Hoy es 7 de octubre
Este lunes se nos fue uno de los penalistas más reconocidos. Este lunes nos dijo adiós Pedro Nácher. Este lunes, la sonrisa de la Ciudad de Justicia se apagó. Este lunes nos dijo adiós un maestro, un amigo.
Para cualquier periodista de tribunales Pedro era un referente. Pero al contrario de lo que la gente pueda pensar, para los periodistas no era la típica fuente. Ni mucho menos. Era ese pequeño, gran, libro gordo de Petete del Derecho Penal. Ese que igual te hablaba de los códigos que te contaba anécdotas imposibles de creer.
Era esa persona a la que podías llamar a cualquier hora para preguntarle qué diferencia hay entre un artículo u otro del Código Penal. Era esa persona, tan especial, que hace que una mañana cualquiera varios compañeros paren a una periodista cada diez metros para comunicarle que Pedro, uno de sus libros gordos de Petete y compañero de recesos, ya no va a volver.
Era esa persona tan especial que ha copado todas las conversaciones de un lunes cualquiera porque nos ha dejado. Ere esa persona que un lunes ha llenado de risas una mesa del Gargallo recordando alguna que otra anécdota que mejor no mentar. Era esa persona que ha hecho que a más de un magistrado se le hayan puesto los ojos vidriosos al saber que no iba a volver.
Era esa persona que nos ha llevado a llamar a sus compañeros de despacho en el día más duro para preguntarles por su carrera, porque Pedro, el libro gordo de Petete, no nos hablaba de temas profesionales…, bueno a veces sí, sino que nos alegraba las esperas muuuuuuy aburridas en la Ciudad de Justicia.
Sí, fue abogado de personas tan conocidas como el diseñador Francis Montesinos. También intervino en casos tan conocidos como Gürtel o el caso Cooperación. Es más, hasta este mismo lunes era el letrado del principal acusado de la Operación Taula, pero aquellos que lo conocimos sabemos que los apellidos ilustres no eran lo importante.
Lo importante para él era su gente. Su despacho. Y los cientos, miles quizás, de clientes a los que ayudó en su dilatada carrera.
Ahora queremos dejar en manos de sus compañeros las últimas palabras dedicadas a un colega de recesos. Nosotros solo diremos una cosa: Adiós Pedro, y gracias por todo.
"Nuestro despacho es un despacho familiar y los letrados, y por supuesto, Cristina, su secretaria, que en el trabajamos llevamos mucho tiempo con Pedro Nácher, eso nos creaba un vínculo muy estrecho entre nosotros, una relación mucho más allá de la habitual de compañeros de trabajo. Pedro era una persona muy grande, evidentemente en todos los sentidos de la palabra, y con una inteligencia privilegiada.
Nos enseñó a evolucionar en una profesión muy dura, y sobre todo a respetar a los compañeros, velar por los clientes, y dignificar una profesión envilecida (como el diría).
Siempre estaba dispuesto a escuchar y ayudar, de eso nunca había duda, 'de aquí no sale Gonzalo' y 'espalda con espalda' eran frases frecuentes.
Hasta el último momento quiso estar al pie del cañón, luchador infatigable le vi enfrentarse a un gran procedimiento defendiendo la inocencia de una persona durante más de tres semanas de juicio al borde de sus fuerzas por una enfermedad que logró superar. Mucha valentía, mucha fuerza y muchos cojones, que se resolvieron con una Sentencia absolutoria para una persona a la cual la sociedad ya había condenado.
Por supuesto, Pedro defendió con todas sus fuerzas la presunción de inocencia como un derecho básico y fundamental, le horrorizaban los juicios paralelos y el daño que estos provocaban.
Echaremos de menos su inteligencia, su presencia y sobre todo su amistad porque a pesar de compartir con el puesto de trabajo sobre todo era NUESTRO AMIGO".