Pepe Gimeno pone el "colofón" a València Capital Mundial del Diseño

VALÈNCIA. Las relaciones entre arte y diseño, qué les conecta y qué les separa, dónde acaba uno y empieza el otro, ha sido un debate constante entre los profesionales que integran estos espacios. Que son cosas diferentes parece un consenso aceptado, pero, ¿es la distancia entre arte y diseño insalvable? La respuesta corta: no. La respuesta larga: la tiene Pepe Gimeno. El Premio Nacional de Diseño inaugura en Fundación Bancaja la exposición Diálogos entre arte y diseño, una muestra que ofrece un recorrido por toda su trayectoria en el que va planteando un espejo entre su obra artística y sus encargos en el ámbito del diseño gráfico, dos islas que están conectadas desde su propio periodo formativo, unos años en la antigua Escuela de Artes y Oficios en los que la palabra diseño era todavía una cosa extraña.

“Salí de la escuela con una sensación tremenda de no saber nada. Esa situación ha marcado mi perfil para siempre. La escasa formación que tuve fue muy de artista, que yo aborrecí, pero más tarde he agradecido. Me ha hecho buscarme la vida y aprender de forma personal y voluntarista, un afán por aprender que he mantenido toda mi trayectoria”. En este sentido, la muestra, que ha sido comisariada por José Miguel Arce, juega a contraponer su obra artística con la gráfica, creando curiosas fotografías en las que une obras como la identidad gráfica del Aeroport de Castelló con una escultura realizada a partir de restos metálicos y cemento; la mítica palmera de Turisme de la Comunitat Valenciana se enfrenta al lienzo Buscando desde lo inexacto el círculo perfecto; o el propio logotipo de Fundación Bancaja, que convive con dos piezas de grafito sobre papel que muestran el torso y espalda de un hombre.

Así pues, algunos de los encargos más icónicos del diseñador conviven con grandes lienzos o esculturas del artista, si es que se puede separar una cosa de la otra. “No es una exposición epatante, es una exposición didáctica, sincera, en la que pretendo mostrar cuál ha sido mi desarrollo de trabajo, mi trayectoria”, relata Gimeno. Integrada por más de un centenar de piezas que van de 1972 a 2022, la exposición compone un relato por su producción y sus influencias, influencias que van del pop art de Warhol, al constructivismo ruso o la Escuela de la Bauhaus, un relato que trata de tender puentes entre estos dos planos de creación. Vistas las conexiones, ¿cuál es la gran diferencia entre una cosa y la otra? “El problema de la gráfica es una disciplina en la que la urgencia, la prisa, el tiempo, es muy importante. Siempre has de acertar. Das respuesta un problema que te plantean. En la plástica tú te haces preguntas y las intentas responder, mejor o peor. En diseño se te exige éxito, acierto. La plástica ha sido una ejercitación, una prueba de lo que luego podía hacer de una manera inmediata”, relata Gimeno.

Esta exposición es la despedida no oficial de València como Capital Mundial del Diseño, un “colofón” que sirve para despedir un proyecto que ha salpicado durante todo el año las salas de distintos centros expositivos de la ciudad. Así lo destacaba la propia presidenta de la asociación, la también Premio Nacional Marisa Gallén, durante la inauguración de la muestra: “Tenemos la certeza de que el interés por el diseño se ha consolidado en los centros culturales de la ciudad”. Con la exposición se cierra un paréntesis que, prácticamente, abrió el propio Gimeno. Fue a principios de curso que inauguró en la fundación Chirivella Soriano la exposición A través de la posverdad, un proyecto artístico que nació con el primer confinamiento, un encierro forzado en el que Gimeno empezó a mirar los artefactos informativos de una manera distinta. Con ellos desplegó un imponente proyecto del que también da cuenta la exposición de Fundación Bancaja, una obra que se enmarca en la producción más reciente del creador… y donde no está sola.

Estas piezas conviven con otro proyecto en el que ha ido trabajando en paralelo, un nuevo acercamiento a la figura humana desde un punto de vista “primitivo”, desnudo, remitiendo a lo salvaje de la condición humana. Un espejo con ese yo del pasado que, sin embargo, responde “en el fondo” de manera igual aunque “en circunstancias diferentes”. Este renovado interés por la figuración es el Pepe Gimeno del futuro, el Pepe Gimeno que mira más allá de lo aprendido. Por primera vez muestra el resultado de este renovado interés por la figuración, unas obras que conviven con otros de sus proyectos icónicos en el ámbito de la creación artística, como aquellas piezas realizadas a partir de restos metálicos, madera o cementos, deshechos a los que da una nueva vida, precisamente, con un acercamiento que se asemeja a lo pictórico. “Es una nueva mirada sobre una materia. Un tapón amarillo es un punto amarillo, un trozo de plástico es una mancha de color”, relata Gimeno. Y son esas miradas, todas las que contiene, las que se despliegan en Diálogos entre arte y diseño.