VALÈNCIA. ¿Cómo condiciona mi vida el hecho de que un día dejaré de estar vivo? Como pregunta para iniciar el día no está nada mal. La gravedad del asunto nos remite aparentemente a un asunto más bien excepcional, sin embargo la pérdida es algo mucho más cotidiano de lo que podría parecer, aunque pueda asustar mirarla a los ojos. “No hay una pedagogía sobre esto, lo que hay es mucho tabú. Hemos recibido una educación que no nos ayuda a enfrentarnos a la muerte”. Estas palabras las firma Jesús Múñoz, uno de los pilares de la compañía Pont Flotant, que este fin de semana estrena en La Rambleta la pieza Eclipsi Total, una coproducción con el centro valenciano que pone en el centro la reflexión la finitud de la vida.
No es la primera vez que la compañía habla sobre el paso del tiempo en sus trabajos. En Com a Pedres habló de la infancia, en Exercicis d’amor sobre el presente y en Algunes persones bones sobre la vejez, sin embargo la muerte era todavía una “cuenta pendiente” que llevaban mucho tiempo queriendo poner sobre las tablas. Ahora, quizá impulsados por la pandemia, que ha puesto tantos temas sobre la mesa, han sentido la urgencia de rescatar un proyecto que ahonda en los hilos de la memoria para cuestionarse cómo gestiona uno un hecho inevitable e irreversible como es la muerte, un eclipse que lleva al espectador a enfrentarse a lo inevitable, aunque desde un punto de vista muy concreto.
"Hace muchos años que de alguna manera miramos de reojo ese misterio de la vida, ¿qué pasa cuándo no estemos? Pero es la primera vez que nos atrevemos a señalar o a hablar directamente sobre un tema lleno de tabúes, de misterios, como es la muerte. Eclipsi Total es una reflexión sobre el recuerdo, sobre el legado, sobre la presencia y la ausencia, es un ejercicio de imaginación de aquello inimaginable: el final de los días”, explica Muñoz en conversación con Culturplaza. El espectáculo, que se podrá ver del 19 al 21 de noviembre, plantea un convite como hilo conductor. En esta mesa se sientan varias generaciones de las familias de los protagonistas, un encuentro en el que el presente y el recuerdo conviven en escena, llevando al espectador a sentir tanto la presencia como la ausencia.
"Hay una parte del trabajo que se revelará el día del estreno, la relación con el público completará el discurso de la pieza, ¿qué sentido tiene un silencio si no hay un grupo de personas que lo comparten?”. Con Eclipsi Total Àlex Cantó y Jesús Muñoz, intérpretes de la obra, plantean un “ensayo general de un posible final”. Así, los actores juegan a recordar a sus antepasados; les ponen cuerpo, graban sus voces, recrean un pasado que se les deviene ficticio. Nuevos invitados irán llegando a esta celebración y otros, los más viejos, irán cediendo sus sillas. Testimonios y artífices de su propio entierro, los intérpretes repasan sus vidas a través de diferentes preguntas proyectadas que también interpelan directamente al espectador.
Uno de los retos indudables del proyecto era marcar desde un primer momento la posición desde la que el texto afrontaba el tema, un tono que quiere huir tanto de la frivolidad como del sentimentalismo, partiendo de una sobriedad buscada. "El tema de la muerte nos puede llevar fácilmente a un melodrama o al otro extremo, a un humor negro, algo que no encajaba con la pieza. Por eso encontrar ese equilibro entre el humor y, también, ternura o nostalgia ha sido lo más complicado”. Con todos estos ingredientes, la compañía despliega este fin de semana en La Rambleta su particular visión sobre la muerte, que en 2022 recalará en Castellón y Teatro de la Abadía, un viaje sobre el legado que acaba en las preguntas que siempre nos acompañan: "de dónde venimos y hacia dónde vamos".