El 21 de mayo se celebrará una jornada de conciertos diurnos con un cartel que incluye a bandas insignia del rock urbano de la década de los noventa como Porretas y Los de Marras, y en la que también destaca el regreso a los escenarios de los sevillanos Narco y los valencianos Sujeto K
VALÈNCIA. Los años noventa se recuerdan, entre muchas otras cosas, por el resurgimiento del rock urbano español y por la aparición de grupos que escogían y mezclaban a voluntad punk, hardcore, heavy metal, ska, rap, música electrónica y lo que les echaran. Eran tiempos de promiscuidad musical, sin la obsesión por los revivals de géneros pretéritos que llegaría más tarde. Existía un interés legítimo por testear combinaciones que en aquel momento eran inéditas. Así, muchos de los festivales que empezaron a surgir a mediados de la década de los noventa, como el Espárrago Rock de Granada o el Viña Rock de Villarrobledo, compartían en sus carteles propuestas clásicas de “rock estatal” con los llamados grupos de “fusión” -los de matices más étnicos o folclóricos- y las variantes más agresivas de crossover: metalcore, rapmetal, funkmetal, etcétera.
Con la idea de revivir el ambiente de aquellos festivales -pero teniendo en cuenta que el público de aquellos eventos rebasa hoy los cuarenta años-, la sala 16 Toneladas de València ha organizado junto al Deleste una jornada de conciertos diurnos que reunirá en los Jardines de Viveros a tres grupos insignia de los noventa -Porretas, Los de Marras y Narco- y al grupo valenciano Sujeto K, que ha regresado recientemente a los escenarios tras nueve años de inactividad. El evento, bautizado como ToneladasRock Deleste, se celebrará el domingo 21 de mayo desde las doce del mediodía hasta las diez de la noche.
“Anteriormente habíamos colaborado con el Deleste para algún concierto puntual, pero esta es la primera vez que nos lanzamos a organizar un evento tan grande fuera de nuestra sala -explica Pepe de la Rueda, promotor y propietario de 16 Toneladas-. El criterio de selección era muy claro: juntar a grupos de los noventa, pero que cada uno aportara algo distinto. El concierto coincide con el regreso de Narco, que han ido evolucionando en su sonido y ahora acaban de sacar nuevo disco. Porretas es un clasicazo del rock urbano nacional, divertido y calimochero, que es el espíritu que se buscaba para el ToneladasRock Deleste. Los de Marras tenían que estar, son uno de los grandes referentes valencianos del rock urbano y no paran de tocar y llenar salas. Por último, Sujeto K es un grupo al que tenemos mucho cariño. Se juntaron de nuevo hace poco y dieron un gran concierto en nuestra sala. Nos pareció que eran perfectos para completar el cartel, porque tienen similitudes estilísticas con Narco y han coincidido en muchas ocasiones”.
La idea de fondo de este evento, según nos explica Pepe de Rueda, es ofrecer un “viaje al pasado” a todos aquellos que siendo adolescentes asistían a festivales como el Viña Rock para ver a este tipo de bandas, pero que ahora ya no lo tienen tan fácil para organizar ese tipo de planes. “Está pensado para reunirse con los amigos de la época, pero también para asistir con las familias. La entrada es gratuita para los menores hasta doce años (el ticket general tiene un precio de 20 euros), y el recinto contará con puestos de comida y zonas de descanso.
La polémica expulsión de Vikingo MD, cantante principal y cofundador de Narco, y la posterior disolución del grupo en 2019, sumada a la inmersión de algunos de sus miembros en proyectos paralelos -Forza la Mákina, Kadravra y en especial el de Curro Morales con Califato ¾- llevaba a pensar que la banda sevillana había cerrado definitivamente su trayectoria, jalonada por ocho discos de estudio entre Satán Vive (1996) y Espichufrenia (2017). Sin embargo, y para sorpresa de muchos, la veterana banda de rap metal resurgió de sus cenizas en 2022 con un nuevo álbum (Parásitos) y una formación renovada con la incorporación de El Tragabuche en los teclados y de Rey Ezequiel, que acompaña en las voces a Curro Morales (Distorsión Morales).
Aunque Narco fue una de las primeras bandas españolas que introdujeron la electrónica dentro del potaje crossover metal, lo cierto es que este último disco es el más “rave-punk” de todos los facturados hasta la fecha por esta formación surgida hace casi treinta años años en el barrio de La Macarena. Junto a las colaboraciones con el productor de electrónica eRRe (“P.A.M.!”) y las incursiones en el drum’n’bass (“Hermanos Gómex”), el disco cuenta con colaboraciones con otros artistas como María Relator o Javi Ferrara de Parquesvr, así como de El Sicario y Chato Chungo, quien fue uno de los primeros vocalistas de Narco. En cuanto al espíritu de las letras, nada en ellas parece indicar que bajen marcha, excepto quizás “Supervivientes de la Escena Fatal”, donde entendemos que hablan de las distintas maneras de hacerse mayor cuando has sido siempre un “ficha”.
Surgidos en 1991 en el barrio periférico madrileño de Hortaleza, Porretas es una banda fácil de rastrear en los carteles de los festivales de rock urbano de los últimos treinta años. Apadrinados de Rosendo y herederos de las bandas primigenias del género como Barón Rojo, Los Suaves, Obús y Leño, sus letras siempre han cumplido las mismas premisas: orgullo obrero, letras directas sin ambigüedad alguna, y celebración de los bares y la cerveza.
Con más de quince discos a sus espaldas, Porretas son un clásico que enlaza de forma natural con el público de Los de Marras, referente valenciano del rock urbano junto a sus antecesores Transfer. Aquí pasamos del orgullo de clase de Hortaleza, al de Benicalap. Surgidos en 1995 y con siete discos en su haber, las letras comparten con sus coetáneos rockeros el lenguaje natural de la calle y la mezcla de compromiso social con celebración de la vida birra en mano. Según sus propias palabras, “letras directas, emocionales, desgarradas y viscerales, donde todo el mundo se siente representado de alguna manera sin tener que recurrir al diccionario para comprenderlas”. Podemos conocer a fondo la historia de la banda en esta entrevista publicada por Javier Caro en Culturplaza el año pasado.
Los valencianos Sujeto K no son estrictamente una banda de los noventa -nacieron en 2005-, pero a lo largo de su trayectoria coincidieron en muchas ocasiones con el resto de los grupos que conforman el cartel de esta primera edición del ToneladasRock Deleste. De hecho, su propuesta miscelánea de punk, metal, reggae, funk y electrónica tiene claros puntos de concomitancia con Narco. Su tercer y último disco fue Sujetrónika (2014), en el que incorporaron a su base drum'n'bass, disco y techno.
El pasado mes de marzo llenaron la sala 16 Toneladas. Era su reencuentro con los fans tras nueve años de ausencia. Javi (bajista) y Tol -cantante del grupo y conocido también por su proyecto paralelo para público infantil Ramonets- explican a Culturplaza que fue la morriña de la pandemia la que les animó a volver a juntarse. “Nos tenemos muchísimo cariño, somos una banda que nunca ha discutido ni ha tenido malos rollos. Así que, cuando nos encerraron, empezamos a valorar las cosas que nos faltaban”. “Decidimos volver a tocar un día en una de esas video-birras que hacíamos en esos tiempos de pandemia -dice Javi-. La idea, eso sí, era volver para divertirnos, sin presión, eligiendo bien los bolos que nos apetece hacer”.
“El ansia de hacer algo grande en la música ya se nos ha pasado -reconoce por su parte Tol-. Ahora tocamos únicamente para disfrutar, y esta idea de juntar a bandas de los noventa nos gusta mucho porque hubo unos años en los que todos nosotros estábamos rodando por ahí, y coincidimos en muchas salas y festivales. Con Los de Marras, de hecho, hemos compartido locales en Alboraya”. Será como estar de nuevo en familia, nunca mejor dicho.