TIEMPOS POSMODERNOS / OPINIÓN

PISA 2022: una realidad incómoda para España

Más allá de los rankings, lo que muestran los datos es el continuo deterioro en la formación de nuestros hijos.

10/12/2023 - 

Hace unos días se volvieron a publicar los resultados del informe PISA, en su edición de 2022, que se elabora por la OCDE. Su interés radica en la evaluación y comparación internacional de casi 700.000 alumnos de 15-16 años, de forma rigurosa y recogiendo también información socio-económica sobre los estudiantes. En cada edición, se centran en un aspecto concreto, a la vez que recogen las tres dimensiones básicas (matemáticas, lectura y ciencias) desde hace más de 20 años, lo que permite disponer de una serie temporal nada desdeñable. En 2018, el tema principal fue la lectura (aspecto que España no evaluó correctamente y que quedó excluido) y en 2022 son las matemáticas y las etapas necesarias para aplicar el razonamiento matemático a la vida real. Y es que las preguntas que se hace a los alumnos en las pruebas de PISA son siempre prácticas, destinadas a que lo aprendido para responder a situaciones concretas. 

Además del informe general, hay fichas por países que, después, son completadas y desagregadas por cada uno de los participantes. En el caso de España, está disponible en la web del Ministerio de Educación, aunque hay que decir que las imágenes y gráficos tienen tan mala calidad que son de difícil lectura.

En la Tabla 1 se resumen los resultados de España y la media de la OCDE desde 2012. Los resultados de las pruebas, según la puntuación obtenida, se sitúan en 6 niveles, del 1 al 6, siendo el 6 el nivel más alto de conocimientos. Lo verdaderamente relevante son las “colas” o extremos. Lo ideal es que haya un porcentaje pequeño de estudiantes con niveles inferiores a 2 y que, en cambio, el mayor número posible alcance el 5-6 el mayor número posible. 

Cabe señalar que los resultados de 2022 han sido bastante malos en todos los países, seguramente reflejando los efectos de la covid-19.  España ha quedado alrededor de la media de la OCDE (por ejemplo, en ciencias, 485 puntos frente a la media de 487). También se parece a la media (lamentablemente) el porcentaje del 21% de alumnos con habilidades científicas muy bajas. Respecto a los más capacitados, sólo un 4% de nuestros alumnos llegarían a niveles 5-6 ( y menos del 1% llegan al 6), mientras que la media de la OCDE es un 6%. En matemáticas y lectura, los estudiantes destacados son al menos un 8-9% en la OCDE, mientras que en España no pasan del 5%. Por tanto, aunque parezca que nuestros resultados son cercanos a la media, tenemos demasiados estudiantes que no logran llegar al mínimo y muy pocos que destacan. Además, hemos ido empeorando a lo largo de los años.

Por países, en la figura 1 aparecen ordenados atendiendo a los porcentajes de alumnos en niveles más altos. Se puede ver que, en Japón, sólo un 12% de los estudiantes está por debajo del nivel 2, mientras que el 23% se sitúan entre el 5 y 6. Aunque estos resultados son francamente extraordinarios y sólo los superan (fuera de la OCDE) países como Singapur, debería servirnos como referencia. De la misma forma que países como Estonia y la República Checa nos han superado en renta per cápita, también lo han hecho, como puede verse, en sus resultados formativos.

Recomiendo la consulta del informe y las tablas, especialmente las que proporcionan un ranking que incluye tanto a los países como a las CCAA, pues resulta bastante sorprendente. Siguiendo con las matemáticas, el país de mayor puntuación es Japón (536 puntos), seguido por Corea, Estonia y Suiza (con 527, 510 y 508 puntos). A continuación aparece Castilla-León, con 499. Después de Canadá, con 497, tres comunidades españolas más, Asturias (495), Cantabria (495) y la Comunidad de Madrid (494). Sólo las regiones de Quebec y Alberta en Canadá y Flandes en Bélgica estarían por delante de Castilla-León. Otras dos regiones canadienses (British Columbia y Ontario) preceden a Asturias, Cantabria y Madrid. Este mismo patrón, con pequeñas variaciones, se repite en lectura y ciencias.

Lamentablemente, otras regiones españolas se encuentran en el extremo opuesto. Ceuta (395 puntos) y Melilla (404) ocupan los últimos lugares y, a distancia, Canarias (447) y Andalucía (457). La novedad de esta ocasión es la drástica caída del País Vasco y, sobre todo, de Cataluña. Por seguir con las matemáticas, el País Vasco se mantiene por encima de la media española (482) pero Cataluña y Extremadura (469) se sitúan por debajo no sólo de España, sino también de Hungría, Portugal e Italia. El deterioro es notable en todas las materias. En la evaluación anterior (2018) el País Vasco había obtenido 499 puntos (en las primeras posiciones), Cataluña 490 y Extremadura 470.

La distribución de los estudiantes podemos verla en la Figura 2. Castilla-León tiene al 60% de sus alumnos entre los niveles 3 y 4, a un 9% entre 5 y 6, y sólo un 17% no alcanzan el nivel 2. En todas las CCAA la cola izquierda es muy grande comparada con la de la derecha. Aunque algunas lo hacen mejor que otras, muy pocos estudiantes destacan y eso limita las posibilidades de contar con los excelentes científicos, intelectuales y tecnólogos que necesitamos para que nuestro país avance. Más allá de los rankings, lo que nos muestran los datos es el continuo deterioro en la formación de nuestros hijos, condenados a la mediocridad.

¿Cuáles son los motivos de esta mediocridad formativa? No cabe achacarlo, como hacen en Cataluña, al porcentaje de población inmigrante, pues la Comunidad de Madrid, de tamaño similar, también cuenta con gran proporción de inmigrantes y obtiene resultados muy buenos. Tampoco al bilingüismo, puesto que Quebec, región bilingüe por excelencia, encabeza los resultados de PISA. No hay que irse a las nieves canadienses ni a las finlandesas para buscar ejemplos de éxito: los tenemos en España. Me atrevo a aventurar que hemos cedido a la utilización ideológica de la educación, así como a un falso buenismo que ha dado prelación a los sentimientos sobre la razón, la exigencia y el pensamiento crítico. 

Sin el dominio de los contenidos es imposible aplicarlos a situaciones diarias o entender realmente el mundo que nos rodea que es, precisamente, lo que se evalúa en PISA. Y sin el dominio del lenguaje no es posible aprender otros, ni crear o innovar. Estos días que se ha vuelto a hablar de los místicos españoles, vale la pena recordar que fue San Juan de la Cruz quien dijo “Buscad leyendo y hallaréis meditando”. En fin, respetar la profesión del enseñante y darle el reconocimiento social y económico que merece son también imprescindibles para que los alumnos (y los padres) entiendan la importancia de la educación.

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