VALÈNCIA. Desvelar la propia mirada. Explorar la mirada ajena. Tricotar alianzas. Empoderarse. Reconocer y darse a conocer. Todos estos, y algunos más, son los objetivos de Raïm, el proyecto online que busca aglutinar a los artistas visuales valencianos que emplean la fotografía como vehículo expresivo. De forma sencilla y casi minimalista, la plataforma ejerce a la vez de directorio, registro y portafolio colectivo para que los autores emergentes o de medio recorrido compartan muestras de su trabajo y logren multiplicar la visibilidad del mismo.
Nada de florituras y grandes premisas filosóficas, Raïm surgió de una necesidad: “En València había poco tejido en el mundo de la fotografía y un grupo de amigos decidimos que era necesario sumar fuerzas y poner nuestro trabajo en común. Los grandes nombres de este campo no necesitaban ese espaldarazo, pero quienes todavía no estamos consagrados, sí”, apunta Estela Sanchis, una de las fundadoras de la iniciativa. “Ya que no tenemos apoyo de las instituciones, tenemos que sustentarnos entre nosotros. Al final, el público y el interés tenemos que ir creándolos poco a poco. Queremos ser un punto de anclaje para que aquellos que tengan cosas que decir encuentren su hueco”, señala. En este sentido, reivindicar el rol de la fotografía como un arte más resulta esencial para los miembros de Raïm, “hasta ahora ha sido la gran olvidada del circuito cultural”, indica Sanchis. “Desde hace años, en el escenario de la fotografía valenciana ha faltado conexión entre los distintos agentes implicados. Cada uno iba haciendo la guerra por su cuenta, Raïm, en el tiempo que lleva en marcha ha conseguido ser un elemento unificador de las distintas corrientes y profesionales que existen en la escena de la ciudad”, considera Jorge Alamar, uno de los colaboradores del proyecto.
Raïm busca confeccionar una red de profesionales, establecer conexiones entre unos y otros, fomentar esa sensación de colectividad con intereses y aspiraciones similares, pero también encuentra su razón de ser en impulsar la visibilidad de los autores. “Si hay comisarios de exposiciones que quieren saber lo que está ocurriendo en València, aquí tienen un lugar al que acudir”, sostiene Sanchis. “El hecho de que exista este espacio es una ventana para posibles clientes y expertos. Cuando estás buscando a fotógrafos que trabajen sobre una temática concreta, encontrar una página web que te resume la filosofía y estilo de cada uno es un atajo brutal, una maravilla”, explica Alamar.
También se trata de llegar a una audiencia amplia. Frente a vertientes más conocidas, como el fotoperiodismo o la fotografía documental de corte convencional, la plataforma busca, en palabras de Sanchis, abrir una senda para acercar este tipo de trabajos al gran público “y que vean que no da miedo”. Otro de los ejes fundamentales del proyecto, una de sus almas, es ejercer como archivo online, como lugar de consulta en el que ir documentando qué y quién está creando en València a través del objetivo de su cámara, un proceso en continuo crecimiento que para Alamar resulta “muy interesante y me consta que ya hay investigadores que están utilizando la plataforma como una vía de acceso a determinados artistas”, señala Alamar. Dentro de ese enfoque artístico, la iniciativa acoge a autores interesados por todo tipo de temáticas, desde el concepto de memoria a la crudeza de ciertos paisajes urbanos, pasando por la intimidad de los cuerpos o la relación entre los seres humanos y el territorio. Así, en Raïm es posible encontrar a Gema González con su serie ¿Por qué no te arreglas?, el trabajo en torno al río Túria de Juan Margolles, los enclaves en transición de Mati Martí o la iconografía cotidiana de Clara Bleda. “Se trata de gente muy distinta haciendo cosas muy distintas pero con una fuerte voluntad por compartirla”, sostiene Alamar. "Estamos dando un toque de atención, dejando constancia de todo lo que se está movimiento en la Comunitat Valenciana", apunta Sanchis.
Durante el año que lleva en marcha, Raïm ya ha establecido vínculos con otras propuestas del campo de la imagen surgidas en la ciudad, como la revista VA! o el Photobook Club, “la idea es unirnos para poner en marcha distintas iniciativas y conseguir que el sector se mueva”, apunta Sanchis. Por ello, es frecuente la presencia de miembros del grupo en proyecciones, charlas y exposiciones colectivas. Además, Raïm ha organizado la presentación de diversos libros de fotografía artística como Mamá, de Nacho Caravia; A Place Both Wonderful and Strange, de Fuego Books o The Tree of Life is Eternally Green, del colectivo Niño Rojo. “En muchas ocasiones, se trataba de figuras que estaban presentando sus trabajos en las grandes ciudades españolas, pero no tenían a València en su agenda. Nosotros les invitamos a venir y demostramos que aquí también hay hueco para ese tipo de actividades”, señala Sanchis. En el horizonte se asoma un proyecto con la revista argentina Balam en el que fotógrafos de ambos lados del charco compartirán sus imágenes sobre el universo marítimo. El resultado final de esta sinergia verá la luz el 17 de noviembre.
“En València en los últimos años han surgido proyectos fascinantes, pero ha sido porque la gente ha trabajado desde ámbitos independientes, no desde las entidades públicas, que se centran en disciplinas más legitimadas y establecidas. Por suerte, creo que esto está cambiando y que la situación está evolucionando a mejor”, indica Alamar, para quien, desde las instancias oficiales “ha costado entender en qué se basa la fotografía artística hoy en día y cuáles son sus diferencias respecto a otras aproximaciones más clásicas”. En definitiva, para Alamar se trata de “un altavoz” para que este ámbito “coja músculo, porque talento en València hay de sobra”.
A largo plazo, este racimo de uvas visuales aspira a una transformación en profundidad: "queremos que la sociedad valenciana tenga una visión más real de lo que ocurre con la fotografía en este territorio, porque la mayoría no tiene ni idea de los artistas que existen y las actividades que llevan a cabo. Desde hace años se está viviendo un momento muy dulce en cuanto a producción de contenidos diversos, pero necesitábamos una plataforma como Raïm para poder comunicar todo ese trabajo de una forma más potente". Los interesados en unirse a la iniciativa simplemente deben proporcionar a sus responsables unas cuantas imágenes representativas de sus proyectos creativos, algo de información biográfica y los datos de contacto que consideren adecuados, desde sus redes sociales hasta su página web. Todo vale en este juego de observar y ser observado. Si la creación se convierte a menudo en un soplo que nos salva del abismo, ¿por qué no intentar que llegue tan lejos como le permitan sus alas?