocatoria para abordar diversos temas.
Entre ellos el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para quien este es el órgano en el que se deben abordar los asuntos que afectan a todas las comunidades.
Feijóo ha asegurado recientemente que en caso de presidir el Gobierno, en su primera Conferencia de Presidentes plantearía un cambio en la manera de gestionar y coordinar los incendios forestales.
Otro presidente popular, el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, demandó en marzo pasado una Conferencia de Presidentes para abordar los incendios forestales, mientras su compañero de partido y presidente andaluz, Juanma Moreno, avanzó en junio que solicitaría al próximo Gobierno la convocatoria de este órgano para abordar las necesidades y carencias del sistema público sanitario en España, entre ellos la falta de personal.
El dirigente popular andaluz también planteó en mayo la necesidad de que, en cuanto pasaran las elecciones autonómicas se convocase una Conferencia de Presidentes para abordar el problema de la sequía.
En el PSOE, el entonces presidente de Aragón, Javier Lambán, envió en abril a sus homólogos y al ministro de Sanidad, José Miñones, un documento con el que quería abrir el debate sobre el futuro de la sanidad pública, que debería tomar cuerpo en una Conferencia de Presidentes.
Más atrás en el tiempo, en octubre de 2022, el Partido Regionalista de Cantabria de Miguel Ángel Revilla solicitó al presidente del Gobierno que convocase cuanto antes la conferencia para escuchar y coordinar, entre otros asuntos, el "caos" que, en su opinión, se estaba produciendo con las rebajas fiscales autonómicas.
Que el primer partido de la oposición controle más de la mitad de los gobiernos autonómicos es algo que hasta ahora solo había sucedido en una ocasión en más de cuatro décadas de democracia.
Fue durante los menos de diez meses que trascurrieron entre la formación, en el verano de 1995, de los gobiernos autonómicos salidos de los comicios autonómicos de aquel año, y la elección de José María Aznar como jefe del ejecutivo en mayo de 1996 en sustitución de Felipe González, cuando el PP presidía nueve comunidades autónomas y la ciudad de Melilla.
Antes, el PSOE sí había tenido un poder territorial equivalente e incluso superior, cuando entre las autonómicas de 1983 y 1995 -salvo 1989- presidió de forma continua entre nueve y hasta 13 gobiernos autonómicos, y después el PP consiguió lo mismo entre 2011 y 2015, pero en ambas ocasiones el mismo partido controlaba a la vez el ejecutivo central.