VALÈNCIA. Nuevo mazazo contra el sector citrícola valenciano. La administración estadounidense que dirige Donald Trump ha anunciado que el 18 de octubre EE UU empezará a imponer aranceles a la Unión Europea (UE) con los que pretende gravar con el 25% los cítricos, aceite, vino, porcino y queso español, entre otros productos. Y el presidente norteamericano, tal y como suele ser habitual, no tardó en pronunciarse a través de su twitter calificando de "bonita victoria" la decisión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de autorizar a Estados Unidos de imponer aranceles por importe de 7.500 millones de dólares (6.839 millones de euros) a productos de la UE en respuesta a las subvenciones supuestamente ilegales de las que se ha beneficiado durante años el fabricante aeronáutico europeo Airbus.
Una decisión adoptada por un Trump que conviene recordar amenazó a la OMC hace poco más de un año con salirse de dicha organización. "Si no cambian, me retiraría de la OMC”, advirtió el histriónico dirigente estadounidense en una entrevista con Bloomberg News en la Casa Blanca a finales de agosto de 2018. Pero ahí sigue y ahora provocando la inquietud en el campo valenciano que lamenta que a la ya complicada situación de los cítricos se le sume esta nueva amenaza. "Es un golpe más", aseguraron para reclamar a la Unión Europea y al Gobierno de España "máxima implicación" en la defensa de sus intereses.
En los últimos años, el sector citrícola se ha visto lastrado por la aparición de nuevos competidores como Sudáfrica, la naranja egipcia o Mercosur y la prórroga del veto ruso que dura ya cinco años y que cortó en seco un mercado que se había convertido en estratégico para algunas empresas valencianas del sector. Ahora, con este endurecimiento de la política arancelaria de EE UU, tras el fallo de la OMC, se pone en peligro exportaciones agroalimentarias valencianas por valor de 90 millones de euros, según un estudio de AVA-Asaja elaborado a partir de datos del Ministerio de Comercio.
En concreto, los cultivos más afectados son los cítricos, las frutas y las hortalizas, cuyos envíos a tierras estadounidenses durante 2018 ascendieron a 80,9 millones. Asimismo, el comercio con destino al país de otros productos tan importantes para el sector agrario valenciano como el vino y el aceite de oliva también se ven "seriamente amenazados" ya que las exportaciones durante el pasado ejercicio fueron de 9 y 1,7 millones respectivamente, según la organización agraria.
Al respecto, el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, advirtió de que la imposición "de un día para otro un arancel que supone una cuarta parte del valor de la producción,va a hacer muy difícil seguir exportando nuestros productos como veníamos haciendo". Y avisó de que esta situación será aprovechada por otros países competidores. "Verán la oportunidad y, una vez desplazados, más adelante será complicado recuperar ese mercado", lamentó.
Por su parte, el secretario general de La Unió de Llauradors, Carles Peris, admitió que, aunque EE UU "ya no es tan relevante" en las exportaciones de cítricos como antes, "siempre sirve para descongestionar nuestros envíos que prácticamente se dirigen en más de un 90% a la Unión Europea". "Así, en lugar de abrir mercados como el ruso o el estadounidense, se nos cierran. Esto puede ser el fin de nuestras exportaciones citrícolas allí", alertó.
"La creciente globalización y los intereses geopolíticos no hacen más que desestabilizar a nuestro sector agrario y a nuestras producciones. Tenemos el caso del veto ruso que todavía sufrimos, los acuerdos con países terceros y ahora nos encontramos con la guerra entre Estados Unidos y la Unión Europea", lamentó.
También la Interprofesional Citrícola Española Intercitrus, organización que reúne tanto a industria, sindicatos como empresas del sector, expresó su "total oposición" a la posible imposición de estos aranceles que, según expresaron, "introduciría una dificultad añadida en un entorno global cada vez más complejo, marcado por cuestiones como el Brexit o la ausencia de reciprocidad en los acuerdos comerciales firmados por la Unión Europea".
"Intercitrus seguirá reclamando que la defensa de nuestro sector sea una prioridad, adoptando las medidas necesarias para garantizar su presente y su futuro, favorecer su crecimiento, compensar los perjuicios que le causen circunstancias ajenas a su actividad y facilitar sus condiciones de acceso a los mercados de terceros países", aseguraron en un comunicado.
Ante esta situación la reivindicación del sector fue unánime: "máxima implicación" de Bruselas y España y compensaciones para los sectores más afectados. "Si la Comisión Europea no lo evita, habrá un daño considerable tanto para las empresas comercializadoras como para los agricultores", subrayó Aguado, quien también se dirigió al Gobierno español para exigirle que, pese a estar en funciones, "multiplique sus gestiones y refuerce la presión ante las instituciones comunitarias para encontrar una solución satisfactoria".
Para Aguado, la actuación de Bruselas debe ser contundente: en caso de adoptarse los nuevos aranceles anunciado por la Administración Trump, Europa debe responder de la misma forma estableciendo un arancel del 25% a las almendras estadounidenses, así como al resto de producciones agroalimentarias procedentes de este país.
También la Unió e Intercitrus exigieron medidas y un compromiso de las instituciones europeas y españolas con los intereses de los productos agroalimentarios afectados. La interprofesional espera que Bruselas "esté a la altura" de las circunstancias y consiga "reconducir" el conflicto, con la "máxima implicación", "circunscribiendo la discusión política al ámbito que corresponde: el de las ayudas al sector aeronáutico".
Desde Cámara Valencia, Vicente Mompó, director del Departamento Internacional, entiende que la nueva 'bravata' del presidente estadounidense es "una derivada de la 'guerra comercial' que utiliza una sentencia recurrible y negociable como es la de Airbus; una sentencia de la OMC a la que Trump desprecia desde el minuto cero". Preguntado cómo puede afectar sobre las empresas valencianas vinculadas a los sectores de la 'lista negra', su respuesta es clara: "Está por ver que se lleve a cabo porque hay una ronda de negociaciones y si finalmente se cumple al día siguiente la Unión Europea (UE) haría lo mismo". Además recuerda que las amenazas del inquilino de la Casa Blanca sobre Europa no son nuevas "porque ha amenazado muchas veces con aplicar aranceles. Lo gordo no es esto sino el Brexit". Y no le falta razón.
Por su parte, el Club de Exportadores e Inversores Españoles aboga por una salida "pactada" entre Estados Unidos y la UE para no echar más "leña al fuego" a la guerra comercial en un contexto internacional "complejo". A juicio de la asociación, lo contrario supondría "profundizar en una guerra comercial a nivel global que amenaza el crecimiento económico en un momento de fuerte incertidumbre".
Desde el Club de Exportadores se incide en que, jurídicamente, y en virtud de la resolución aprobada por la OMC, Estados Unidos puede aplicar estos aranceles. Sin embargo, considera que "no debería hacerlo", dado el "contexto de fuerte incertidumbre económica en el mundo, con una 'guerra comercial' abierta con China".
"Seguir adelante con estos gravámenes sería echar leña al fuego en un momento especialmente complejo desde el punto de vista económico a escala global", afirmó el presidente del Club de Exportadores, Antonio Bonet, que aboga por una solución "pactada" al conflicto, teniendo en cuenta que la Unión Europea ha planteado en la OMC un recurso por las ayudas y subsidios ilegales concedidos por la Administración de Estados Unidos a la producción de aviones Boeing. "En caso de que dicho expediente fuese adverso para los intereses norteamericanos, permitiría a la UE imponer aranceles a sus productos", indicó.