VALÈNCIA. Hace seis años, en julio de 2017, los piratas llegaron a Gandia. Durante los tres días que estuvieron en la ciudad, 6200 personas se acercaron atraídos por las melodías de estilo roquero que amenizaban su estancia; incluso hubo unas 3500 que prefirieron acampar cerca de donde emergía la música. Desde entonces, cada verano, a excepción de 2020 y 2021, han vuelto. El polígono Benieto se ha convertido en el escenario de su visita y este año les espera del 12 al 15 de julio con algo que celebrar: el quinto aniversario del Pirata Beach Festival.
"Para nosotros ha sido una apuesta económica y musical muy ambiciosa", señala Duke Abengozar, director y uno de los socios fundadores del Pirata Beach Festival. Hace ocho años, según recuerda, surgió la idea de crear el festival. "Le pusimos el nombre de Pirata Rock, pero la cosa se quedó en agua de borrajas", cuenta. El proyecto se llegó a proponer a la administración local, pero no fue hasta 2017 cuando les llamaron para organizarlo. Aunque con mucha prisa y poco presupuesto, ese año lograron que varios grupos tocaran en Gandia.
Con el paso del tiempo, el festival ha ido creciendo en diversos aspectos. Además de en metros de terreno ocupado en el Polígono Benieto, uno de los más destacados ha sido el del número de asistentes. Tal y como detalla el director del Pirata, el segundo año acudieron 9.000 personas y 4.500 estuvieron acampadas; el tercero fueron 12.000 y 6.500; y el cuarto 18.000 y 7.000. Para este 2023, a dos días de iniciar los conciertos, la venta de entradas anticipadas se ha agotado, por lo que se esperan 25.000 personas. Más público, pero también más nombres en el cartel musical.
Las entradas para menores de 10 años son gratuitas. Es habitual la asistencia de familias con hijos en el festival. Foto: BORJA ABARGUES
Cuatro escenarios y una carpa de circo
En total, sonarán este año más de 70 grupos y artistas. "El cartel es un coctel bastante grande. Es de losmás eclécticos que he visto, junto con alguno que se hace en Cádiz y alguno del norte", explica Abengozar. En su origen, el Pirata llevaba el apellido de "Rock", algo que le condicionaba a ofrecer bandas de este estilo. Ahora, se apellida "Beach", por lo que, con este cambio de nomenclatura, han logrado desvincularse de cualquier etiqueta. La variedad musical se ha convertido en la particularidad de este festival. Tal y como señala su director, la tendencia del mercado ha influido en la incorporación de nuevos géneros musicales.
"A veces, lo orientamos un poco más al rap; otras le metemos Indie o lo que nosotros consideramos como 'peculiaridades' como pueden ser Andy y Lucas, King África o como Camela el año pasado. Estos grupos que, a priori no encajan, suelen tener una buena acogida entre el público. A la gente le encanta esa chispa divertida, atípica. Así que, en definitiva, hacemos un poco lo que queremos", cuenta Abengozar. En este sentido, mañana, a partir de las 18:30 h, el Sonido de la Cigarra será el primer grupo en tocar y el próximo sábado de 5 h a 6 h serán Ley Dj y Dj Plan B quienes cerrarán el festival en dos escenarios distintos. Pero entre ellos habrá distintas opciones donde elegir.
Durante cuatro días, sonarán canciones de Ska-P, Talco, Ayax y Prok, Desakato, SFDK, Natos y Waor, pero también de Stay Homas, Sidecars o Dorian. Cada uno de ellos tendrá un horario en uno de los cuatro escenarios que se han montado para el quinto aniversario. "Lo que intentamos que no suceda es que dos grupos del mismo estilo coincidan. Pero es que hay setenta bandas. A veces es imposible porque muchos también te ponen la condición de tocar en una franja horaria concreta", explica Abengozar. Además de estos, la novedad de este año es que también habrá un espacio dedicado a la rave y que estará ambientado en una carpa de circo.
El resto de los escenarios serán exteriores: Poliakov, Negrita, Spice Monkeys y Pirata Madrid. "De veintitrés mil personas que vienen, casi dieciséis mil son de fuera de la Comunidad Valenciana. Así que hemos puesto el de Madrid para hacer un poco de promoción del siguiente festival", señala Abengozar. Este 2023, los piratas no solo visitarán la capital de la comarca de la Safor, sino que amplían su viaje para instalarse el 6 y 7 de octubre en la capital del país. El Auditorio Miguel Ríos de Rivas Vaciamadrid será el que acoja los conciertos de los doce grupos que conforman el cartel del Pirata Madrid Festival.
Destino: Madrid
Aunque ambos provienen de la misma empresa, el festival de Madrid es un proyecto distinto al que se vivirá ahora en julio en Gandia, aunque mantiene la esencia roquera de la primera edición de 2017. Se plantea sin zona de acampada y únicamente tendrá dos días de conciertos. Se trata, tal y como explica Abengozar, de una "prueba" que está teniendo "muy buena acogida". Es el primer destino de lo que puede convertirse en una distribución por distintos puntos del país. "No es la única ciudad que tenemos en mente, pero tenemos que hacer las cosas con mucho cuidado porque un mal golpe nos puede sacar de la carretera", indica.
La expansión de nuevos proyectos ya estaba prevista en 2020. Sin embargo, la pandemia paralizó el proceso. "Hizo mucho daño. Ese año en Gandia iba a ser la edición para poder consagrarse como festival. Es decir, lograr los recursos económicos para poder mantener la oficina, a los trabajadores y que ellos, a su vez, pudieran empezar a tener planes de futuro. Cuando llegó la pandemia, futuro no teníamos ninguno", recuerda Abengozar. A pesar de que en 2021 hubo un intento de celebrar el festival, finalmente fue cancelado y la cuarta edición pasó a 2022.
"Ahora tenemos la oportunidad de volver a ponernos a tono. Si esto lo comparamos con un atleta, hemos estado dos años con una pierna rota y, aunque nos hemos recuperado, la primera carrera, la del año pasado, no la hemos hecho bien. Teníamos secuelas. Ahora saldremos a correr, pero creo que será el año que viene cuando podamos estar en pódium", expresa el director del festival. El rumbo que pretenden seguir para 2024 es aumentar el número de asistentes; pero también incrementar la media de edad en los conciertos, lo cual deriva en la búsqueda de grupos y artistas que acerquen al nuevo público.
Con el paso de los años, el Pirata ha cambiado de nombre; ha ampliado terreno y escenarios para los conciertos; ha incorporado nuevos géneros musicales, además del rock o de la electrónica. Para Duke Abengozar estas transformaciones son fruto de una evolución que siempre ha mantenido una misma esencia: el equipo de personas que hace posible el festival. Aunque este año se preparan para el abordaje en Madrid, entre los planes de estos piratas, festivaleros y eclécticos se mantiene el objetivo de consolidarse en Gandia; el lugar al que llegaron, por primera vez, hace ya seis años y desde donde estos días celebran su quinto aniversario.
Foto: BORJA ABARGUES
