VALÈNCIA (EFE). La jueza que investiga las presuntas irregularidades cometidas en el IVAM ha dictado auto de procedimiento abreviado contra la exdirectora del museo Consuelo Císcar por aprovecharse presuntamente de la institución para promocionar la carrera artística de su hijo (y del exconseller Rafael Blasco), Rafael Blasco Císcar, conocido como Rablaci.
La instructora, adscrita como refuerzo al Juzgado de Instrucción 21 de Valencia, ha encausado también al propio artista, a un empresario y a tres exdirectivos o empleados del IVAM: el ex director económico administrativo, el exdirector de Publicaciones y Acción Exterior y una funcionaria, y ha archivado las diligencias abiertas a otros cinco investigados.
El auto, que cierra la fase de instrucción, señala que los hechos podrían ser constitutivos, en relación de concurso medial, de delitos continuados de malversación, prevaricación administrativa, cohecho y falsedad de documento oficial, ha informado este jueves el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.
La jueza considera que de las diligencias de investigación practicadas se desprende que Císcar se aprovechó de su “posición de superioridad como directora gerente del IVAM” e hizo un “uso personal” de esta institución pública para “para construir y promocionar la carrera artística de su hijo”.
Lo hizo, de acuerdo con la resolución, a través de dos vías: la primera pasaba por usar trabajadores y dinero del museo para destinarlo a esos fines, y la segunda consistía en conceder servicios o comprar obras de arte con cargo a los fondos del IVAM a entidades o artistas coincidiendo con exposiciones y/o edición de catálogos de Rablaci.
Así, el auto, que puede ser recurrido tanto en reforma como en apelación, enumera múltiples correos electrónicos intervenidos durante la investigación “que indican que a las órdenes de la señora Císcar varios trabajadores del IVAM prestaron sus servicios para la construcción y/o promoción de la carrera artística de su hijo”.
Los trabajadores lo hicieron entre 2008 y 2010 en distintas áreas como las relaciones institucionales, la confección de currículos de Rablaci o la edición y traducción de catálogos y textos. Igualmente participaron en la organización de exposiciones y del transporte de sus obras de arte, fundamentalmente esculturas y fotografías, en países como Cuba, México, Argentina o China.
Uno de los encausados, un colaborador independiente del IVAM que redactaba en paralelo textos para las muestras del hijo de Císcar, fue designado en octubre de 2012 director de Publicaciones del museo, nombramiento en el que la jueza aprecia una contraprestación a esos trabajos.
La resolución detalla también pagos con fondos del IVAM a entidades, críticos de arte o artistas que se vieron beneficiados mediante la compra o la exposición internacional de sus obras, el comisariado de muestras o la contratación de publicaciones, a cambio presuntamente de su colaboración en la promoción y la formación de la carrera artística de Rablaci.
Asimismo, el auto recoge multitud de “adjudicaciones irregulares” de servicios por parte de la cúpula directiva del IVAM a distintas sociedades de un empresario que también hacía el transporte y montaje u desmontaje de las exposiciones del hijo de la ex directora gerente.
Igualmente, dedica una mención específica a la exposición itinerante de la obra de Rablaci "Materia y Espíritu en Asia", coincidiendo con exposiciones de fondos del propio IVAM, y concluye que ello no habría sido posible sin la colaboración de una delegada de la SGAE en ese continente, a cuyo marido el museo valenciano había contratado por 284.000 euros sin expediente alguno de licitación.
“La política de expansión internacional de la colección del IVAM o de obras de artistas individuales asumiendo el Instituto todo el coste que ello implicaba y que fue adoptada de una manera unilateral por la señora Císcar permitió que su hijo tuviese una proyección internacional como artista (y ello cuando el mismo contaba con la edad de 20 años sin haber finalizado sus estudios de Bellas Artes)”, apunta la instructora.
De este modo, Rablaci pudo exponer en el extranjero en los mismos o en lugares cercanos a las exposiciones del IVAM y en momentos temporales iguales o próximos. En ambos casos los transportes, sufragados con fondos públicos, fueron asumidos por la empresa Logística del Arte SL.
Císcar ha sido procesada también por la adquisición de obras de arte del escultor Gerardo Rueda que se consideran falsas y por las que el IVAM pagó cantidades excesivas al hijo adoptivo del artista madrileño -también procesado por malversación y falsedad-, a juicio de la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía de la Generalitat, que piden 6 años de prisión para la exdirectora de este museo