Caminantes que salen de València o andarines que vienen de Burgos haciendo el Camino del Cid coinciden en estas rutas junto a numerosos ciclistas o a jinetes
VALÈNCIA. Camins del Carraixet. La denominación del citado proyecto pretende impulsar el entorno de este barranco, que nace en la Sierra Calderona, en Gátova, y traslada el agua desde esta zona montañosa al Mediterráneo, con su desembocadura en Alboraia. La Mancomunitat que luce el mismo nombre, la del Carraixet, ha potenciado la reconversión de uno de los focos de problemas de la comarca por los desbordamientos que sufre de cuando en cuando (el pasado mes de marzo tuvieron que desalojar a varias familias en la desembocadura al subir el caudal por las fuertes lluvias) en uno sus principales atractivos turísticos, sobre todo para senderistas.
"Contamos con 28 kilómetros de rutas entre los siete municipios que participan en este proyecto", apunta Noelia Rigoberto, técnico de turismo de la Mancomunitat del Carraixet, que destaca, entre las novedades más recientes, su señalización completa, finalizada el pasado año. Los siguientes pasos los constituyen la llamada ´señalización inteligente´ y la homologación como PR (pequeño recorrido). El trazado de esos 28 kilómetros, visto en un mapa, recuerda a un triángulo, con Almàssera, Alfara del Patriarca y Albalat dels Sorells como municipios que delimitan los vértices. Atraviesa pedanías de la capital como Carpesa (con su oferta gastronómica de cocas cristina, muy típicas de esta zona de l'Horta Nord) o Borbotó.
La extensión a afrontar depende ya de las ganas y de la fuerza de quien recorre todos o una parte de esos 28 kilómetros. Por ejemplo, para la persona que inicia su caminata en la ciudad de Valencia (gran parte de los usuarios) comenzar desde la Universidad Politécnica por la conocida como Vía Churra (atravesada por el carril bici), llegar hasta la altura del barranco, desviarse a la izquierda hacia Almàssera o por Tavernes Blanques (en función de si se cruza o no al otro lado) y continuar hacia Vinalesa para terminar en Alfara del Patriarca supone hacer una distancia de unos ocho kilómetros. Una ruta algo más corta y recta, mejor para recorrer en bicicleta, enlaza la citada Politécnica con Meliana por carril bici.
Respecto a ese potencial ciclístico precisamente se explaya Diego Ramírez, técnico de Turisme Comunitat Valenciana. "Nuestra autonomía presenta condiciones naturales excepcionales para la práctica del cicloturismo durante los 365 días del año. De hecho, estamos a la cabeza de Europa en infraestructuras para los amantes de la bici", comenta para señalar directamente que "la Mancomunitat del Carraixet ofrece una serie de rutas para la práctica del cicloturismo a escasos kilómetros de la gran ciudad. Permite disfrutar de un paisaje natural espectacular, como es la huerta valenciana, y conociendo sus municipios y productos locales".
Al igual que Rigoberto, Ramírez dirige su mirada hacia "la Vía Churra, una de las 13 vías verdes de la Comunitat Valenciana que atraviesa un paisaje de gran valor cultural y etnográfico". El técnico de la entidad autonómica de turismo insiste en "la apuesta firme por el cicloturismo, ya que este producto estimula el desarrollo económico en zonas rurales o áreas no receptoras de turismo, favorece la desestacionalización y deslocalización del turismo, ayuda al desarrollo de empresas en el territorio, se integra perfectamente con otros productos como el cultural, activo o natural y, lo que es más importante, mejora la calidad de vida de los usuarios respetando al máximo el medio ambiente".
"El perfil más habitual que tenemos es el de residente o turista de la ciudad de València que quiere dar un largo paseo. Por ese motivo hacemos promoción conjunta con Visit València para alargar la estancia con recorridos por la huerta, por el entorno del Carraixet", añade Rigoberto. Campos de chufa, patatas, cebollas, alcachofas, sandías… los productos del campo que salpimentan el paisaje resultan variados.
Entre los agricultores más destacados de la comarca emerge el carismático Toni Montoliu, propietario también de la barraca que ha habilitado como restaurante en plena huerta de Meliana. Cada día se siente acompañado por "miles de paseantes" mientras trabaja la tierra. Muchos se paran a contemplar su labor. "Les llama la atención vernos en nuestra faena, observar el mimo con el que trabajamos los campos, la precisión…", señala este labrador que exhibe tomates, lechugas o el típico cacao del collaret en su huerta.
Y cuando ara con la mula, abriendo surcos en paralelo, la expectación aumenta. "Se acercan en muchas ocasiones a fotografiarme", recalca, para indicar, entre lo que, desde su punto de vista, le resulta más chocante: "el elevado número de personas que viene haciendo la Ruta del Cid. 23 etapas desde Burgos. Yo les invito a comer en mi casa".
Y volviendo a la perspectiva comarcal, ¿qué hitos en el camino, pegados a los senderos, llaman más la atención del visitante? La técnica de turismo de la Mancomunitat tiene ejemplos para prácticamente cada localidad que forma parte del proyecto Camins del Carraixet. "El Museo de la Huerta en Almàssera, el Palau Noia en Meliana, el conjunto gótico valenciano de Alfara del Patriarca y Albalat dels Sorells, la antigua fábrica de la seda del siglo XVIII en Vinalesa, el barrio morisco de Mirambell…", enumera, para añadir que "la red de acequias del horta también atrae mucho".
¿Y que echa en falta? Noelia Rigoberta no duda en responder que "explotar más las visitas. Apenas hay agencias que las organizan". La Mancomunitat contempla tres rutas de avistamiento de aves, aunque hasta septiembre no tendrá lugar la próxima cita para disfrutar de una de ellas.
José Vidal es una de las personas que mejor conoce la evolución del barranco. Tiene la triple faceta de ex concejal, vecino de Vinalesa y trabajador de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), organismo que se ocupa del mantenimiento y limpieza del cauce. En esa transformación destaca el hito, para reducir el riesgo de inundaciones, que supuso el encauzamiento del trazado entre Vinalesa y Alboraia, y recuerda que falta por hacer lo propio desde la localidad aludida hacia Bétera, en la parte más elevada del barranco.
Subraya la mejora que ha supuesto la habilitación de las rutas, tanto para recorrer andando, a caballo o en bicicleta. Resalta igualmente el carácter fundamental que supone el mantenimiento que se está llevando a cabo y pone un par de tareas de mejora: adaptar el camino para reducir la elevada cantidad de polvo que se desprende al paso de personas y, sobre todo, de vehículos, y conjugar el tránsito de tractores o camiones a los campos en los caminos de servicio con los senderos. Entre las actuaciones pendientes apunta reforzar más de lo que se ha hecho el badén entre Alfara y Vinalesa para lograr una solución duradera que reduzca el riesgo de inundaciones.
Javier Espinosa, guía de senderismo y, como apostilla, "único técnico de marcha nórdica en la zona norte de la provincia de Valencia", organiza recorridos por el entorno del Carraixet. Explica que "la gente busca panorámicas y paisaje principalmente". Respecto a los tramos más transitados para caminantes, alude al de la desembocadura, el de la ermita dels Peixets, y también a los cercanos a Tavernes Blanques (la ruta pasa junto al conocido como cementerio de los ajusticiados -cerrado al público habitualmente- donde enterraron durante siglos a personas ejecutadas por pena capital en València). En cambio, los ciclistas optan por Vinalesa o Godella.
Desde su punto de vista resultaría interesante ampliar "la interpretación del medio. Haría falta más atriles. Muchas personas que pasean desconocen los encantos del lugar porque no tienen esa explicación que leer". Aunque considera necesaria la instalación de más señales para orientar el recorrido, matiza que "apenas el 40% de la gente busca esas indicaciones. Muchos recurren a aplicaciones y geolocalización y no se fijan tanto en los rótulos".
Respecto a la base de las señales apuesta por plástico reciclado “tiene aspecto de madera, pero no lo es. La madera se cuartea, y este tipo de señalítica de reciclaje resiste mejor”. Como advertencia para mantener el entorno en las condiciones adecuadas, Espinosa insta a "actuar contra la caña invasora".
Toda esta red de caminos en los últimos kilómetros contrasta con la carencia de sendas en su nacimiento, en Gátova. "Tenemos algunas rutas que cruzan el barranco o van en paralelo; pero no existe una específica", explica el alcalde local, Manuel Martínez, incluido también en este panel de expertos en la metamorfosis del barranco entrevistados por Valencia Plaza. El primer edil, no obstante, planifica "hacer un tramo de vía verde que discurra junto al cauce y unos diques para contener el agua".
El tramo final del paseo hacia la desembocadura discurre por Alboraia. El sendero se expande por unos dos kilómetros desde la salida del casco urbano hasta la ermita neogótica dels Peixets. En este recorrido el paseante puede contemplar, tanto en el interior del barranco como a sus alrededores, fauna como gaviotas, ánades, Martín pescador, culebra viperina, libélula… En lo que se refiere a construcciones, resalta la llamada Barraca del Coix de Navarro, principal monumento ancestral.
Entre las actuaciones para incrementar el atractivo del recorrido, desde el Ayuntamiento de esta población apuntan "la rehabilitación paisajística del paraje dunar de Els Peixets y la restauración paisajística de las huertas y del entorno de la ermita. Además, se contempla el desarrollo de carriles cicloturísticos que conecten los tres núcleos de Alboraya (casco histórico, La Patacona y Port Saplaya). Con estas acciones se mejorará el entorno de Els Peixets, así como las motas del barranco".
Añaden entre los objetivos de las citadas intervenciones "regenerar paisajísticamente esta zona de gran valor cultural y medioambiental, restaurar zonas recreativas llevando a cabo la mínima intervención sobre el terreno, desde la perspectiva de la sostenibilidad y austeridad en cuanto a recursos y materiales". Para no alterar el paisaje de la zona emplean, tal como especifican, utilizan "mobiliario urbano sencillo y especies vegetales autóctonas con pequeño mantenimiento". También hablan de "regenerar espacios verdes con conexión a la playa de Peixets y a sus alrededores junto a la desembocadura del barranco del Carraixet".
En Alboraia concluye el trazado. Su final se halla separado, por un amplio camino interior y por la misma playa, apenas un centenar de metros de la zona de la Patacona, ya limítrofe con el término municipal de València. El sonido del crepitar de las olas del Mediterráneo rubrica el epílogo de este precioso paseo iniciado en la sierra Calderona.