VALÈNCIA. Poco a poco las administraciones van encargando los trabajos de reparación de las infraestructuras dañadas como consecuencia de la última dana del pasado 29 de octubre. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha adjudicado en el último mes ya cinco contratos de emergencia -sin concurso- para llevar a cabo estas obras, entre las que se encuentran la restitución de canales de abastecimiento, la reposición de sistemas de información y ahora, la recomposición de los cauces que, en muchos puntos, se han visto desdibujados debido a la agresiva avenida de agua de aquel día, lo cual puede suponer un problema de cara a futuros temporales.
Se trata de los trabajos que necesita acometer la Confederación para "asegurar, en el menor plazo posible, la restitución del cauce en la medida de lo posible". Unas obras que se llevarán a cabo "por fases priorizando aquellos puntos en los que la actuación es prioritaria". El organismo adjudicó este lunes el contrato de la primera fase, por valor de 10 millones de euros, referente a las reparaciones en varias zonas de la cuenca.
Por ejemplo, se actuará en el tramo bajo del río Júcar, donde los municipios ribereños se vieron "gravemente afectados en mayor o menor medida, quedando gran parte de sus motas y taludes de protección dañados", lo cual según el organismo provocaría "graves problemas en caso de que vuelva a surgir otra dana en las próximas fechas".
Uno de los municipios de esta zona es Albalat de la Ribera, que vio cómo gran parte de la mota existente de protección quedaba "descalzada y descabezada" por la riada. Por ello, requiere una actuación "de forma inminente" tanto para su reparación como su reconstrucción en determinadas zonas. Caso similar es el de Polinyà del Xúquer, cuya mota de defensa también se vio muy erosionado a lo largo de su recorrido. O el de Riola, donde las "graves inundaciones" provocaron la rotura de la mota de protección, tal como recoge la misma CHJ en el contrato que adjudicó este lunes.
Al fin y al cabo, el día de la dana el volumen de la avenida en el río Júcar "produjo desbordamientos hacia la Albufera de Valencia por el norte y hacia el marjal de Tavernes por el sur, inundando una parte importante de la Ribera del Júcar". El punto de control de Huerto Mulet llegó a registrar 1.600 m3/s y el principal sensor quedó inutilizado por la riada, como recoge este y el resto de contratos de emergencias realizados por la Confederación.
En ese sentido, el documento recuerda que las salidas del embalse de Forata "incrementaron de forma importante los caudales del río Magro, ya elevados dada las lluvias en su cuenca inferior", lo que hizo que el punto de control de Guadassuar detectara un caudal de unos 2.000 m3/s antes de perder los registros. "La magnitud de la crecida hizo que los caudales registradores en el punto de control solo se pudieran estimar con fiabilidad hasta los 800 m3/s", explica la Confederación.
Así pues, los daños que se van a atender también afectan a e zonas devastadas como partes del Magro y de la Rambla del Poyo. "En concreto, en esta última, los daños son considerables", reconoce la Confederación, según la cual "se han producido todo tipo de arrastres que han descabezado taludes, han dañado los pies de sostenimiento de los mismos y se han abierto nuevas zonas de paso del agua".
Las actuaciones de obra previstas incluyen la retirada de residuos obstructivos en los cauces para prevenir daños futuros, el refuerzo y reparación de riberas erosionadas y motas de protección, así como la reconstrucción total de aquellas destruidas. Además, se realizará el recrecido de algunos tramos de motas para incrementar su capacidad frente a avenidas. También se acometerá la reparación de taludes en barrancos dañados mediante métodos rápidos como escollera y prefabricados, y el refuerzo o reconstrucción de muros.
Así pues, todas estas obras de reparación tendrán un plazo de ejecución de seis meses. La Confederación ha adjudicado el contrato, dividido en dos lotes, por valor total de 10 millones de euros. Rover llevará a cabo las actuaciones (9,7 millones) mientras que la firma Grusamar se encargará de los servicios de ingeniería de control, vigilancia y coordinación de seguridad y salud de las obras (300.000 euros).
Estas primeras reparaciones de cauces se suman a otros cuatro contratos adjudicados por la Confederación por la vía de emergencia para diferentes menesteres. Por una parte, para la restitución de los sensores que quedaron dañados o fueron arrastrados por la fuerza del agua, la CHJ adjudicó otro contrato que tenía por objeto precisamente la reparación de este sistema, conocido como Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH). El encargo se ha realizado por 22,5 millones a las firmas Senda y la Oficina Técnica de Estudios y Control de Obras.
Por otra parte, para la reparación de canales de abastecimiento de agua tanto del canal Júcar-Turia, que abastece a la ciudad de València y el área metropolitana, como del canal Campo del Turia, cuyos daños afectaron al abastecimiento de Villar del Arzobispo y al riego de 24.500 hectáreas. El primero se adjudicó por más de 31 millones a Aguas de Valencia (Global Omnium) y a Torrescamara, como publicó este diario; mientras que el segundo se encargó a Becsa y a Intercontrol Levante por otros 15 millones.
Y por último, el organismo ha contratado la reparación de la presa de Forata, en la que se produjo "un histórico vertido por su aliviadero" que produjo "daños importantes", por lo que era urgente "reponer las instalaciones a su estado original para garantizar la plena operatividad de la infraestructura". En este caso, la inversión asciende a 6,5 millones de euros, que ejecutarán las compañías CHM y Vielca Ingenieros.