'Valencia Plaza' inicia una serie de artículos sobre los cinco proyectos finalistas para la futura Plaza del Ayuntamiento de València
VALÈNCIA. "En el centro de la ciudad, un bosque urbano". Es un eje vertebrador del proyecto 'Re-natura', uno de los finalistas en el concurso de ideas para elegir la iniciativa que dará forma a la futura Plaza del Ayuntamiento de València. Con una importante frondosidad, esta propuesta se presenta para diseñar una plaza "flexible para ser colonizada de maneras diversas", preparada para el esparcimiento juvenil y la seguridad de los mayores, con un "dominio del peatón, con facilidad de acceso y de movilidad en cualquier sentido".
Esta propuesta, con una inversión de 8,4 millones de euros y una actuación sobre más de 58.000 metros cuadrados entre la plaza y calles cercanas, se articula en torno a tres espacios que se superponen. Por una parte, una especie de "río de árboles" que atraviesa de norte a sur la Plaza del Ayuntamiento siguiendo la fachada oeste y hasta el encuentro de Marqués de Sotelo con la calle Xàtiva. Por otro, el Jardín de San Francesc o zona de agua, en el norte frente al antiguo cine Rialto. Y por otro, la explanada central -"multisensorial"- rodeada de más arbolado siguiendo la fachada este, el edificio de Correos, y la zona sur de la plaza.
La idea consistiría en dejar sólo algunas zonas sin árboles para permitir la vista de fachadas monumentales: enfrente del Ayuntamiento, del edificio de Correos y del Ateneo. Pero también en la zona donde habitualmente se planta la Falla municipal y en la explanada central, donde se seguirá plantando la mascletà.
"Se pretende un paisaje resultado del diálogo entre naturaleza y patrimonio", explica la memoria técnica de este proyecto, que dice buscar un imagen "alejada" de la "plaza dura" en la que "la arquitectura y el patrimonio confluyen con el protagonismo del arbolado". Este también se proyecta en calles confluyentes como la calle de las Barcas o de la Sangre.
En ese sentido, la iniciativa subraya como ejes fundamentales "renaturalizar" y "adecuarse al cambio climático". ¿Cómo? Intentando ofrecer "sombra fresca" con árboles para bajar la temperatura de la plaza, utilizando pavimentos de tonos claros para evitar la acumulación de calor e incluso creando "áreas de suelo natural" que ayuden a drenar el agua y tapizados de "vegetación naturalizada" que sea capaz de "recargarse de humedad" por la lluvia o por instalaciones de reutilización de aguas.
Uno de los aspectos a destacar es que las especies elegidas estarían pensadas, según el proyecto 'Re-natura', para presentar al visitante una imagen diferente en función de la temporada del año. Sería un "bosque urbano propio de nuestro clima, mayormente caducifolio", de manera que la falta de hojas de muchos árboles en otoño e invierno "permite la visualización en profundidad" hasta entrada la primavera, para después ofrecer sombra en el período más caluroso del año.
Se prevé utilizar dos clases de arbolado. Por un lado, "árboles de alineación, cruz alta y buena altura, caducifolios y de fresca sombra en verano". Pero también palmeras, "árboles siempre presentes en la plaza" y que "enfatizan con su escala y diafanidad" los grandes edificios del Ayuntamiento y de Correos, y que además de crear alineaciones con calles limítrofes, también constituirían "pequeños oasis", por ejemplo, en el cruce de San Vicente al norte, o en el nudo de la calle de las Barcas.
Uno de los espacios en los que se centra el proyecto es el Jardín de San Francesc o jardín del agua. Ubicado justo al norte de la fuente, que se mantiene en su emplazamiento actual, el jardín "se diseña como una isla de vegetación con suelos naturales" bajo un "bosquecito de arbolado de ribera" y "un sotobosque mediterráneo". Una zona ajardinada que bien podría nutrirse de algunas aguas residuales o métodos de drenaje sostenibles.
El agua, de hecho, también forma parte del diseño de la plaza en el proyecto, bien como "espacio de frescor" o de juegos, bien para aumentar la humedad en determinados momentos y lugares. Así, por una parte "se crea una área húmeda a la manera de juegos de agua sobre el mismo suelo" de la explanada central. Aspecto que los redactores apostillan que "no condiciona otros usos del espacio".
Por otra parte, la actual fuente de la Plaza del Ayuntamiento se mantendría pero con algunas modificaciones. Seguiría funcionando con la misma tecnología y juegos de agua, pero adecuando su anillo más externo, que se expandiría para hacerlo "más accesible a la ciudadanía" y se rodearía con gradas y bancos.
El proyecto 'Re-natura' cambia sustancialmente la movilidad que tenía la Plaza del Ayuntamiento hasta 2020 y constituye una vuelta de tuerca más a la peatonalización emprendida por el consistorio desde entonces. Además de proponer una amplia peatonalización de calles adyacentes (color rosa claro en el mapa), limita el acceso a la plaza y alrededores a pocos tipos de vehículos (líneas naranjas y amarillas).
Por un lado, la avenida Marqués de Sotelo, que une la plaza con la Estación del Norte, quedaría peatonalizada a modo de "paseo de viandantes con posible paso de vehículos ocasionales en dirección norte". Por otro, el tráfico de acceso a la calle San Vicente quedaría restringido a microbuses, taxis, vehículos de mercancías, emergencias y vecinos, tanto desde el sur como desde la Plaza de la Reina.
Mismas restricciones para la calle Periodista Azzati, que daría acceso a los mencionados vehículos para discurrir por Roger de Lauria. La fachada del antiguo edificio de Correos quedaría peatonalizada al completo, y los contados vehículos que entraran desde el norte, por San Vicente, serían conducidos hacia Las Barcas.
La iniciativa también pretende dar respuesta a los múltiples y diferentes usos que tiene la plaza a lo largo del año, teniendo en cuenta también los diversos espacios que la componen. Así, por ejemplo, ubica estratégicamente los claros para ver la mascletá y la Falla municipal con perspectiva, y también distancias considerables entre árboles para permitir los desfiles, cabalgatas y otros eventos similares.
Por otro lado, la explanada central -donde se encuentran también los juegos de agua-, se contempla como un "área multifuncional" donde se pueden instalar escenarios, pistas, espectáculos, pequeñas representaciones, ferias, mercados, etcétera, así como permitir manifestaciones y un espacio limitado para la instalación de fuegos artificiales.
Aspecto a tener en cuenta para redactar el proyecto era el de los quioscos de flores que ahora rodean la explanada. Según esta propuesta, se redistribuirían y ubicarían en la franja sur de la plaza, de manera que se integren entre el arbolado de esta área y evitando que constituyan una barrera. Un emplazamiento pensado especialmente por ser "de fácil acceso para suministrar o recoger flores o ramos".
Asimismo, dice el proyecto, "la continuidad de lo público convive con el uso de terrazas de restaurantes o bares", especialmente en la mitad norte de la plaza. En ese sentido, las terrazas "se acotan apoyadas por la disposición del arbolado y el diseño de cierto mobiliario". El propósito es permitir "una oferta atractiva" permitiendo toda esta conjunción de usos, a los que acompañarían complementos como servicios wifi, puntos de llamada de taxis o paradas de transporte público.