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Algunas se inventan un socio ficticio varón para persuadir a los inversores 

¿Por qué el capital discrimina a las emprendedoras?

6/12/2021 - 

VALÈNCIA. Cada vez que se habla del emprendimiento femenino se dice lo mismo. Que están mucho menos representadas en el ecosistema que los hombres pero que, cuando se animan a emprender, sus proyectos suelen ser más longevos y solventes que los masculinos. 

La paradoja surge cuando se habla de la financiación. Según los datos que barajan en la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, las empresas fundadas por mujeres reciben, como promedio, un 23% menos de financiación que las lideradas por hombres. La pregunta que cabe hacerse es: ¿Si los proyectos impulsados por mujeres son más robustos, por qué les cuesta más acceder al capital? 

La respuesta que ofrece Teresa Alarcos, fundadora y CEO de W Startup Community y autora del libro ‘Emprendedoras’, es que a las mujeres todavía les cuesta ponerse en valor a la hora de vender su proyecto de cara a los inversores, pronunciar un pitch persuasivo hablando de la existencia de un problema real para el que ellas han encontrando la solución. “Las mujeres tenemos que aprender a hablar el lenguaje financiero que hablan los inversores. Hay que saber trasladar los KPIs y las previsiones que ellos están esperando. Hay que adaptarse a la industria del emprendimiento”, sostiene.

El techo de cristal y el suelo pegajoso

En este sentido recuerda Alarcos la existencia de un doble sesgo. No es solo el techo de cristal, sino también el suelo pegajoso. Mientras que el techo de cristal alude a la existencia de una especie de barrera invisible desde el exterior que dificulta el crecimiento de las mujeres en el entorno laboral y empresarial, el suelo pegajoso se relaciona con motivos intrínsecos por los cuales las mismas mujeres se plantean una serie de impedimentos para crecer en dichos contextos. La carga familiar y la asunción de otras labores asignadas tradicionalmente a la mujer, como la de los cuidados, entrarían entre las principales causas del suelo pegajoso.

Aún así, hay mujeres que se atreven a romper con todo esto, aunque para ello tengan que recurrir a la trampa. Genuino es el caso que publicó ‘Fast Company’ hablando de Penelope Gazin y Kate Dwyer, fundadoras de Witchsy, un marketplace con productos de artistas. De ellas se contaba que llegaron a inventarse a un socio ficticio varón -un fake founder-, de nombre Keith Mann, para que la gente se tomara en serio el proyecto.

Una investigación similar se llevó a cabo en la Universidad de Stanford para ver qué sucedía si las startups fundadas por mujeres creaban una figura llamada John. Se trataba de un amigo falso que las acompañaba a todas las rondas de financiación. Lo grave de todo es que parecía funcionar.

En la misma dirección, el informe titulado El emprendimiento digital femenino en España: Situación y prospección, pone de manifiesto la existencia de un 42,3 % de emprendedoras digitales que percibe que su sector es más exigente para las mujeres que para los hombres. Por el contrario, un 20,8% está en desacuerdo y un 36,8% no se muestra ni conforme ni en desacuerdo con esta afirmación. 

El mismo informe advierte a las empresas lideradas por mujeres de la necesidad de ser más ambiciosas en lugar de limitar tanto el factor riesgo y apostar, preferentemente, por el bootstrapping y el crecimiento sostenido.

Las tecnológicas, menos afectadas

También es justo reconocer que la inversión parece aplicar menos filtros de género cuanto se trata de Empresas de Base Tecnológica o que se mueven en el entorno digital. España cuenta ya con diversos casos de éxito de emprendedoras que han logrado vender su empresa a grandes multinacionales. 

El último corresponde a Verónica Pascual, CEO de ASTI Mobile Robotics Group cuya compañía ha sido adquirida recientemente por el grupo suizo ABB por 190 millones de dólares. Antes hubo otros casos, como el el Pilar Manchón con Indisys o el de Macarena Estevez con Conento, hoy integrada en el grupo Deloitte.

Verónica Pascual

Que habría que hacer

Parece, pues, que el problema del acceso al mercado crediticio para las emprendedoras se focaliza especialmente en las fases iniciales y que es aquí donde urge buscar soluciones.  El informe sobre el emprendimiento digital femenino ya referido, recoge al final una serie de conclusiones y recomendaciones entre las que destaca la siguiente: “la necesidad de incorporar la perspectiva y el análisis de género en todos los programas, actuaciones y políticas de promoción del emprendimiento digital. Solo teniendo un conocimiento real y exhaustivo de una situación se puede valorar la misma y se podrán formular las soluciones adecuadas a los problemas que se puedan plantear y únicamente así se logrará eliminar los obstáculos estructurales que sufren las mujeres y avanzar hacia la igualdad efectiva de trato y de oportunidades. 

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