VALENCIA. El conseller de Educación, Vicent Marzà, es un referente indiscutible en el Bloc. Una afirmación que a nadie sorprende: a sus 33 años, es el responsable de una de las carteras más complicadas del Gobierno valenciano. Ahora bien, lo que posiblemente desconocen los ajenos a la formación nacionalista es que su ascenso ha sido una prioridad para la joven corriente que ahora domina el partido encarnada en el liderazgo de la coordinadora general del Bloc, Àgueda Micó.
No en vano el titular de Educación, ya con rango de conseller en sus hombros, formó parte del equipo negociador de Micó de cara al congreso de la formación nacionalista del pasado mes de mayo, en el que el adversario era el jefe de Gabinete de Economía, Rafa Carbonell. Una intervención de carácter orgánico que no pasa desapercibida para ningún analista: Marzà no solo gestiona, sino que conoce el partido del que forma parte y se implica en él.
Con esta antesala, no puede dejarse de lado en el análisis del último nombramiento del Consell la participación del responsable de Educación. Fuentes de la formación nacionalista aseguran que Marzà y el que será nuevo secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu, ya llegaron tiempo atrás a un acuerdo para las primarias en el que el primero competiría para su elección en Les Corts mientras el segundo sería primera espada en el Ayuntamiento de Castellón. Todo salió según lo previsto. En esta línea, una de las sorpresas en la presentación de la candidatura de Àgueda Micó para secretaria general del Bloc fue la aparición de Nomdedéu para mostrarle su respaldo. Marzà también contribuyó a esa fotografía.
El movimiento de Nomdedéu no es baladí. Además de un currículum relacionado con el área que va a dirigir, Empleo, atesora un carisma y personalidad política que le hace un destacado activo no solo para gestionar, sino también para comunicar los avances que puedan lograrse desde su departamento. Por otro lado, su designación pone en relieve que el actual conseller, Rafa Climent, tendrá un compañero de partido que puede destacar por sí mismo y al que si las circunstancias lo requirieran, no le daría miedo ascender.
Por otro lado, la salida del hasta ahora vicealcalde de Castellón deja otra consecuencia calibrada por el tándem Micó-Marzà. El sucesor de Nomdedéu en el puesto será Ignasi García, número cinco de la lista, y un dirigente que goza de la máxima confianza por parte del conseller de Educación. Una maniobra que le deja, junto con la sintonía con otros dirigentes castellonenses como la diputada nacional, Marta Sorlí, en una situación preferente en la provincia de la que procede. No es el único puente tendido de Marzà desde años atrás: posee una estrecha sintonía con el portavoz en la Diputación de Alicante, Gerard Fullana, o con otros referentes de segunda línea como Miquel Torres, jefe de Gabinete de la vicepresidenta de la Diputación, Maria Josep Amigó.
De esta manera, el conseller de Educación -que curiosamente fue impuesto en su día por Mónica Oltra en detrimento de otra propuesta formulada por Enric Morera y su entorno-, seguirá haciendo frente a su complicada cartera en los próximos meses pero no perderá de vista los movimientos orgánicos e institucionales que puedan acontecer a su alrededor, dado que tal y como ha demostrado con los últimos hechos acaecidos, es el presente y futuro del Bloc.