VALÈNCIA (X. A./AGENCIAS). En las últimas semanas se ha evidenciado que Podemos está decidido a pisar el acelerador en la Comunitat Valenciana. Sus exigencias en la elaboración de los Presupuestos de 2018 han puesto en la cuerda floja las cuentas del Consell que lideran PSPV y Compromís, además de haberse jugado un primer órdago con su abstención en la Ley de Acompañamiento.
Al margen de las arduas negociaciones en este aspecto, la formación morada también está apretando a sus socios del Botánico en cuestiones de carácter más ideológico. Ejemplo de ello es el comunicado enviado este lunes por el diputado Daniel Geffner en el que instó al Consell a publicar las conclusiones del informe sobre las consecuencias que tendría la aplicación del CETA -tratado de libre comercio entre Canadá y la UE- en los distintos sectores de la economía y la sociedad valenciana.
Un documento elaborado por el grupo de trabajo con las universidades valencianas cuya constitución aprobó la cámara autonómica a propuesta de este grupo parlamentario y del que, a día de hoy, se desconocen los resultados. Una solicitud que llega, precisamente, cuando el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se encuentra de misión comercial en Canadá junto al conseller de Economía, Rafa Climent, junto a la Cámara de Comercio y diversos empresarios con el objetivo de afianzar la presencia valenciana en el país y buscar nuevas oportunidades de negocio.
Así, Geffner calificó el CETA como "el caballo de Troya del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), por donde podrán beneficiarse miles de corporaciones estadounidenses con filiales en Canadá, más de 40.000". En este sentido, el parlamentario advirtió de que estos tratados transnacionales "pueden afectar a sectores tradicionales como la agricultura o la artesanía valenciana, por competencia desigual respecto a nuestra pequeña y mediana empresa y a los autónomos". Cabe recordar que en octubre de 2015 se tumbó en Les Corts con los votos de PP, Ciudadanos y PSPV una iniciativa de Podemos -que sí apoyó Compromís- para rechazar las negociaciones sobre TTIP.
Este mismo verano, el socialista Puig se mostró favorable al CETA pese a que su partido, el PSOE, decidió finalmente abstenerse en el Congreso de los Diputados sobre este tratado, que salió adelante con los votos a favor del PP, Ciudadanos, PNV y PdeCat. Compromís y Podemos votaron en contra.
Por su parte, también reaccionó el PP a través del secretario general del grupo popular en Les Corts, Luis Santamaría, quien pidió este lunes en un comunicado "coherencia" en su viaje a Canadá y recordar que Compromís "reniega" del CETA y a la vez "van allí a explorar las bondades del acuerdo".
Así, el diputado popular aconsejó a Puig y a Climent que para "hacer el ridículo es mejor quedarse en casa". "Un presidente que va a revertir un modelo sanitario que es ejemplo de la colaboración de lo público y lo privado marcha a Canadá a explicar no sabemos qué ni con qué credibilidad se presenta para atraer inversores", subrayó, criticando además que el presidente de la Generalitat se dejara acompañar de un conseller "que votó en contra" del CETA.
"Pueden salir cosas buenas, evidentemente, y no estamos en contra de este viaje que ojalá valga para algo, pero pedimos un mínimo de coherencia para que el proyecto que vendan sea creíble", concluyó Santamaría.
Por su parte, el síndic del PSPV en Les Corts, Manolo Mata, calificó de “intolerable” la actitud “de fuerza extraparlamentaria” de los dirigentes del PP “que se atreven en un ejercicio máximo de deslealtad criticar los intentos del president y de los empresarios de ampliar mercado en Canadá”.