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doble exposición

Pinazo y Pinazo

El Museo de Bellas Artes de Valencia y la Fundación Bancaja acogen en sus sedes una exposición en dos partes que resalta la vertiente "más audaz"del maestro

4/10/2016 - 

VALENCIA. “Agradezcamos a los que ignoran, pero que sinceramente forman sus juicios a veces contradictorios respecto a nuestras obras y que siempre han dE redundar en favor nuestro; despreciemos, en cambio, las de los perfectos ignorantes, hijos de su vanidad y vil interés”. Hoy hace 120 años que Ignacio Pinazo pronunció el discurso De la ignorancia en el arte, calificado por muchos como “incendiario”, tras ingresar como académico en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. Emitido el 4 de octubre de 1896, es también un 4 de octubre, pero de 2016, cuando el Museo de Bellas Artes de Valencia y la Fundación Bancaja inauguran una doble exposición sobre la historia y el retrato en la obra del pintor valenciano, que podrá verse hasta 8 de enero de 2017 en los dos espacios y que forma parte del Any Pinazo, que conmemora el centenario de la muerte del creador.

Con un perfil más transversal y social en Fundación Bancaja y más introvertido y complejo en Bellas Artes, en la que “se enfrenta a si mismo”, explicó el director de la pinacoteca, comisario y bisnieto del artista, José Ignacio Casar, las muestras Pinazo. La historia y el retrato. De la gran tradición al modernismo y Pinazo. De la gran tradición al modernismo: el retrato son dos caras de la misma moneda. Pinazo y Pinazo. Algunas de las piezas destacables de la primera son La Caridad (Santa Mónica), perteneciente al Museu Nacional d'Art de Catalunya y que por primera vez se ve en Valencia. La pieza, que se ha restaurado específicamente para esta exposición, ha permitido constatar lo que hasta ahora era una anécdota, pues se han encontrado trazos de espátula y de los dedos del pintor, con los que aplicaba la pintura.

También se exhibe por primera vez Últimos momentos del rey don Jaime el Conquistador en el acto de entregar su espada a su hijo don Pedro, en la versión que fue premiada en la Exposición Nacional de 1881 y que es propiedad del Museo del Prado. La pieza, que ha llegado a Valencia custodiada por la Policía y para cuyo montaje ha sido necesario el trabajo de ocho operarios, está acompañada por la versión de menor tamaño hoy propiedad de la Diputación de Valencia y por 16 óleos y 17 dibujos mediante los que abordó la preparación de la pieza. En total, el Museo de Bellas Artes incluye 79 obras que pertenecen, por una parte, al ciclo evolutivo de su pintura histórica y, por otra, al ciclo biológico de la imagen del pintor desde la tradición al modernismo.

El retrato para identificar a maestros

Por su parte, comisariada por el catedrático de la Universitat de València Javier Pérez Rojas, la exposición de Fundación Bancaja, integrada por 52 obras, genera un mapa en torno a la producción de retratos del maestro valenciano. “Las mejores obras de Velázquez, del Greco y de otros artistas, así antiguos como modernos, vemos que el retrato, tanto individual como de costumbres, ha sido la piedra de toque para conocer el mayor o menor grado de talento, observación y sentimiento de cada artista, y no nos referimos a los cuadros artísticos y fabulosos porque en ellos predomina la erudición”, explicaba el propio Pinazo en De la ignorancia al arte. En esta sede se exhiben por primera vez en los últimos cincuenta años los retratos de María Pampló, María Teresa Laval, El tío Capa, la Condesa de Trénor y dos retratos de Emilia Marqués.

“Hay tres razones por las que la iniciativa conjunta tiene un especial valor: el reconocimiento a la obra de un artista que es uno de los grandes, la importancia de la colaboración entre instituciones culturales para llevar a cabo proyectos de gran envergadura y por la propia exposición, que revela la maestría de Pinazo en la técnica del retrato”, indicó Rafael Alcón, presidente de la Fundación Bancaja. Es en la “verdad” de sus retratos, el naturalismo con el que presenta a la mayoría de sus protagonistas, donde reside una pequeña revolución que lo llevó a la gloria. “El retrato es uno de los géneros más complejos, solo los grandes maestros lo han llevado a cabo con éxito”, indicó Pérez Rojas. No en vano, con el retrato del comerciante José María Mellado logró la primera medalla en la Exposición Nacional de Madrid de 1897.

La exposición muestra al pintor valenciano que supo desarrollar un nuevo discurso pictórico sin olvidar sus afinidades con maestros como Velázquez, Ribera o Goya. Ignacio Pinazo Camarlench se presenta como un pintor audaz, con fuertes referencias a la tradición pictórica leída e interpretada a través de su conocimiento de las colecciones del Museo de Bellas Artes de Valencia, capaz de enfrentarse con austeros medios a los nuevos problemas plásticos que se anunciaban a finales del siglo XIX y hábil para finalizar un periodo de pintura histórica, proponiendo relatos que conectan con el presente tanto desde puntos de vista simbólicos como plásticos.

En la muestra han colaborado con la cesión de obras el Museo del Prado, el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), la Diputación de Valencia, la Casa Museo Pinazo, el Museo Sorolla, el Ayuntamiento de Godella, el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí, el Congreso de los Diputados, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, el Círculo de Bellas Artes de Valencia, Lo Rat Penat, el Museu Municipal d’Alzira y coleccionistas privados, además de los fondos del propio Museo de Bellas Artes de Valencia y de la Fundación Bancaja. Hora de disfrutar de Pinazo. Y de Pinazo. 

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