VALÈNCIA. El Mission X es un biplaza de aspecto espectacular que se presentará el 8 de junio de 2023, antes de la inauguración de la exposición “75 años de automóviles deportivos Porsche” en el Museo Porsche de Stuttgart-Zuffenhausen. Una fecha especial: hace 75 años, el 8 de junio de 1948, el 356 “Nº 1” Roadster se convirtió en el primer automóvil con el nombre de Porsche en recibir su permiso de circulación. Fue el nacimiento de la marca.
“El Porsche Mission X es un faro tecnológico para el deportivo del futuro. Recoge el testigo de los deportivos icónicos de décadas pasadas, como el 959, el Carrera GT y el 918 Spyder. El Mission X proporciona un impulso decisivo para el desarrollo evolutivo de futuros conceptos de vehículos”, afirma Oliver Blume, Presidente del Consejo de Dirección de Porsche AG. “Atreverse a soñar y coches de ensueño son para nosotros dos caras de la misma moneda: Porsche ha seguido siendo Porsche cambiando constantemente”.
Michael Mauer, Director de Style Porsche, afirma: “El Mission X es un claro compromiso con la esencia de Porsche. La expresión continua y mejorada de nuestra identidad de marca y de producto es una brújula crucial para orientarnos en el desarrollo de nuestros modelos de producción en serie. El Mission X simboliza una simbiosis del inconfundible ADN de competición con una imagen general exclusiva”.
Unas dimensiones aproximadas de 4,5 metros de largo y 2 de ancho, hacen del Mission X un hypercarrelativamente compacto. Con una distancia entre ejes de 2,73 metros, tiene las medidas del Carrera GT o el 918 Spyder. Por motivos aerodinámicos, lleva ruedas de diferente tamaño, con llantas de 20 pulgadas delante y de 21 pulgadas detrás.
El Mission X representa la cumbre de las prestaciones y del lujo contemporáneo. Al mismo tiempo, su forma esculpida y sus líneas musculosas demuestran que los hypercars no tienen por qué parecer agresivos. La carrocería, de altura inferior a 1,2 metros, está acabada en color Rocket Metallic, una elegante pintura especialmente concebida para este prototipo. Bajo la línea de cintura se encuentran elementos de diseño de tejido de carbono. Estos componentes están barnizados en un acabado satinado y ligeramente coloreados, pero su estructura material sigue siendo reconocible.
Las llantas presentan detalles elaborados: las del eje trasero están dotadas de aeroblades casi transparentes, con forma de turbina, para lograr una mejor refrigeración del sistema de frenos.
Una ligera cúpula de cristal con un exoesqueleto de plástico reforzado con fibra de carbono se extiende sobre ambos ocupantes. Las puertas de estilo Le Mans están fijadas a los pilares A y al techo. Se abren hacia delante y hacia arriba. Este tipo de puerta se utilizó anteriormente en el legendario Porsche 917. Otro elemento que llama la atención es la firma lumínica: para el Mission X, los diseñadores han reinterpretado el característico gráfico de cuatro puntos de Porsche. La forma vertical de la base de los faros se inspira en modelos de históricos de competición, como el Porsche 906 o el 908, trazada hacia abajo casi llegando a la carretera. Una estructura de soporte de alta tecnología enmarca los módulos de luz LED y presenta los esbeltos elementos expuestos de las luces diurnas y los intermitentes. Al activarse, la luz se abre como un párpado. Completamente iluminados, los faros son una declaración de confianza.
La parte posterior del Mission X se caracteriza por una unidad luminosa que parece flotar, donde destacan las letras Porsche transparentes e iluminadas. La escultural luz trasera emerge, como suspendida en el aire, de una moderna estructura de soporte y se extiende por toda la anchura del vehículo en cuatro segmentos. Mientras se carga, la “E” de las letras Porsche parpadea, adoptando un aire enigmático.
Un detalle especial es el escudo Porsche modernizado, que se presenta en el Mission X. Metal precioso cepillado, una estructura de panal tridimensional, un caballo heráldico renovado y un color dorado más sutil son las diferencias entre el nuevo escudo de Porsche y su antecesor inmediato. Con su ejecución más limpia y vanguardista, el refinado emblema comunica el carácter Porsche. En el Mission X se encuentra en el capó, en el volante y, en versión monocroma, en la parte central de las ruedas.
La atención al conductor se aprecia en la asimetría del interior y en su concepto cromático. Los dos asientos tienen colores diferentes. Aparte de los elementos de cuero en color marrón Andalucía, el asiento del conductor es de color gris Kalahari y forma una sola unidad cromática con la consola central y el salpicadero. El asiento del acompañante es de color marrón Andalucía. Además de las estructuras de los asientos hechas de CFRP y sus cinturones de seguridad de seis puntos integrados en el chasis monocasco, otros paralelismos con la competición son el volante abierto por la parte superior, dotado de interruptores y levas de cambio. Hay varias cámaras a bordo y la grabación se inicia en cuanto el conductor pulsa el botón REC del mando multifunción.
Otro elemento destacado se encuentra en el lado del acompañante, donde hay un sistema integrado de fijación en el salpicadero que permite acoplar un módulo de cronómetro. Para el Mission X, Porsche Design ha creado específicamente uno con un cronómetro de pantalla analógica y digital. Los relojes están diseñados para su uso tanto en circuito como en rallye y pueden mostrar los tiempos por vuelta o los datos esenciales de la conducción, entre otra información.
Porsche ejemplifica el rendimiento eléctrico y también es pionera en movilidad sostenible. Este prototipo cumple ampliamente ambos propósitos. Nuestro objetivo: si el Mission X pasa a la producción en serie, debería:
La batería está instalada en el centro, detrás de los asientos del vehículo. Esta “disposición e-core” permite centrar las masas. Al igual que en un coche con motor central convencional, esto proporciona la base para una excelente agilidad.