VALÈNCIA. Las discrepancias entre Podemos y sus socios en el Pacto del Botánico, PSPV y Compromís, apuntan a incrementarse en la recta final de la legislatura. La influencia de la formación morada en las cuestiones relacionadas con la gestión y acción de gobierno del Ejecutivo es cada vez menor dado que pocas son las cuestiones de gran relevancia en la que sus votos sean necesarios. Así, más allá de los Presupuestos para el próximo año, cuya aprobación podría posponerse en el peor de los casos, el concurso de Podem no resulta indispensable y esto ha comenzado a notarse en la relación con PSPV y Compromís.
De esta manera, el partido que lidera Pablo Iglesias ha elevado la voz en la exigencia de explicaciones respecto a cuestiones como la investigación judicial sobre la posible financiación irregular del PSPV y Bloc. Esto ha provocado más de un desencuentro verbal entre los distintos actores de las citadas fuerzas políticas: o lo que es lo mismo, el denominador común indica que cada vez importa menos que las diferencias sean públicas y notorias.
Con este escenario en el que se empiezan a dejar caer las caretas, Podemos tiene claro uno de los flancos en el que va a redoblar sus esfuerzos es el de medio ambiente. La formación morada salió meses atrás a defender públicamente al ex secretario autonómico Julià Álvaro cuando fue destituido de forma fulminante por la consellera Elena Cebrián en una maniobra coordinada por la vicepresidenta de la Generalitat y líder de Compromís, Mónica Oltra.
En este sentido, desde Podem siempre mostraron una coincidencia mayoritaria con las posturas políticas ejercidas por el entonces coportavoz de VerdsEquo Julià Álvaro, quien mantuvo diversos pulsos con la consellera durante los dos años y medio que estuvo en el cargo por distintas cuestiones relacionadas con las políticas ecologistas, ya fuera por cuestiones de forma, velocidad en la aplicación de las medidas y fondo de las mismas.
Así pues, con el cese del dirigente y el nombramiento de un relevo, Fran Quesada, que está adoptando un perfil notablemente más bajo que el de Álvaro, el partido morado tiene claro que van a incrementar la presión sobre la consellera para tratar de ocupar un espacio verde que, a su juicio, desde Compromís y desde el propio Gobierno valenciano se está quedando al descubierto.
Como muestra un botón, esta misma semana Podemos presentó en rueda de prensa una "alternativa verde" para Puerto Mediterráneo con el objetivo de defender el paraje de La Mola al considerar que el macroproyecto "amenaza con destruirlo". Por otro lado, fuentes de este partido señalaron que en los próximos días planean interpelar a la consellera en Les Corts por el Plan Integral de Residuos (PIR): por qué no se ha publicado, qué se piensa hacer con Ecoembes y Ecovidrio y cuál va a ser la estrategia del Gobierno valenciano a medio plazo dado que la nueva normativa europea sobre residuos que se aprobó el pasado 18 de abril hace que el PIR en el que se trabaja ya estaría "obsoleto" antes siquiera de conocerse.
Así pues, todo apunta a una línea de actuación constante desde Podemos para tratar de poner en relevancia su perfil más verde contraponiéndolo a una conselleria en la que, a juicio de esta formación, la hoja de ruta se dirige a una recta final de la legislatura donde existan los menores sobresaltos posibles evitando decisiones polémicas. En la otra orilla, la formación morada ve en esta situación una oportunidad para acaparar un espacio que Compromís podría perder en parte tras la salida de Julià Álvaro.
De hecho, algunos dirigentes en el Ejecutivo creen que los exmiembros de la conselleria próximos al ex secretario autonómico transmiten a Podem puntos flacos del departamento, algo que ambas partes niegan más allá de admitir que siempre han existido contactos. Sobre esto, tal y como informó Valencia Plaza días atrás, una de las posibilidades existentes es que de cara a 2019 el grupo de Julià Álvaro pudiera pactar de alguna manera con Podemos, ya fuera a través de algún tipo de plataforma o fuerza política.