VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en consonancia con el Gobierno de España, acometió este lunes un relevo que generó cierta sorpresa en las filas socialistas. La sustitución de la delegada del Gobierno, Gloria Calero, si se imaginaba, pero que el recambio fuera la concejal del Ayuntamiento de València, Pilar Bernabé, no figuraba en ninguna quiniela, lo que ha provocado distintas lecturas en la formación del puño y la rosa.
Por partes. Gloria Calero era, por así decirlo, una de las últimas dirigente próxima al exministro José Luis Ábalos que permanecía en un cargo de alto nivel tras la fulminante destitución del referente valenciano en julio del año pasado. Aunque en varias ocasiones se había acariciado la posibilidad de su relevo, en el Palau de la Generalitat no se había tomado tal determinación al no existir confrontación directa con Calero. De hecho, Puig le ha dado una salida digna proponiéndola como senadora territorial.
Sin embargo, distintas fuentes socialistas aseguran que desde el Gobierno de España se había insistido en las últimas semanas en el deseo de sustituir a la delegada del Gobierno. Con este escenario, Puig ya había hecho algún movimiento: primero se planteó la opción del exconseller de Hacienda, Vicent Soler, quien declinó el ofrecimiento. Tampoco prosperó la posibilidad de que se incorporara al puesto la exsubsecretaria de Justicia Belén Cardona, dado que recientemente el Tribunal Supremo anuló su nombramiento como presidenta de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). Por otro lado, según distintas fuentes, Puig también se planteó la búsqueda de perfiles idóneos en la provincia de Alicante, pero las opciones no fructificaron.
Finalmente, la solución elegida estaba a unos pocos cientos de metros del propio Palau de la Generalitat. La concejal de Modelo Económico del Ayuntamiento de València, Pilar Bernabé, deja el consistorio para situarse como la tercera autoridad de la Comunitat e interlocutora con La Moncloa. Le sustituirá como concejal el subdirector de Valencia Activa, Javier Mateo, tras renunciar la siguiente en la lista, Mar Marín.
Las subdelegaciones del Gobierno, también sujetas a cambios
Además de, obviamente, defender los intereses del Gobierno de España, Bernabé tendrá como objetivo mejorar la conexión y dialogo entre el Ejecutivo central y la Comunitat Valenciana, pero también con el Ayuntamiento de València. Desde apuntalar o reivindicar inversiones pendientes hasta tratar de conseguir un mejor apoyo de los ministerios de cara a reforzar a la vicealcaldesa Sandra Gómez, que tiene el reto de tratar de convertirse en la fuerza más votada en mayo de 2023. Un objetivo que, además, puede beneficiar a Puig si, como se espera, hace coincidir las elecciones autonómicas con las municipales.
No parece esa la intención del movimiento, aunque este lunes en algunos sectores socialistas se promovía la idea de que el nombramiento estaba dirigido a apuntalar un posible 'plan B'-Bernabé- de candidatura a la Alcaldía de València en lugar de Sandra Gómez.
Una opción complicada de justificar simplemente haciendo un análisis de calendario. Aunque las listas al Ayuntamiento deberían conocerse aproximadamente entre marzo y abril, el proceso interno para los candidatos socialistas a alcaldías en capitales de provincia incluye la celebración de primarias, por lo que el melón se abriría meses antes. De hecho, Gómez fue elegida como candidata para las elecciones de mayo de 2019 en octubre del año anterior.
Es decir, que si el presidente Puig quisiera apostar por una alternativa debería lanzarla en ese momento -con Bernabé como delegada tan sólo tres o cuatro meses- o hacer que se retrasara ese proceso interno de elección de los candidatos. Algo que resultaría en cierta medida contradictorio con el propio proceso de designación de Bernabé, en el que el PSPV de València ciudad también ha estado implicado y teniendo en cuenta además la buena relación entre ambas dirigentes y las dudas respecto a si la nueva delegada del Gobierno habría ganado más notoriedad que Gómez.
De la misma manera, este movimiento también tapona en cierta medida la idea de que, si Pedro Sánchez se lanzaba a una nueva crisis de gobierno en la que pudiera salir la ministra Diana Morant, esta pudiera recalar como candidata a la Alcaldía de València, puesto que con la designación de Bernabé se cierra la puerta al hipotético paso transitorio de la exalcaldesa de Gandia como delegada del Gobierno.