EL INVERSOR ESTÁ DESNUDO / OPINIÓN

Predicción exacta para saber lo que harán los mercados

10/10/2018 - 

VALÈNCIA. Es hora ya de aclarar las dudas y hacer una predicción antigua (pero muy exacta) acerca de qué harán los mercados de aquí a fin de año. Escribimos esto en octubre, un mes que muchos recuerdan bañado en sangre. Pero antes vamos a trazar las cuatro coordenadas que definen hoy el escenario de inversión para el europeo de a pie (el que no puede imprimir dinero a voluntad, básicamente).

Oímos decir que hay que 'comprar barato', que hay que saber comprar. Sin embargo, esas mismas personas entran en pánico con una caída del 5%, esperan a que el mercado se calme y acaban comprando en máximos. Mucho peor, algunos venden en mínimos. Esto no ha cambiado ni cambiará, lo cual nos interesa mucho como inversores profesionales ya que el miedo de muchos es la oportunidad de unos pocos. Que el cliente se alíe con esa actitud ya es otra cuestión, algo muy comprensible, ya que sólo un río revuelto hace ganar a los pescadores y no todo el mundo duerme bien así. Pues bien: hoy en día las gangas existen, pero el primer punto es que no podemos hablar de un mercado barato

La segunda coordenada nos lleva a los tipos de interés. En Europa siguen en negativo, sin visos de subir hasta finales del año que viene, una forma de decir que el crecimiento orgánico no llega y que la economía sigue necesitando respiración artificial. Si esto es así, ¿cómo es posible que los mercados bursátiles no estén en inflación de precios? Sin duda es una señal de debilidad, y de que no hay una marea al alza de mercado que esconda los errores cometidos al invertir sin profundizar. Debemos dar pasos bien estudiados.

En tercer lugar, para ello hay que hacer una elección: ¿Economía real o economía financiera? Dado que el equivalente a los plazos fijos ya no existe, ese icono sagrado del inversor español, es preciso saber que si se está en mercado financiero y las valoraciones no son bajas, hay que invertir en compañías con un horizonte multianual. Es decir, lo mismo que haríamos en la economía real al entrar en una compañía o hacer una inversión inmobiliaria. 

Y, en último lugar, el marco que nos rodea a todos (el geopolítico) está en plena lucha de poderes: Europa ha dejado de tener un cheque en blanco con EE UU, y ya se sabe que quien no atiende a un codazo acaba atendiendo a un bofetón. Nos avisan de que cumplamos el presupuesto de defensa (que ellos cumplen), salen del acuerdo de París después de haber sido el país desarrollado que más ha reducido las emisiones de CO2 (mientras que Europa y Asia son los que más las ha aumentado), y tienen un presidente al que todos los medios atacan de manera personal y constante pese a que su economía sigue creciendo como nunca. Me llamó la atención un dato, entre muchos: el cese laboral voluntario está en máximos nunca vistos.


Circunstancialmente, en algunas partes del mundo nos hemos ido organizando para ceder el monopolio de la violencia al Estado, ganar una cierta seguridad jurídica y personal y después ir entregando el control de las finanzas globales a organismos supranacionales. Y poco a poco hemos ido conquistando un cierto estado del bienestar, una cierta confianza a la hora de mirar al futuro. Pero si estos lentos avances nos vuelven ciegos a la forma de vivir de la mayor parte del planeta, y empezamos a creer que las conquistas son ahora derechos, el caos será monumental. 

En los mercados, mirados desde estos cuatro ángulos, vemos algo que empezó a ocurrir en la crisis financiera y que sigue acentuándose: Europa se queda atrás, muy atrás, incluso en un periodo de recuperación como el vivido (hablo en pasado).

¿Qué hará la bolsa mañana?

Y es este desacople entre nuestra Europa y EE UU la que nos hace ver qué frágil es nuestro bienestar. Las bolsas, por su parte, son siempre el mejor termómetro de la situación, calibrando a la perfección todos los matices y expectativas en un solo precio. Nunca se equivoca, y en su extraordinaria complejidad no hay lugar para pelear, tan sólo para cooperar. Y por eso creo que es bueno recordar una predicción exacta para los mercados, una que ahorraría muchos ríos de tinta.

Si han oído hablar a Warren Buffett, sabrán lo crucial que fue para él leer 'El inversor inteligente', de Benjamin Graham. El señor Graham cita a John Pierpoint Morgan, un financiero de raza del que todos hemos oído historias. En una de ellas, alguien le pregunta lo mismo que todos queremos saber: "Señor Morgan, ¿qué hará la bolsa mañana?". A lo que contestó, de manera certera y sucinta, con esta joya: "Fluctuará".

Alejandro Martínez es socio director de inversiones y cofundador de EFE & ENE Multifamily Office

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