Los últimos acontecimientos económicos a los que estamos asistiendo, empiezan a ser para algunos analistas la antesala de una posible recesión, con un trasfondo mayor que el conocido hasta ahora. La idea de que la economía global haya podido tocar fondo, empieza a inquietar a gobiernos y empresas, los cuales podrían estar empezando a preparar un posible plan de actuación.
A día de hoy, apreciamos como el incremento en los principales indicadores de actividad durante el mes de febrero, aunque de manera leve, sigue estando ligeramente por encima de los números revisados en diciembre y enero. Aun así, aunque están apareciendo algunos brotes verdes que sugieren que el crecimiento ha podido volver a marcar su fase de inicio a lo largo de este mes, el riesgo de tener que hacer frente a una contracción del PIB global a lo largo del año es el escenario que más se plantea.
Haciendo un breve análisis de la situación actual del mercado, la mayoría de economistas siguen siendo positivos con respecto a los activos de mayor riesgo, aunque la preferencia por estos es ahora probablemente menor. Para los bonos, esperan que los rendimientos aumenten, mientras que en el mercado de divisas, la gran mayoría mantienen una visión bajista del dólar, a pesar que la Reserva Federal ha rebajado sus expectativas de crecimiento global, y por tanto relajado su intención de continuar con las progresivas subidas en los tipos de interés, considerando que los movimientos esperados a lo largo de los próximos seis o nueve meses serán bastante leves, aumentando sólo a finales de año, y con el condicionante que se genere un repunte tanto en el crecimiento como en la inflación subyacente. Al igual que piensan que ocurrirá con las expectativas para la primera modificación en los tipos del Banco Central Europeo, del cual se espera que retroceda su endurecimiento monetario desde finales de 2019 hasta mediados de 2020. En cuanto al mercado de commodities, los analistas consideran que en el caso del crudo, podremos encontrar ligeros repuntes en el precio durante los próximos dos o tres meses, pero para el largo plazo, se declinan por una perspectiva más bajista.
Es importante también discriminar entre países a la hora de valorar tanto los riesgos como la notoriedad del impacto ante una posible situación correctiva del mercado. Mientras que Estados Unidos y China, parecen estar en la parte más alta de la pirámide, Europa, por contra, parece ser la región más débil, con Italia en recesión, Alemania cerca de ella, y la mayoría del resto de economías creciendo a un ritmo muy leve. Sin olvidarnos tampoco del daño colateral que podría generar el proceso de ruptura de Reino Unido.
Antonio Sales en analista de XTB