MADRID. (EP) La moción de censura encabezada por Pedro Sánchez registrada el pasado viernes será admitida a trámite por la Mesa del Congreso en su reunión del lunes, y a partir de ahí se abrirá un plazo de dos días por si otros grupos quieren presentar otras mociones con candidatos alternativos.
La fecha del debate la fijará la presidenta del Congreso, Ana Pastor, hablando con el candidato, pero en todo caso no podrá ser antes de los cinco días siguientes desde su presentación, lo que descarta que esa sesión plenaria se celebre la próxima semana. Será por tanto en junio, que es cuando el presidente Mariano Rajoy había planeado celebrar el Debate sobre el estado de la Nación.
La legislación establece que la moción de censura es un instrumento que sirve para formalizar la exigencia de responsabilidades políticas al Gobierno y que tiene una serie de normas: para presentarse requiere la firma de al menos una décima parte del Congreso (35 diputados) y el nombre de un candidato a la Presidencia, se permite proponer sobre la marcha otras mociones con otros aspirantes, y al final para triunfar es preciso sumar la mayoría absoluta (176 votos).
La moción de censura del PSOE, que va firmada por sus 84 diputados, presenta la candidatura de Pedro Sánchez con un escrito motivado justificando su presentación. El texto, una vez calificado por la Mesa del Congreso, será enviado tanto al presidente del Gobierno como a los portavoces de los distintos grupos parlamentarios. De hecho, Ana Pastor, ha convocado una reunión de la Junta de Portavoces dos horas y media después de la reunión de la Mesa.
El órgano de gobierno de la Cámara abrirá un plazo de dos días siguientes para dar la oportunidad de presentar mociones con candidatos alternativos, para las que se exigen los mismos requisitos y que, en su caso, se debatirán conjuntamente.
Para dar tiempo a este proceso, la votación de la moción o mociones de censura no podrá tener lugar antes de cinco días desde la presentación del primer escrito. Y si hubiera más de una moción de censura, se votarán según el orden del presentación, pero en todo caso, sólo saldrá adelante la primera que reúna la mayoría absoluta, lo que exige el apoyo de 176 diputados.
Pedro Sánchez ha hecho un llamamiento a todos los diputados del Congreso, incluyendo a los de partidos independentistas. De entrada, tiene asegurado el apoyo sin condiciones de los 67 diputados de Unidos Podemos, y de los cuatro de Compromís, con lo que cuenta con 155 votos. Se da también por seguro el voto de Nueva Canarias, socio electoral del PSOE que aporta un diputado y que, eso sí, no quiere que se alteren los acuerdos que llegó con el Gobierno de Rajoy para los Presupuestos.
A partir de ahí, y una vez que Ciudadanos se ha desmarcado de la moción de censura, el PSOE necesita asegurar el apoyo de los independentistas catalanes de ERC y del PDeCAT, que suman 17 votos y que exigen respeto para su presidente de la Generalitat, Quim Torra, y al final todo dependerá del PNV, cuyos cinco votos ya fueron determinantes para que Rajoy sacara adelante sus presupuestos.
El debate de la moción de censura, según el Reglamento de la Cámara, se inicia con la defensa de la propuesta, sin límite de tiempo, por parte de uno de los diputados que firman la iniciativa, y, a continuación, también sin límite de tiempo, podrá intervenir el candidato a la Presidencia propuesto en la moción para que exponga el programa político de su hipotético Gobierno. Aunque Pedro Sánchez no es diputado, nada impide que pueda ser candidato a la Presidencia del Gobierno.
Tras el correspondiente receso que decida la Presidencia de la Cámara, será el turno de los portavoces de los distintos grupos parlamentarios, que contarán con treinta minutos para intervenir y diez minutos de réplica.
Una vez debatida la moción, se procederá a su votación y, en caso de reunir al menos 176 votos necesarios para ser aprobada, la Presidencia del Congreso deberá comunicarlo inmediatamente al Rey y al presidente del Gobierno, puesto que el candidato a presidente se entenderá que ha recibido la confianza de la Cámara.
En caso de que la moción fuese rechazada, los firmantes de la misma no podrán firmar otra durante el mismo período de sesiones, según establece la Constitución, por lo que, en ese escenario, los diputados del PSOE no podrían volver a plantear otra moción hasta septiembre.