Hoy voy a hablar de dos organizaciones valencianas que trabajan en la limpieza de las playas. Una limpia las playas de Valencia y otra las playas de Kenia. Ambas en contextos completamente diferente y con orígenes distintos están unidas por una misión común: la sensibilización en el cuidado del medio ambiente
VALÈNCIA. Quienes me conocen ya saben las razones que me traen cada cierto tiempo hasta la isla de Lamu, en Kenia. Y una de ellas es la escuela Twashukuru, construida con botellas que se reciclan. La organización que trabaja la sensibilización y la limpieza de playas en el archipiélago de Lamu, en Kenia (África).
Uno de esos entornos paradisiacos, perdido en el Océano Índico. Es una isla pequeña, peculiar, con un contraste de culturas muy potente, cuna de la cultura swahili, declarada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Todo esto es el contexto que envuelve la escuela Twashukuru. Una escuela levantada sobre los cimientos del reciclaje. Una escuela construida con las botellas que se recogen de las playas de Lamu.
La escuela Twashukuru de One Day Yes es el resultado de un proyecto de sensibilización del cuidado del medio ambiente a través de la limpieza de las playas que el fundador Omar Islam Ali llevó a cabo en la isla de Lamu.
Una isla que había sido totalmente sostenible medioambientalmente hablando hasta que entró el plástico en la década de los 90. En ese tiempo Omar se marchó a trabajar a EEUU y diez años más tarde, cuando volvió a su isla natal, encontró un gran problema por la falta gestión de residuos de plástico que dura hasta hoy día.
El proyecto de Omar fue concienciar a la población de Lamu para cuidar las playas y no verter residuos en el mar porque no era lo mismo lanzar los desperdicios orgánicos que el plástico.
Y poco a poco comenzó un trabajo de recogida de residuos y de limpieza de las playas en Lamu. Con esos residuos y esos plásticos un grupo de mujeres creaban cuerdas de plástico con las que hacían artesanía para vender en el mercado local, y con las botellas de plástico que recogían de las playas, las rellenaron de arena y las usaron parta construir un aula que, 12 años después se ha convertido en un proyecto más ambicioso bajo el paraguas de la organización valenciana One Day Yes.
Estos inicios de Twashukuru me llevan hasta los inicios de Bioagradables cuando en 2012 se juntaron un grupo de amigos para visitar la Devesa El Saler, donde veraneaban de pequeños.
Vieron un paisaje muy diferente, la arena estaba inundada de trozos de plásticos de diferentes colores. Les llamó mucho la atención y se organizaron para hacer una batida de limpieza, lo compartieron con sus amigos en redes sociales. Se reunieron 8 personas y estuvimos limpiando durante 3h, consiguieron llenar 30 bolsas de basura de tamaño doméstico y encontraron tesoros del nivel de una bombilla de barco, una tumbona y la sombrilla a juego. Después de esta acción se dieron cuenta de la satisfacción que les inundó y decidieron repetirlo una vez al mes.
Esa misma satisfacción fue la que sintió Omar cuando vio la respuesta positiva de parte de su población y de los niños y niñas que se involucraron en la limpieza de las playas. En ambos casos, esta primera acción se fue repitiendo con el tiempo y años después, en Lamu hay todo un proyecto que se sostiene en torno a esa escuela y a esas botellas recicladas; y en Valencia cada mes BioAgradables cuenta con más voluntarios que salen a limpiar playas. Han alcanzado una media de 150 personas por actividad, llegando a ser más de 200 personas en alguna limpieza.
Además, ambas organizaciones están en diferentes festivales y ferias relacionadas con la sostenibilidad ambiental, mercaditos solidarios, charlas y talleres en colegios y actividades de voluntariado corporativo con empresas y asociaciones.
Muchas de las organizaciones que trabajan la limpieza de playas coinciden en que el problema de la contaminación es un tema de educación y por ello tanto One Day Yes como BioAgradables trabajan desde la infancia.
En Lamu, en Kenya, cada viernes los niños y niñas antes de bañarse en la playa tienen que limpiar un trocito de la playa. Es una de las actividades que se hace regularmente desde hace años cada semana. De esta manera se les conciencia de la importancia de mantener limpias las playas, además de talleres puntuales y actividades que hacen sobre la limpieza y el reciclaje. De hecho el reciclaje se respira por todos los ambientes de la escuela pues desde la construcción, el huerto ecológico y su playground creado a partir de un barco reciclado… todo en Twashukuru es reciclado.
Desde BioAgradables también están convencidos que la educación y sensibilización de la sociedad es clave si queremos conseguir un cambio en la mentalidad de la sociedad. Una de las tareas más imprescindibles, más bonitos y gratificantes son las actividades con niños de todas las edades. Concienciación en colegios, actividades en la playa con juegos medioambientales, talleres con el proyecto #plasticfriendly, etc.
Pero además de la infancia, desde Bioagradables reconocen que a sus limpiezas y eventos acude gente de todas las edades, y las personas más mayores que les acompañan son unos de los más comprometidos. Muchos de ellos limpiaban las playas por su cuenta y recuerdan cómo era la playa hace años.
El nombre hace referencia a la preocupación por el entorno (BIO) y su actitud de pasarlo bien mientras realizan este tipo de actividad (agradables). Ahora con el tiempo han bautizado el término “actitud BIOagradable”, porque piensan que todas las personas que quieren hacer un impacto positivo en su entorno son fuente de inspiración y las únicas capaces de generar un cambio real en nuestra sociedad.
Actualmente el equipo encargado de organizar la actividad de la asociación está compuesto por 8 personas, aunque nada de lo que hacen sería posible sin los “BioVengadores” que son los voluntarios más activos y en los que nos apoyamos para realizar nuestras limpiezas y demás eventos.
El trabajo de Bio-Agradables no es reciclar, es identificar los residuos y sensibilizar a través de la actividad que les identifica: la limpieza de las playas.
Una actividad que organizan cada mes en el litoral valenciano y que cada vez reflejan una mayor conciencia ciudadana en el aumento de participación que hemos observado los últimos meses.
El mayor residuo que encuentran son aquellos de material plástico, la mayoría identificables puesto que ya se han degradado y solo quedan trocitos pequeños. Pero los ganadores sin duda son los bastoncillos de los oídos y las colillas, una auténtica invasión en todas nuestras playas.
A partir de ahí, viene la lista de botellas y demás contenedores de comida, bolsas y también aparejos de pesca como sedales y redes. Por último, la cantidad de material de construcción que recogen, sobre todo, en las playas de la Patacona y Port Sa Playa, desde ladrillos hasta trozos de vidrio y azulejos e incluso aparatos electrónicos.
Desde el principio no hacen separación de residuos, pues su misión es concienciar sobre las basuras marinas y sobre los hábitos diarios. El reciclaje está en manos de las empresas privadas contratadas y las administraciones de cada ciudad. Los objetos que recogen los tiran a los contenedores, separan solo el plástico pero dudan que sea efectivo hacerlo. Bioagradables tiene una visión algo crítica y aseguran que no todo lo que va al contenedor de plástico se recicla por no ser rentable al estar sucio, degradado o una combinación de ambas cosas. Esto significa en su opinión que irá a parar a un vertedero e incluso puede que acabe de vuelta en el mar debido a la poco eficiente gestión de los residuos que se viene realizando (lluvias que los arrastran, vertidos ilegales, viento que se lleva los plásticos más ligeros...)
Sus actividades de recogida de residuos, talleres y charlas son la excusa para dar a conocer el porqué del problema existente y registrar los tipos de residuos, su procedencia y el impacto sobre el medioambiente.
Y es que BioAgradables colabora con el proyecto International Coastal CleanUp España, iniciativa promovida por Ambiente Europeo y Ocean Conservancy, que se encargan de recopilar los datos de cada residuo recogido que registran mediante una metodología que permite determinar el tipo, composición y posibles fuentes de procedencia de los mismos; de esta forma se consigue una información objetiva muy útil para identificar las actividades que producen la acumulación de residuos en cada localidad.
Bioagradables trabaja en red y entre sus aliados más queridos, además de las asociaciones valencianas como Ambiens o Sanamares, destaca el convenio de colaboración con la American Space de Valencia, con quienes realizan diferentes eventos y que les han apoyado desde un principio en cada paso que hemos dado.
Desde aquí les invito en estos últimos días o semanas de vacaciones a que un rato al día limpien la playa o la montaña que disfrutan… Si se hace con una actitud positiva y concienciada puede convertirse en una actividad lúdica para realizar en familia y concienciar así a nuestros hijos o hijas como hacen BioAgradables y One Day yes.
La semana que viene… más!