ALICANTE (EFE). Cada verano es "un reto colosal" para localidades como Xàbia, Benitatxell, Benissa, Moraira o Dénia, municipios acostumbrados a la "normalidad" del invierno y que reciben un 'boom' de turistas que llegan a cuadriplicar la población de la comarca cuando llega el mes de junio.
Ante eso, Poble Nou de Benitatxell ha sido el último en intentar regular la afluencia de turistas: ha instaurado desde este pasado 1 de abril una tasa para aquellos coches que entren a la cala Moraig, en la que todo aquel que aparque tendrá que abonar 12 euros, excepto los residentes.
No es la primera en regular los accesos a las playas. El Ayuntamiento de Xàbia aprobó el año pasado esa misma tasa, esta vez de 9 euros, para aquellos coches que quieran acceder hasta la cala Granadella y la cala Portitxol, aunque el pasado verano se pudo acceder gratis debido a que quedó desierta la licitación para realizar este servicio.
El alcalde de Xàbia, José Chulvi (PSOE), asegura en una entrevista a EFE que esta no es la única medida que el ayuntamiento ha potenciado en los últimos años, pues se ha impulsado un plan de Gestión Litoral en el que se han ido aprobando medidas para "no morir de éxito" por la masificación del turismo.
Así, Chulvi relata que con este plan se ha aprobado una regulación del ruido en la mar para evitar que los barcos lleven grandes altavoces y se han "sentado" con las empresas de kayak, que han pasado de 6 a 18 en un año, para buscar un "equilibrio" entre el turismo y la conservación del paisaje.
Indica asimismo que si bien hasta 2015 se destinaba dinero a promocionar turísticamente la ciudad, ahora ya no, y ese montante ha ido a regular y a mejorar la sostenibilidad del turismo.
Desde entonces, Xàbia ha impulsado Projecte Posidònia, una aplicación móvil que permite conocer dónde se puede fondear un barco y dónde no porque atacaría a la posidonia, o ha balizado las cuevas marinas para impedir que entren barcos a motor.
Con el dinero ahorrado en promoción, también se ha puesto un campo de boyas de fondeo en cala Sardinera y se han impulsado de la mano de la Diputación medidas para que los coches no puedan aparcar en la calzada, incide el regidor de Xàbia, una ciudad de unos 30.000 habitantes que llega a los 120.000 en julio y agosto.
De hecho, insiste en que hasta hace dos años los vehículos estacionados sólo dejaban un carril para circular por el cap de la Nao, con el consiguiente peligro vial.
También señala que ya existe una colaboración con el Ayuntamiento de Dénia para regular las visitas a la Cova Tallada, una pequeña cueva marina bajo el parque natural del Montgó cuyo acceso está regulado desde hace tres veranos y a la que se tiene que acceder mediante una reserva gratuita.
Defiende, del mismo modo, que Xàbia ha sido "pionera" en la ordenación de las calas desde 2016, y que este pasado verano también se le sumó cala Blanca, además de Granadella y Portitxol, las más conocidas.
Para Chulvi, el propósito de estas medidas no es sancionar, sino "tener un control y sobre todo un equilibrio para disfrutar del mar", porque lo que no puede crear la proliferación de kayaks o tablas de 'paddlesurf' es "un caos", defiende el alcalde.
Por ello, defiende que los remanentes creados por el ahorro en promoción han ido a parar a campañas de concienciación sobre la importancia de la posidonia o "en cómo actuar" en el parque natural del Montgó.
Así, expone que esta normativa, como el turismo, "está viva" y evoluciona, y concluye que muchas de estas medidas se deben sobre todo al boom de turistaL nacional e incluso regional que ha llegado a Xàbia, Dénia, Moraira, Benissa o Calpe tras el covid.
"Para muchos éramos desconocidos hace cinco años, pero ahora hay momentos en que si no hay un orden, se hace complicada la gestión, que se lleva sólo con el objetivo de disfrutar la experiencia en la ciudad".