ALICANTE. Hace falta ser muy irracional si queremos negar los efectos negativos de la acción del hombre sobre nuestro planeta desde la revolución industrial. El impacto medioambiental es cada vez mayor y cada vez más preocupante por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y la cada mayor población mundial que va a demandar cada vez más energía.
Si nos fijamos en el siguiente gráfico, podemos ver claramente que el sector transporte -doméstico, aéreo, marítimo y ferrocarril- es el responsable de un tercio de las emisiones de CO2 en los Estados Unidos. Y esta cifra es extrapolable a las demás zonas económicas por lo que hay que tomar medidas inmediatas y que solventen esta situación.
Y existe una solución muy sencilla y que podemos rescatar desde los años pioneros del automovilismo en los que había una rivalidad inicial entre el coche eléctrico y los de combustión. Pinchar aquí para saber más.
La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es un tema clave para todas las grandes economías quienes abordan el problema con políticas diseñadas para fomentar la sustitución de la utilización de las energías fósiles en el sector transporte.
Para una reducción de las emisiones relacionadas con el transporte la utilización de vehículos eléctricos (EV), en particular las tecnologías de cero emisiones de los vehículos eléctricos de batería (BEV) y los vehículos eléctricos de pila de combustible de hidrógeno (FCEV). Juntas, estas tecnologías pueden transformar el transporte en todos los segmentos de vehículos. De hecho, podemos ver que las ventas de coches eléctricos a nivel global se han disparado esos últimos años.
El Parlamento Europeo ya anunció la semana pasada que se va a vetar la venta de coches con motores de combustión en 2035 y que finalmente se está logrando un acuerdo a nivel europeo (Fit for 55) para lograr reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al menos en un 55% respecto a 1990 para 2030.
A nivel nacional, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha lanzado la hoja de ruta para la gestión sostenible de las materias primas minerales, fundamentales para el éxito de la transición ecológica y digital. Dicha hoja de ruta tiene como objetivo fomentar la industria de materias primas, minerales estratégicos para la transición energética y digital, por su empleo masivo en la implantación de energías renovables, baterías para vehículos eléctricos o almacenamiento a medio y largo plazo de energía, alineándose con las políticas europeas de acceso a los recursos y sostenibilidad. Hay que señalar que aún queda por solventar el problema del reciclaje y la reutilización de las baterías de litio, pero por lo menos tenemos la posibilidad de controlar y hacer frente esa la posible contaminación, cosa que no podemos con las emisiones de gases de efecto invernadero.
El empuje del sector de las baterías y de la actividad que supone para la industria que existe alrededor -extracción de minerales y su procesado- nos aporta muchas ventajas dentro de un contexto de adopción de criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) de una tecnología revolucionaria y una parte clave de la entrega de energía renovable para el marco de la transición energética. Ofrece el potencial de transformar significativamente las industrias, los servicios, la mano de obra y el consumo. Estamos viendo la seriedad de esta tendencia con la realización de los PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica), que por ahora se están proyectando dos gigafactorías de baterías en Sagunto (Valencia) y Navalmoral de la Mata (Extremadura).
También es muy interesante la adopción de criterios ESG a la hora de enfocar la obtención y la transformación de los minerales que se utilizan en la fabricación de las baterías. Para hacer frente a esta transición a las baterías se espera una alta demanda de los minerales como cobre, aluminio, cobalto, litio, níquel y materias raras. Además, la cantidad de minerales que se necesitan para un coche eléctrica respecto a uno convencional es alrededor de seis veces mayor y puede suponer un reto para cumplir los criterios ESG.
Para el inversor que busca tener una exposición a un universo de empresas que abordan esta temática existen productos que se ofrecen desde distintas gestoras. El inversor minorista (UCITS) puede incluirlos como componente satélite dentro de su cartera de inversión.
Como ejemplo podemos citar:
El inversor deberá tener en cuenta que la volatilidad de estos productos suele ser más altos por la concentración de títulos, que el historial o track record es reducido al ser una estrategia muy novedosa y que normalmente tienen poco volumen todavía. Por ello es muy recomendable que hable con su asesor financiero antes de contratar este tipo de productos.
Para el inversor que busca una exposición positiva más amplia a temas de inversión sostenibles con una orientación ambiental o social generalmente coherentes con Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS). En este último caso podemos citar el fondo Sustainable Global Thematic Portfolio de Alliance Bernstein.
René Bauch es asesor financiero de la EAF alicantina gCapital Wealth Management, EAF que asesora el fondo Gestión Boutique gCapital Total Market (ES0116831050). Puede contactar con el autor para solventar cualquier duda o interesarse por los servicios de gestión patrimonial de gCapital escribiendo a [email protected] o [email protected]
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