VALÈNCIA. El centro de València espera la llegada de un nuevo complejo de apartahoteles. Concretamente, una empresa ha pedido licencia al Ayuntamiento para instalarse en el edificio de la antigua Casa de los Caramelos de la calle Xàtiva, justo al lado de la Estación del Norte. Un enclave privilegiado que no solo garantiza el acceso a todo tipo de transporte público sino que también permite llegar andando a los principales puntos de interés del centro de la ciudad.
Esteban Ribera y Amparo Ribera CB son los promotores de este proyecto, que ha sido diseñado por el estudio JSJ Arquitectos. La licencia para emprender la remodelación ya ha sido solicitada, y esta misma semana pasará por la comisión de Patrimonio.
En total, el complejo contará con 15 habitaciones de entre 25 y 42 metros cuadrados, que se distribuirán entre las cinco plantas superiores del edificio. El proyecto deja fuera, al menos por el momento, los bajos comerciales, entre los que se encuentra el anterior enclave en el que se ubicaba la ya cerrada Casa de los Caramelos.
Todas las habitaciones dispondrán de un único baño, aunque algunas de ellas contarán con salida directa a los balcones de la fachada que dan tanto a la calle Bailén como a la calle Xàtiva. Concretamente, estas dependencias con acceso al exterior se ubicarán en las plantas 2, 3, 4 y 5 del recinto. Asimismo, muchas habitaciones cuentan con ventanales o miradores hacia estas importantes vías de la capital.
Por último, el proyecto no contará con reserva de aparcamiento. Sin embargo, al tratarse de un edificio histórico incluido en el catálogo de bienes de Plan Especial de Protección de Ciutat Vella, el proyecto contempla también diversas intervenciones para la recuperación de la fachada del edificio y sus elementos más llamativos.
Así, se procederá a la reparación de todos los daños visibles con los materiales y la morfología original del edificio, y también se retirarán todos los elementos impropios que fueron añadidos a lo largo de los años, como por ejemplo carpintería.
Asimismo, se procederá a una remodelación total de la cubierta para adaptarla a la normativa y evitar filtraciones de agua. Con todo, ninguna de las intervenciones contempla cambios sustanciales en la morfología del edificio histórico, que pertenece al ecléctico tardío y fue proyectado en 1925.