VALÈNCIA. Luces y sombras en el desarrollo del vehículo eléctrico a nivel autonómico: las infraestructuras de recarga siguen subiendo (24%) al tiempo que las ventas de vehículos nuevos crecen de forma bastante más lenta. De hecho, el buen dato de la provincia de Valencia tras la Dana, que terminó el año con un 31,7% más de ventas de eléctricos que en 2023, permitió amortiguar las caídas de Alicante (-9,2%) y Castellón (-7,5%).
Todos ellos datos publicados en los últimos días por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). A nivel nacional, el contraste todavía fue más claro: mientras la red de carga creció un 32%, las ventas experimentaron un retroceso superior al 3%. En cualquier caso, "todavía estamos muy lejos de los objetivos deseables en ambos casos" para cumplir con las exigencias europeas de cara a 2030, según el Barómetro de la Electromovilidad publicado este jueves.
De este documento se desprende que la Comunitat Valenciana se sitúa por debajo de la media nacional tanto penetración del vehículo electrificado como en infraestructura de recarga a pesar del avance mostrado en este último aspecto durante 2024. De hecho, el "estancamiento en la demanda de vehículos electrificados" ha limitado la evolución del indicador general de electromovilidad en el conjunto de España. "Los avances en electromovilidad han venido explicados en su gran mayoría por un mayor despliegue de infraestructura de recarga", remarca el informe.
La Comunitat Valenciana cerró 2024 con 772 más puntos de recarga de vehículos eléctricos que en 2023, hasta alcanzar un total de 4.146 espacios. Un incremento cercano al 23% que le permite seguir avanzando en el desarrollo de la red, aunque a menor ritmo que en el conjunto de España. Galicia, Castilla - La Mancha, Aragón y La Rioja fueron las cuatro regiones que crecieron por encima del 40%, mientras que la Comunitat Valenciana se quedó como tercera región con menor incremento tras el Principado de Asturias (22,4%) e Islas Baleares (11,76%) sin contar con Ceuta y Melilla.
No obstante, cabe añadir que un total de 1.392 puntos de recarga valencianos no estaban operativos a cierre del pasado ejercicio bien por estar en mal estado, averiados o por no haberse podido conectar aún a la red eléctrica. Si estos enclaves estuvieran prestando servicio, la Comunitat alcanzaría los 5.538 puntos. A nivel nacional, un total de 11.446 zonas de recarga estaban fuera de servicio. En este caso, los datos son recogidos por la patronal a partir de la información proporcionada por los usuarios.
Mientras que respecto a donde se sitúan estos puntos la cosa está bastante repartida tanto a nivel valenciano como nacional: poco más de la mitad se sitúan en entornos urbanos, mientras el resto están en zonas interurbanas. No obstante, sobre estos últimos Anfac advierte de que la mayoría de ellos tienen potencias de como mucho 22 kW, lo que se traduce en "tiempos de carga muy elevados y una barrera de uso muy importante para el consumidor".
Y es que, si se analiza la infraestructura según la potencia de los cargadores, la mayoría está formada por aparatos de poca potencia - hasta 22 kW - con tiempos de carga de entre 19 y 3 horas por vehículo. En menor medida, destacan aquellos dispositivos con entre 50 y 150 kW, que ofrecen unos plazos de recarga de entre 1.20 h y 27 minutos. Tras éstos, se sitúan aquellos con una potencia en el rango de 150-250 kW, con carga rápida de entre 27 y 15 minutos. Los menos comunes son los superiores a 250 kW, que permiten cargar un vehículo en un tiempo estimado de entre 10 y 15 minutos; y los de entre 22 y 50 kW, que recargan un coche entre 1.20h y 3h.
La patronal sitúa como un "crítico para el despliegue del vehículo eléctrico" el hecho de que la gran mayoría de zonas de recarga impliquen unos tiempos de espera superiores a las tres horas. "Este es un punto esencial para hablar de electrificación en el transporte pesado de mercancías y personas", señala Anfac en el documento. La organización, además, tilda de "fundamental" el despliegue de puntos de al menos 150 kW de cara a que este tipo de vehículos se empleen en trayectos de larga distancia por carretera, así como para el transporte pesado de mercancías y personas.
Por otro lado, destaca el aumento de puntos con una potencia superior a los 250 kW a pesar de su aún baja penetración en el mercado. "Este crecimiento es muy positivo, dado que el despliegue de este tipo de infraestructura de alta potencia, que permite recargas similares a la experiencia de repostaje de un vehículo de combustión interna, es esencial para el verdadero despliegue del vehículo eléctrico", pone de relieve la patronal, que asegura que las "dificultades administrativas" tienen paralizados muchos proyectos en la actualidad que buscan ofrecer puntos de recarga de este tipo.