Foto: ROBER SOLSONA/EPVALÈNCIA (EFE). El Partido Popular ha recompuesto sus gobiernos para gestionar en solitario y en minoría seis comunidades autónomas, tras romper Vox sus alianzas y retirar el apoyo a los presidentes del PP, que han optado por explorar acuerdos parlamentarios y por no convocar nuevas elecciones.
La ruptura, anunciada ayer por el líder de Vox, Santiago Abascal, se ha consumado este viernes con las dimisiones y ceses de los consejeros de Vox en los Gobiernos de Castilla y León, Comunitat Valenciana, Aragón y Región de Murcia.
En Extremadura continuará el único consejero de Vox, el de Gestión Forestal y Mundo Rural, Ignacio Higuero, que deja las filas de su anterior partido, y en Baleares, la popular Marga Prohens seguirá gobernando en minoría y en solitario, pero ahora sin el respaldo de Vox.
El divorcio, anunciado por Abascal en respuesta a la aceptación por parte de los presidentes del PP del reparto de la acogida de menores migrantes, no ha llegado a las decenas de ayuntamientos que PP y Vox gestionan en común, entre los que figuran capitales de provincia y ciudades de peso como València o Valladolid.
Sin embargo, los consistorios no están a salvo de un nuevo choque que acabe también en separación. El PP no romperá, pero el líder de Vox ha avisado de que su partido adoptará una posición "coherente" con la salida en las autonomías en el caso de que los municipios sean "cómplices de la inmigración ilegal".
Vox continúa además presidiendo los parlamentos de Castilla y León, Comunitat Valenciana, Baleares y Aragón, puestos que ocupa en virtud de los acuerdos con el PP y a los que sin embargo no ha renunciado, pese a peticiones como la de Prohens (PP), reteniendo así la capacidad de ordenar los debates parlamentarios.
La escenificación de la ruptura ha seguido una secuencia similar en los distintos territorios. Ante los medios han comparecido los presidentes de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón; Extremadura, María Guardiola; Aragón, Jorge Azcón; Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y la presidenta de Baleares, Marga Prohens.
No lo ha hecho en cambio el murciano Fernando López Miras, que ha dejado a su portavoz en el PP la tarea de anunciar la continuidad del Ejecutivo.
Los populares han defendido su cumplimiento de los pactos con Vox, han acusado a Abascal de imponer su criterio y han prometido dar estabilidad a sus comunidades. La reestructuración de los Gobiernos han conllevado además reducir su tamaño.
Los vicepresidentes y excargos de Vox también han hablado ante los periodistas, en su caso para culpar al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, de dinamitar los acuerdos.
Del guión establecido se han salido voces como la del consejero de Vox en Extremadura, que ha acusado a su hasta ahora formación de haber "cambiado las reglas del juego a mitad de partido" afeando falta de lealtad y honradez. No será el único que continúe en un gobierno, también lo hará el consejero de Cultura de Castilla y León, Gonzalo Santonja, de perfil independiente, así como altos cargos en Comunitat Valenciana.
Antes de que se conociesen estas fugas, Abascal ya había asumido, en una entrevista con Telecinco, que algunos querrían quedarse en sus puestos y había avisado que entonces dejarían de ser de Vox.
Este viernes ha llegado además la primera reacción de Feijóo. El presidente de los populares ha cargado contra la "facción de la dirección" de Vox que ha impuesto un movimiento a su juicio "disparatado". El líder del PP, que ha rechazado amenazas y chantajes, ha avisado de que los de Abascal "se han pasado de frenada y han descarrilado".
Además, ha pedido a Vox que "no entorpezcan la gobernabilidad en las comunidades autónomas, ni tampoco el cambio político en España" y ha admitido que el PP tendrá "más dificultades" para gobernar en estas seis autonomías.
Unas dificultades no menores porque el PP necesita los votos de Vox o buscar apoyo en otros partidos, en una situación de geometría variable.
