VALÈNCIA. El dramaturgo y director de escena argentino Pablo Messiez escribe y dirige La voluntad de creer, una obra que toma como punto de partida la película Ordet (Carl Theodor Dreyer, 1955) para aproximarse a la muerte y la resurrección. La propuesta, reconocida con el Premio Max 2023 al mejor espectáculo de teatro, está programada en el TEM los días 16 y 17 de diciembre.
“Con esta maravillosa y premiada propuesta, el Teatre El Musical cierra la programación del año 2023 con un balance muy positivo, agradeciendo el buen respaldo del público valenciano que ha llenado de nuevo la sala en este tramo de temporada y con la satisfacción de haber cumplido los objetivos marcados atendiendo a los compromisos de calidad, contemporaneidad y diversidad en la programación, así como el respaldo a la creación local, la formación y la mediación social desde la cultura”, ha declarado el director artístico del teatro ubicado en el corazón del barrio Cabanyal-Canyamelar, Juanma Artigot.
La trama arranca con el regreso de Sudamérica de la menor de cuatro hermanos vascos acompañada de su mujer, argentina y embarazada. En la casa familiar, las cosas siguen más o menos igual de mal que cuando se marchó: la mayor está postrada en una silla de ruedas, vive amargada en un mundo que no comprende, y la otra hermana, que se autodefine como “soltera, poeta y borracha”, tampoco parece pasar por un buen momento. El menor sigue sosteniendo que es Jesús de Nazaret, pero sus hermanas consideran que ha enloquecido por exceso de lecturas de Kierkegaard. Con este contexto como marco, la gestación se empieza a complicar hasta que desencadena en tragedia, pese a los intentos del doctor del pueblo por evitarlo.
“El montaje juega con la percepción del espectador, de modo que la propia función es una puesta a prueba de su fe. Demasiadas veces se ha dicho que el teatro es mentira. Vamos a intentar decir otra cosa”, avanza el autor de un montaje que toma su título de un fragmento del juicio a Juana de Arco.
Según el film dirigido en 1963 por Robert Bresson sobre la mártir francesa, cuando le preguntaron cómo supo que la voz que oía era la de un ángel, ella contestó: “Porque tuve la voluntad de creer”. Para Messiez esta es una buena definición de la actuación, de modo que su propuesta pone el foco en el rol del público como dador de sentido en el conjunto del acto teatral.
A partir de este paradigma se formulan preguntas como la relación existente entre voluntad y fe, qué es lo que hace que algo sea verosímil y qué papel ocupa la voluntad en la sugestión.
Messiez se ha inspirado para su premiada pieza en la obra de teatro La palabra, de Kaj Munk, pero especialmente, en su adaptación al cine por parte del danés Carl Theodor Dreyer, ganadora del León de Oro de Venecia en 1955 y que en opinión del dramaturgo argentino, “termina con una de las escenas más bellas y de verosímil más osado que yo he visto”.