El Ayuntamiento busca fórmulas para facilitar la instalación del nuevo campus en el Cabanyal; el proyecto supondría una inversión de 20 millones de euros y revitalizaría el barrio; Ribó y PSPV lo apoyan, pero Valencia En Comú plantea objeciones
VALENCIA. Este jueves el concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, la concejal de Patrimonio, María Oliver, y el asesor de urbanismo del alcalde Joan Ribó, Sandro Pons, mantuvieron una reunión para desatascar una cuestión: la instalación en el barrio del Cabanyal del nuevo campus de la Universidad Europea.
La institución privada de origen estadounidense, que en la actualidad dispone de varios edificios diseminados por la ciudad, quiere concentrar sus instalaciones en el barrio marítimo. Se maneja un escenario de una construcción de cómo máximo 20.000 metros cuadrados de techo y se ha calculado más que duplicar los actuales alumnos de la universidad, que pasarían de 2.000 a cerca de 5.000. Pero, para poder efectuarse, el consistorio tiene que aprobar una permuta de terrenos con el promotor con el que trabajara la institución.
En principio es un acuerdo win to win. Todos ganan. Los terrenos que ofrece el intermediario se hallan en la Malva-rosa y le interesan al consistorio para ubicar un servicio público. Asimismo, el preproyecto en sí de crear un nuevo campus le resulta muy atractivo para dos de los socios del Govern de la Nau (Compromís y PSPV) por diversos motivos. Entre otros se puede citar la inyección de capital para el barrio y su rejuvenecimiento.
Además supondrá para el consistorio una liberación de cargas; los terrenos sobre los que quiere construir la universidad son en su mayoría de propiedad pública y el Ayuntamiento tiene la obligación de rehabilitarlos. “No pierdes patrimonio, ahorras, haces una operación de rehabilitación y además das trabajo para el barrio”, enumeraban desde la Concejalía de Urbanismo; todo un catálogo de beneficios.
No es de extrañar pues, que este jueves, la portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Sandra Gómez, valorase bien la iniciativa y la definiera como un “elemento de revitalización y dinamización del barrio”. Un análisis que comparte el alcalde, quien ya el miércoles se expresó públicamente en defensa del proyecto y, tras visitar las instalaciones del nuevo carril bici, aseguró que lo veía “muy positivo”. Ribó abogaba también por un proceso “rápido” si bien advertía de que éste debía estar sometido a “luz y taquígrafos”.
Y es que hay un problema. María Oliver, de Valencia en Comú, no lo ve claro. Desde su concejalía se plantean varias dudas al sistema elegido para la permuta de terrenos, al tiempo que se exigen garantías de que el proyecto se lleve a cabo y de su perdurabilidad en el tiempo. Unas dudas que están ralentizando todo el proceso y que motivaron la reunión de este jueves, con la que se intentó desbrozar el conflicto.
Las objeciones de la representante de Valencia en Comú paradójicamente no aparecen entre la oposición donde se percibe predisposición favorable a cerrar filas en torno al alcalde. Tanto desde el PP como desde Ciudadanos se mostraban este jueves a favor de la iniciativa, en principio, y sus respectivos portavoces aseguraron a Valencia Plaza que no tendrían problemas en dar su voto a Ribó para que saliera adelante.
Así, el portavoz del PP, Eusebio Monzó, con las debidas cautelas (“no tenemos información concreta”) y las prevenciones lógicas (“siempre que entre dentro de la legalidad vigente”), se mostró predispuesto a apoyar la permuta. “Es evidente que estamos a favor del proyecto porque supondrá”, dijo, “una inversión de 20 millones de euros para el barrio”. Con todo, recordó que para ello debería reactivarse el PEPRI. En este sentido, su compañero de bancada, Alfonso Novo, recordó que en el PEPRI del Cabanyal-Canyameral aprobado cuando gobernaba el PP se contemplaban también los usos residenciales para universidades.
Por su parte el portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, también aseguró estar dispuesto a ofrecer el voto de su formación para que salga adelante la iniciativa. Con todo advirtió que era sólo una predisposición previa, a falta de conocer más información. “No nos ha llegado ningún expediente todavía”, comentaba a Valencia Plaza, “pero lo que es evidente es que estamos a favor de un proyecto de estas características si se ajusta a la legalidad”, comentó Giner.
En esa tesitura, la cuestión final radica en conseguir que la permuta se realice de una manera que satisfaga las dudas expresadas en privado por María Oliver. Pero tras la reunión de este jueves el concejal de Urbanismo Vicent Sarrià mostraba cierto optimismo y aseguraba a Valencia Plaza que se encontraría una solución porque hay alternativas. Si la hallan, el Cabanyal contará con una universidad, en lugar de ser atravesado por la avenida Blasco Ibáñez; un cambio de destino considerable.