VALÈNCIA. El PSPV de València descarta implantar la tasa turística en la capital hasta la siguiente legislatura. Es decir, a partir del año 2023. En este sentido se pronunció este martes la vicealcaldesa y portavoz de los socialistas, Sandra Gómez, quien además considera que ahora es el momento de "favorecer la recuperación del sector" después de la crisis de la covid-19 y no de "poner sobre la mesa un debate que indiscutiblemente es controvertido".
"Dejemos que el sector se recupere. Dejemos que vuelvan a sentirse fuertes económicamente para establecer este debate, y no justo ahora cuando se empiezan a ver otra vez buenas cifras turísticas". Cifras que, según ha resaltado "son de hace a penas unos meses". Así, entiende que el panorama no es todavía el idóneo como para comenzar a hablar de la tasa, un recargo que pagarán los turistas por cada día que pasen en la ciudad, y que oscilará entre los 0,5 y los 2 euros por jornada dependiendo del tipo de hospedaje en el que se alojen.
Cabe resaltar que en el pleno municipal del pasado jueves Compromís y PSPV llegaron a un acuerdo para aprobar una moción en la que instaban a la Generalitat Valenciana a regular la tasa "cuando el sector turístico alcance las cifras del año 2019". Una recuperación que, según destacan desde València Turisme, ya empieza a ser palpable y equiparable por el trasiego de turistas que ahora mismo se contempla en la ciudad.
Sin embargo, los socialistas no creen que esta coyuntura sea suficiente como para empezar a aplicar el gravamen, no cuando el terreno todavía es 'resbaladizo' a la causa de la situación sanitaria. "Esto es lo que nosotros defendemos", zanjaba Gómez al respecto. Y es que, en la moción aprobada por ambos grupos no se especificaba el horizonte temporal ni tampoco las condiciones en las que se tendría que dar esta obligatoria recuperación que se fijó como condición indispensable para introducir el cobro.
Aunque, sea como sea, lo que sí que ha quedado de manifiesto es que las prisas por negociar el impuesto van desacompasadas en el seno del Rialto. Así, Compromís cedió terreno al dar un paso atrás en la negociación del acuerdo y no demandar que la tasa se empiece a cobrar inmediatamente. Por su parte, el PSPV de València aflojó su postura y se abrió a debatir un tema que la formación a nivel autonómico ha tratado con más reticencias.
Y es que, el mismo tira y afloja que finalmente se resolvió en el Ayuntamiento de València también se dio en el seno de los partidos en les Corts Valencianes, institución que en última instancia es la encargada de aprobar la tasa turística. En este sentido, Podem y Compromís intcluyeron una enmienda a la ley de acompañamiento para los presupuestos de 2022 donde contemplaban introducir el impuesto durante el próximo ejercicio.
Un documento que el PSPV rechazó firmar incluso a pesar de que en él se recogieron las dos condiciones indispensables que había propuesto inicialmente con el ánimo de pactarla: que fuera municipal y voluntaria, para que no afectase a los municipios menos turísticos ni pudiera repercutir en las zonas más visitadas por valencianos que por turistas externos.
A este respecto, el portavoz del grupo socialista en les Corts Valencianes, Manolo Mata, se mostró partidario de regular la tasa "más adelante" en una proposición de ley y no "deprisa y corriendo" para que llegara a la ley de acompañamiento. Por su parte, el propio president de la Generalitat, Ximo Puig, también adscribió la teoría de que todavía "no es el momento" para implantar la tasa, y abogó por esperar una "recuperación del sector" tal y como defendieron sus compañeros de partido en el Ayuntamiento.
Recuperación que, tal y como se desprende de las declaraciones por parte de Sandra Gómez, no será suficiente para el PSPV al menos hasta la siguiente legislatura: "Otros sectores como la hostelería también lo han pasado mal, pero es obvio que el sector turístico ha sido el más castigado por las restricciones de movilidad que se han alargado más de un año", aludía.