VALÈNCIA. Las elecciones de 2019 dejaron diferentes resultados electorales en la provincia de Valencia. Algunos municipios se alzaron con indiscutibles mayorías absolutas, como es el caso de Alfafar, capitaneado por el Partido Popular, o el de Paterna, Burjassot y Mislata, liderados por el PSPV. Sin embargo, otras localidades presentaron batallas mucho más ajustadas al pie de las urnas, lo que finalmente provocó que el partido ganador de las elecciones quedase muy lejos de conquistar al menos la mitad del plenario municipal.
Ante esta circunstancia, tan solo se abrían dos opciones: o gobernar en minoría, con todos los inconvenientes que ello implica a la hora de sacar las propuestas adelante, o forjar un pacto de gobierno con otra lista para garantizar un mínimo de estabilidad. Estos pactos, en esencia programáticos, suelen poner en común los proyectos, aspiraciones e intereses de los partidos integrantes para gobernar el municipio durante los próximos cuatro años, en base al acuerdo. Sin embargo, otro punto de especial relevancia es el reparto de competencias. Es decir, de concejalías. Y, en última instancia, también de la alcaldía.
Los Ayuntamientos donde el resultado es claro, con un partido mayoritario y otro minoritario, no suelen dejar lugar a la confusión: la alcaldía la ocupa el primero. Sin embargo, allá donde las cifras son cortas o donde los cálculos dan para combinaciones muy dispares, es común que los partidos mayoritarios tengan que ceder cuota de poder. A veces, incluso, en forma de alcaldía. Así, seis municipios del área metropolitana de Valencia van a cambiar o ya han cambiado a su alcalde o alcaldesa, honrando así los pactos de gobierno que firmaron con otros partidos.
Cuatro municipios de las comarcas de l'Horta han optado por el modelo de la alcaldía compartida. Este es el caso, por ejemplo, de Paiporta, gobernado por Compromís y el PSPV. La formación valencianista ostentó la alcaldía durante los dos primeros años de legislatura, con Isabel Martín al frente, mientras que la socialista Maribel Albalat ocupará el puesto hasta el año 2023. Ambas coinciden en la robustez del pacto que firmaron en 2019, y que ha señalado el camino de sus políticas conjuntas.
Isabel Martín deja ahora la alcaldía después de seis años, un puesto que ocupó por primera vez en el año 2015: "Cuando llegamos al gobierno nos encontramos 7 millones de deuda, y ahora tenemos 11 millones de remanente", resalta, como la principal hazaña de su equipo de gobierno en este periodo. Como elementos diferenciadores de un gobierno de Compromís, resalta las políticas "para las personas", traducidas en "más y mejores servicios sociales"; el cuidado del medio ambiente y la mejora de la movilidad con la ampliación de espacios para peatones.
"Nos vamos después de dos años con el 90% del programa de gobierno en marcha o a punto de finalizar", explica la ya exalcaldesa. Hasta 2023, Martín ocupará la concejalía de Hacienda y Administración General. Por su parte, Maribel Albalat ya ha recibido la vara de mando, y dejará la concejalía de Cultura para centrarse exclusivamente en la alcaldía. Como sus principales proyectos a desarrollar, destaca la seguridad vial en la rotonda de acceso desde Picanya o el soterramiento definitivo del "paso a nivel más peligroso del área metropolitana de València". También busca un gobierno más abierto a la ciudadanía, después de un año en el que los servicios de atención se han visto mermados por las restricciones sanitarias.
"Nuestro objetivo es resolver problemas, no crearlos. La ciudadanía verá que esa es nuestra marca y nuestra manera de entender la política", aseguraba, como seña de identidad de una alcaldía liderada por los socialistas. "Aportaremos también diálogo con nuestros compañeros de gobierno y con la oposición", recalcaba. Esta es la primera vez en 14 años que el PSPV accederá al gobierno de Paiporta.
También en Godella deja la alcaldía Compromís para cedérsela al PSPV. En este caso, la ya exalcaldesa de la formación valencianista, Eva Sanchis, ha decidido apartarse por completo de la política después de ceder la vara de mando a la socialista Teresa Bueso. Así, se centrará exclusivamente en su puesto como funcionaria de la Generalitat Valenciana, después de 14 años dedicados a la política en Godella, 7 de ellos como alcaldesa.
Sanchis ocupó el máximo cargo del gobierno municipal por primera vez en 2014, también con una alcaldía compartida. Luego ganó las elecciones de 2015 y revalidó el puesto totalmente en solitario hasta 2019, cuando tuvo que pactar de nuevo una alcaldía compartida con sus socios. Ahora, en 2021, ha aprovechado el cambio de sillas para decir adiós a la primera línea política, y tampoco tiene intenciones de aspirar a otros puestos dentro de Compromís, puesto que proviene de El Bloc y se considera a sí misma miembro del "sector crítico".
Como su principal legado de los 7 años de mandato, destaca "una política más abierta, más participativa y en clave valencianista". También pone en valor la creación, por primera vez, de la concejalía de Turismo para promocionar Godella en este sentido. "Se ha procedido a la rehabilitación de edificios sociales y para vivienda tutelada, hemos puesto en marcha políticas agrarias y de agricultura ecológica, y hemos dado un importante impulso a la cultura", detalla.
Cabe recordar que PSPV y Compromís gobiernan Godella en minoría, con el apoyo externo de la única concejala de Unides Podem, Irene Ferré. Y justamente esta es una de las cuestiones que la nueva alcaldesa quiere remendar: "Estamos en negociaciones para que pueda entrar en el gobierno", expone Teresa Bueso. Otras líneas fundamentales de los próximos dos años serán "ampliar el horario de atención a la ciudadanía, mejorar las herramienta de la web municipal para hacerla más accesible, y retomar todos los proyectos que quedaron parados por la pandemia". Esto es, el hogar del jubilado o el asfaltado de algunas calles.
Mucho más complicada es la situación en Rocafort, donde gobiernan PP, Ciudadanos y Vox. Este pacto contemplaba también la rotación de alcaldía entre los populares y naranjas a mitad de legislatura, una carrera que comenzaría Guillermo José, de Ciudadanos, y que terminaría en los últimos dos años Agustín Aliaga. Sin embargo, todas las alarmas saltaron hace unos meses cuando, de manera unilateral, el alcalde de Ciudadanos decidió apartar de sus funciones a la concejala de Urbanismo del Partido Popular, Susana Martínez.
Un hecho que justificó en la sucesión de "serios errores en la gestión". En aquel momento, los naranjas propusieron a sus compañeros nombrar a otro de sus concejales como encargado de Urbanismo, intercambiando las funciones con Martínez. Sin embargo, los populares se negaron y entonces José propuso la asunción de esta competencia a Vox, que también la rechazó. Así, se hizo cargo de Urbanismo la otra edil de Ciudadanos, Rosario Marco.
Un "lío" que en su momento llevó incluso a temer por el pacto de gobierno en Rocafort aunque, de momento, la sangre no ha llegado al río. "Todo sigue igual", apuntan las fuentes implicadas. Aunque la tensión no ha hecho más que escalar, puesto que el Partido Popular se está planteando la posibilidad de restablecer a Susana Martínez en Urbanismo tan pronto como toque la alcaldía. Algo que, por el momento, ni siquiera tiene fecha, ya que José no ha convocado el pleno para renunciar a su puesto y nombrar al nuevo alcalde.
Un pleno de investidura que además puede presentarse movido y "con sorpresas", puesto que el PSPV ya anunció en su momento que presentaría también a su propio candidato con la esperanza de que los números bailasen y le otorgasen la alcaldía, dinamitando así el pacto entre PP, Ciudadanos y Vox. Aunque, por el momento, el pacto sigue adelante y si no hay cambios de última hora, el Partido Popular debería asumir la alcaldía antes de agosto.
Mejor sintonía hay entre el PP y Ciudadanos de Vilamarxant y Masalfassar. En el primero, ambos hacen una valoración muy positiva de los dos primeros años dentro del pacto de gobierno. Así, el exalcalde popular, Héctor Troyano, ha cedido ya el puesto a su sucesor de Ciudadanos, Xavier Jorge. "Han sido dos años complicados por la pandemia, pero el parón nos ha dado el tiempo que necesitábamos para revisar proyectos que ya teníamos en marcha y poner orden en contratos y licitaciones", valoraba Troyano.
Del mismo modo, destaca la inauguración de un parking de 100 plazas como uno de los principales hitos de su tiempo en la alcaldía. Además, también explica que se han "cimentado" proyectos importantes como una nueva rotonda en el polígono o la nueva residencia de mayores: "Ya tenemos en marcha el 80 u 85% del programa para esta legislatura", expone. "Tenemos un proyecto de ciudad, con inversiones e infraestructuras muy claras", defiende Troyano, en relación a los matices diferenciadores del Partido Popular.
En cuanto a su relación con Ciudadanos, explica que "tienen proyectos similares", y que ideológicamente "están muy cercanos, en el centro y huyendo de radicalismos". A partir de ahora, el exalcalde popular ostentará la concejalía de Urbanismo y Hacienda. Por su parte, Xavier Jorge destaca que son "un equipo sólido que trabaja en la misma línea". El ya alcalde de Ciudadanos apunta como sus principales retos de futuro la sostenibilidad, en forma de bonificación fiscal a la utilización de energías renovables, y el cuidado del medio ambiente, así como la economía circular y la modernización de la administración local.
En Massalfassar, las impresiones son las mismas: buena sintonía y un proyecto de municipio en común. En este caso, PP y Ciudadanos accedieron al gobierno tras una moción de censura a la alcaldía en minoría de Compromís, que facilitó el único edil de Demòcrates Valencians hace justo un año. Así, su tiempo en el gobierno será de tres años y no de cuatro: uno para el Partido Popular y los dos restantes para Ciudadanos.
El todavía alcalde popular, Álvaro Montañés, cederá el puesto en agosto al naranja Higinio Yuste. "Veníamos de cuatro años sin poder aprobar un presupuesto, y ahora llevamos dos en un año", resaltaba Montañés. "Hemos trabajado como un equipo sin ideología, para dar un impulso a las políticas que necesitaba el municipio". Así, destaca cuestiones como el arreglo de espacios urbanos o la renovación de la bolsa de trabajo pública para contratar a más gente.
"El cambio de alcaldía tan solo supone un cambio de nombre, porque las políticas van a seguir siendo las mismas", aseveraba por su parte Yuste. Del mismo modo, también ha celebrado el éxito de Ciudadanos en el municipio, puesto que accederá a la alcaldía siendo esta la primera vez que se presentaba a elecciones. A partir de agosto, Montañés ostentará la concejalía de Fiestas y Tradiciones, mientras que el alcalde naranja se centrará únicamente en la coordinación del equipo de gobierno.
El último baile de alcaldías que se prevé en fechas próximas es el de Llíria. Concretamente, el PSPV cede la alcaldía a Compromís después de 14 años al frente de la misma. Manolo Civera, quien ha sido alcalde durante todo este tiempo, ha aprovechado la delegación de la vara de mando para dejar también la política e incorporarse a su puesto de funcionario en la Conselleria de Vivienda: "Ha llegado el momento de dar un paso al lado y dejar entrar a los siguientes", afirma al respecto.
Por el momento, sus aspiraciones son las de continuar con su empleo de técnico de vivienda, aunque no descarta del todo volver a la política. Eso sí, lejos del municipalismo, al que le ha dedicado buena parte de su vida, también como alcalde de Alcublas antes que Llíria: "Si mi partido considera que puedo ser útil, estaré allá donde me necesite". Así, Civera deja el puesto de alcalde y también el de concejal, a los que cree que ha aportado "sobre todo, experiencia".
Entre sus principales hitos de los últimos años, destaca la dinamización de la administración local, lo que ha conseguido atraer importantes inversiones a los polígonos industriales. Por su parte, Joanma Miguel, de Compromís, ya ha jurado el cargo de alcalde. Esta es la primera vez que la formación valencianista ocupa la alcaldía de Llíria: "No empezamos desde 0, durante los dos anteriores años de legislatura ya hemos puesto en marcha importantes proyectos", afirma. Así, ambos alcaldes muestran sintonía y "buen entendimiento" entre sus dos formaciones.
Como objetivo de futuro para Compromís, destaca el impulso a todas las inversiones que han quedado paradas por el impacto de la pandemia. "Es la legislatura con mayores inversiones en la historia del municipio", apuntaba Miguel. Desde mejoras viarias hasta el Pla Edificant, pasando también por el Pla Convivint. "Va a ser un periodo muy abierto, centrado en solventar los verdaderos problemas de la ciudadanía".