VALÈNCIA. A menos de seis meses de las elecciones, los partidos afinan sus estrategias de precampaña para tratar de desgastar a los rivales de cara a la cita con las urnas. En la Comunitat Valenciana, salvo sorpresa en forma de adelanto, los comicios autonómicos se celebrarán el 28 de mayo, coincidiendo con los municipales.
Hasta entonces, las tácticas de ataque, defensa, contragolpe y posicionamiento, son las armas que manejan las distintas fuerzas políticas en ese espacio cada vez más amplio y etéreo que podría denominarse precampaña. En los últimos días, el PPCV que lidera Carlos Mazón parece haber encontrado un grieta para el desgaste en su máximo rival, el jefe del Consell y líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig.
Los sondeos, a día de hoy, van desde una victoria del Botànic no demasiado holgada hasta un triunfo ajustado del bloque conservador, pasando por el empate técnico. De lo cual puede extraerse, simple y llanamente, que hay partido en las próximas elecciones autonómicas. Uno de los problemas para el PPCV es que su líder, Carlos Mazón, todavía no resulta demasiado conocido entre el electorado y, al mismo tiempo, esto contrasta con que Puig no parece generar, tras más de siete años de gobierno, una animadversión generalizada o lo suficientemente poderosa para el cambio.
Ahora bien, la crisis económica nacida en la pandemia y expandida terriblemente por la guerra de Ucrania -tensión energética e inflación disparada-, puede hacer tambalearse a cualquier gobierno. O lo que es lo mismo: una ola podría llevarse por delante a buena parte de los ejecutivos progresistas, empezando por el presidido por Pedro Sánchez, que viene sufriendo además problemas de todo tipo con sus socios de Unides Podem en el Gobierno de España; además de las distintas problemáticas derivadas de las aritméticas parlamentarias. Todo ello, además de la llegada Alberto Núñez Feijóo al liderazgo del PP, ha provocado una serie de sondeos estos meses en los que Sánchez ha cotizado a la baja.
Aunque esta tendencia parece remitir, en la formación popular ven 'tocado' al presidente del Gobierno y en el PPCV parecen haber fijado una posición discursiva para aprovechar esta cuestión en la Comunitat Valenciana: mimetizar a Puig con Sánchez y dibujarlo como un 'títere' o cuando menos fiel aliado de un presidente del Gobierno que están en una posición delicada.
Una tesis que en parte tiene sentido. Cabe recordar que Puig ha sido uno de los barones autonómicos que más ha arrimado el hombro con Sánchez en distintas cuestiones y, más aún, ha evitado realizar críticas dirigidas a La Moncloa a diferencias de otros presidentes autonómicos. Sin ir más lejos, el propio Javier Lambán (Aragón), días atrás. Eso sí, el líder del PSPV sabe que este no es el mejor momento de Sánchez y viene tomando cierta distancia: es más, desde su entorno confiesan sentir miedo de que el presidente del Gobierno decidiera adelantar sus elecciones para hacerlas coincidir con las locales y autonómicas puesto que estiman que podría perjudicarles.
En cualquier caso, el PPCV ya ha comenzado a trabajar en esta dirección. En la última sesión de control de Les Corts, la portavoz del grupo popular, María José Catalá, trajo al debate en la cámara valenciana asuntos nacionales y jugó con la citada mimetización al decirle a Puig: "Ha pasado ser el primero de los valencianos al primero de los sanchistas; su moderación no es tal, es una absoluta rendición y su conformismo y su silencio dan oxígeno a un Gobierno totalmente agotado y rendido". "Lo único que hace es degradar Les Corts actuando como una sucursalismo puro y duro" al "traer a la Comunitat Valenciana la agenda de crispación" de Madrid, replicó Puig.
La prueba de que el argumento no era casual llegó pocos días después, el pasado lunes, cuando el líder del PPCV, Carlos Mazón, intervino en la capita del España en el Fórum Europa presentado por su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo. "Puig ha preferido ser el primero de los sanchistas al primero de los valencianos", proclamó, para tildar de "Gobierno Frankenstein" al Botànic y acusarlo de llevar a cabo un "procés silencioso" similar al catalán, para añadir que Puig había sido "el primero en saludar la reforma de la sedición" de Sánchez.
Una estrategia de desgaste por parte del PPCV hacia el presidente que podría dar frutos a medio plazo si la figura de Sánchez no termina de recuperarse y si los populares consiguen que el electorado valenciano vean en el presidente de la Generalitat una extensión en la Comunitat del presidente del Gobierno de España.