CASTELLÓN. El ataque con drones al corazón de la producción de petróleo de Arabia Saudí ha provocado la mayor paralización de la producción de la historia superando a la que ocurrió en la Revolución Iraní en 1978. De hecho, el precio del barril de petróleo se revalorizaba el lunes más de un 20% aunque a precios de cierre se relajaba un poco. No obstante, la nota positiva es que el precio del barril ha continuado bajando en las últimas dos sesiones.
Lo primero que hay que decir es que lo que se ha visto reducido es la producción del 6%, y ésta es probable que tarde en reestablecerse. Pero afortunadamente hay reservar suficientes para controlar que el precio no suba precisamente por escasez de esta materia prima. Solo podría haber problemas si Donald Trump declara la guerra atacando a Irán como responsables del ataque con drones y comienza una escalada bélica de consecuencias más malignas.
Pero de momento, ni el precio del barril de petróleo dice eso ni tampoco lo dice el precio del oro, que continúa estando tranquilamente por debajo de los 1.500 dólares la onza intentando no dejar escurrir las grandes ganancias obtenidas en las últimas semanas. Este último indicador es el realmente importante. Mientras que continúe tranquilo en cifras cercanas a los 1.500 dólares sin superar los máximos del pasado lunes en los 1.512, implicará que realmente el mercado no descuenta más problemas en el corto plazo.
A pesar de ello debemos rendirnos ante una evidencia. Y es que Donald Trump es imprevisible y todas las puertas pueden ser abiertas por lo que habrá que estar preparados por si vemos al oro reconquistar los 1.512 dólares. Eso implicará que bien por afán de protagonismo, bien por proteger a sus aliados sauditas o simplemente buscando la reelección, habrá ganas de gresca.
Eduardo Bolinches es director de Análisis de BolsaNow.com