Puig toma el mando de la crisis con el IVO y ofrece un acuerdo por escrito

VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, se ha implicado personalmente en el conflicto de la Conselleria de Sanidad Universal con el Instituto Valenciano de Oncología (IVO), cuyo patronato decide este viernes si firma no el contrato de acción concertada que tiene adjudicado desde hace más de un mes.

Puig ha recibido este jueves a Tomás Trénor, marqués del Turia, uno de los patronos que votaron el pasado 14 de septiembre en contra de firmar el acuerdo. En el encuentro celebrado en el Palau, del que no había noticia en la Agenda de la Generalitat, han estado presentes, además de Puig y Trénor, el secretario autonómico de Presidencia, Andreu Ferrer, y el director del Gabinete del President, Arcadi España. No ha estado la consellera de Sanidad Universal, Carmen Montón. 

Según ha podido saber Valencia Plaza, ante el enquistamiento de la negociación debido a la falta de confianza entre las partes, Presidencia ha optado por la entrada en escena de un nuevo actor, en este caso el presidente, para tratar de convencer a los patronos -el marqués del Turia no sería el único- de que la voluntad de la Generalitat es seguir contando con el IVO. 

En este sentido, Puig habría transmitido a Trénor el compromiso de un acuerdo por escrito para interpretar de manera favorable al IVO las condiciones que fija el contrato para la derivación de nuevos enfermos de cáncer a su centro, ya que la letra literal deja en manos de los oncólogos de la sanidad pública el futuro de la colaboración con la Fundación. 

La oferta por escrito era conditio sine qua non de la Fundación IVO para contemplar un cambio de postura, dado que la promesa que recibió su presidente, Antonio Llombart, por parte de la consellera de Sanidad Universal el pasado día 20 era verbal. 

Como publicó Valencia Plaza, Montón ofreció modificar las condiciones en las que los pacientes podrían acudir al IVO respecto a las fijadas en pliego de la convocatoria pública, pese a haber dicho públicamente que sería "ilegal" modificarlas. Por este motivo y porque la promesa quedaría en el aire si hubiera un cambio de conseller -en 2019 hay elecciones-, la Fundación exigió garantías de que a medio plazo perdiera buena parte de su actividad.

La Fundación IVO tiene de plazo hasta el lunes 2 de octubre para presentar toda la documentación que permita firmar el acuerdo de acción concertada. Si no lo hace, la convocatoria sería declarada desierta y la institución quedaría en la misma situación que está desde el 1 de enero de este año, como colaboradora de la Consellería sin contrato. Al no haber concierto y no estar presupuestado el gasto, las facturas del IVO se acumulan en los departamentos de salud sin que en todo el ejercicio haya cobrado una sola. La deuda supera los 40 millones de euros.

Montón anunció el pasado lunes que en caso de no llegarse a un acuerdo, no habría nueva convocatoria y la sanidad pública sería capaz de absorber todos los pacientes nuevos que cada año acoge el IVO, unos 5.000. Los que ya están siendo tratados en el IVO seguirían allí al menos durante cinco años.

Pese al conflicto, tanto desde la Generalitat como desde el IVO sostienen que la atención a los pacientes está asegurada. En el caso de los usuarios del IVO siguen siendo atendidos en la Fundación que dirige Manuel Llombart, mientras que los nuevos casos de posible cáncer detectados son gestionados por la sanidad pública y, en caso de considerarse conveniente, derivados al IVO.