Francesc Colomer. EVA MÁÑEZVALENCIA. El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, lleva un primer año de legislatura agitado. Comenzó siendo el presidente de Les Corts, un corto reinado que concluyó apenas dos semanas después de consumarse el Pacto del Botánico, en una maniobra notablemente discutible por parte de los nuevos socios del Consell, PSPV y Compromís.
La orquestada salida de Colomer le llevó a convertirse en el máximo responsable de la Agencia Valenciana de Turismo, con rango de secretario autonómico y adscrito a la Presidencia de la Generalitat. Esta travesía, como no podía ser de otra manera, solo podía estar reservada para un dirigente de probada fidelidad al líder de los socialistas valencianos y presidente de la Generalitat, Ximo Puig.
No obstante, un año después del nombramiento de Colomer en Turismo, un área de fuerte recorrido en un territorio como el valenciano, se han producido algunas fricciones internas a cuenta de la gestión del exalcalde de Benicàssim. El principal motivo: la falta de mano dura del secretario autonómico en determinadas gestiones relacionadas generalmente con el área de personal.
Así, algunas fuentes del partido apuntan a que desde Presidencia se opina que Colomer está siendo demasiado "prudente" -cuando no "blando"- con una plantilla que en su gran mayoría procede del anterior Gobierno dirigido por el Partido Popular. En este sentido, las citadas fuentes señalan que existe la sospecha en la cúpula de la Generalitat de que algunos de los empleados públicos de este área ponen demasiadas trabas a la gestión de Colomer y éste debería tomar cartas en el asunto. Una gestión, no obstante, que distintos agentes del sector califican de "buena" en este primer año de legislatura.
Así pues, no parece ni mucho menos que el puesto del secretario autonómico peligre en la próxima remodelación que se plantea acometer el presidente Ximo Puig en semanas venideras, pero sí más de un dirigente socialista esboza cual mantra la frase: "A Francesc le falta mano dura".
