Pedro Sánchez viaja en avión oficial al FIB con la excusa de una reunión "informal" con Puig 

CASTELLÓ. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitó Castellón este viernes en un viaje oficial relámpago en el que hizo uso del avión oficial para un acto protocolario al estampar su firma en el libro de honor del Ayuntamiento de la capital de la Plana y celebrar un encuentro "informal" de 45 minutos con el president de la Generalitat, Ximo Puig. Por la noche, ya fuera de agenda, acudió a los conciertos previstos en la segunda jornada del Festival de Música FIB de Benicàssim, que es lo que motivaba su presencia en la provincia. En el escenario, entre otros, el grupo estadounidense The Killers, del que es muy seguidor el jefe del Ejecutivo.

Tras llegar al aeropuerto de Castellón a las 16.35 horas en un avión de la Fuerza Aérea Española, Sánchez y su amplia comitiva presidencial se desplazaron al Ayuntamiento de Castelló, donde le esperaba una amplia presencia de medios de comunicación y curiosos que no quisieron perderse la visita del jefe del Gobierno. Allí fue recibido por la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, y el propio Puig.

Durante los diez minutos que duró la visita, el presidente tuvo la ocasión de saludar a los miembros de la corporación, salvo a los concejales del PP -que no fueron expresamente invitados- y atender las reivindicaciones históricas de la ciudad por parte de Marco, en especial las referidas a las infraestructuras como el Corredor Mediterráneo, la liberalización de la autopista AP-7 y la dignificación de las Cercanías con el norte y el sur de la provincia. La alcaldesa también le insistió en la necesidad de legislar a favor de los municipios para que los ayuntamientos puedan contar con la financiación justa y de esta manera "impulsar sus políticas públicas", según señalan fuentes municipales.

Sánchez, que rehusó hacer declaraciones antes de dirigirse al recinto del festival y solo permitió la presencia de los medios gráficos en cada uno de los actos programados, se reunió durante algo más de 45 minutos con Ximo Puig en la Casa dels Caragols, sede territorial de la Presidencia de la Generalitat en Castelló, en lo que supone el primer  'cara a cara' que ambos materializan tras la llegada del líder socialista a La Moncloa. Tras esta reunión, de la que no se extrajo ninguna concreción por parte de ambos, el jefe del Consell sí celebró la que considera buena disponibilidad del presidente a atender las principales demandas de los valencianos, sin especificar cuáles y a la espera de la entrevista que próximamente ambos mantendrán en La Moncloa.

Esta última reunión sirvió para completar la agenda oficial programada por el jefe del Ejecutivo en Castellón y, con posterioridad, se dirigió a Benicàssim para continuar con sus estancia, pero de manera privada.

En el corto paseo que separa el Ayuntamiento de Castelló, el presidente del Gobierno, además de atender a los viandantes que querían hacerse selfies para inmortalizar el momento, también tuvo que oír las protestas de un reducido grupo de manifestantes que reclamaban la equiparación salarial de las diferentes fuerzas y cuerpos de seguridad, además de una decena de abogados del turno de oficio, que exigían el abono de los atrasos por parte de la Generalitat Valenciana.