MADRID, (EP). El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha reclamado que no se den en Cataluña "más pasos en la mala dirección" tras el anuncio de una ley de transición hacia la independencia y ha reiterado que "no se puede celebrar" un referéndum sobre la secesión catalana, "para liquidar la soberanía nacional, la unidad de España y la igualdad de los españoles".
En rueda de prensa para hacer balance del año, Rajoy ha reclamado "hacer cosas en positivo" y ha insistido en su oferta de diálogo al Gobierno catalán sobre todo tipo de asuntos salvo la unidad de España y la igualdad de los ciudadanos. "Decir que no se van a cumplir las leyes no tiene ningún sentido, yo ofrezco algo más razonable: hablar. Pido que no se den más pasos en la dirección contraria al sentido común", ha dicho.
Para Rajoy, "dar cada vez más pasos en la mala dirección" no es lo más inteligente" sino "lo peor para la convivencia y los intereses generales de todos los españoles". También ha opinado que una reforma de la Constitución no resolvería el desafío soberanista catalán. "No, salvo que liquidemos la soberanía nacional, la unidad nacional y la igualdad de todos y eso los españoles no lo van a hacer", ha resumido.
Rajoy ha defendido que su oferta de diálogo no supone ninguna rectificación de su política anterior hacia Cataluña. "Enmienda no hay ninguna", ha dicho, antes de destacar que en los últimos cuatro años se ha hablado de "muchas cosas capitales para la vida de la gente", como el Fondo de Liquidación Autonómica y el mecanismo de pago a proveedores, que han supuesto más 50.000 millones.
En ese sentido, ha recordado que el diálogo ya existe, también con el vicepresidente y consejero de Economía Oriol Junqueras. Rajoy ha aprovechado para pedir tanto a Puigdemont comno al lehendakari, íñigo Urkullu, que no "abdiquen de su responsabilidad" y acudan a la Conferencia de Presidentes del 17 de enero, porque la gente no entendería que no acudan a un foro donde se toman decisiones que afectan a sus ciudadanos.
Pero el diálogo, ha avisado, "nunca puede ser un contrato de adhesión" y "es muy difícil hablar" si uno se sienta a una mesa y reclama todo lo que hay encima de ella. "Yo a eso no le llamo diálogo, no le voy a llamar nada", ha optado por decir.Y además, ha insistido en que él no va a hablar de aquello que no está en sus manos, "la unidad de España, la igualdad de todos los españoles y la soberanía de todos", porque eso es una decisión que corresponde a todos los ciudadanos.
Es más, ha recordado que esa ha sido siempre su posición y ha reiterado que "el Gobierno no va autorizar ningún referéndum que suponga liquidar la soberanía nacional" ni a obligar a los catalanes a elegir si son catalanes, españoles o europeos, cuando ahora son las tres cosas. "Es bueno que nadie se llame a engaño", ha avisado.
Rajoy no ha querido pronunciarse sobre la ley de transitoriedad que negocian los partidos independentistas sin dar a conocer su contenido, más allá de decir que será "un proyecto o una proposición de ley, porque las leyes las aprueban los Parlamentos". Tampoco ha querido desvelar el contenido de su conversación con el presidente catalán, Carles Puigdemont, ni si el Ejecutivo tiene un plan alternativo: "Estar explicando lo que se habla o se deja de hablar, o lo que se hace o se deja de hacer es el procedimiento ideal para no llegar a nada".
Preguntado si se plantea convocar elecciones en caso de que no salgan adelante los Presupuestos de 2017, no ha querido ponerse en este escenario porque sólo contempla la posibilidad de que sean aprobados. "Si pensáramos que no los vamos a tener, ¿con qué ánimo iríamos a las negociaciones?", ha preguntado.
El presidente ha repasado los "hechos sin precedentes" y los "sobresaltos políticos" del año que termina: una legislatura fallida, la repetición de las elecciones y un gobierno diez meses en funciones, para al final hacer "lo que los españoles dictaron hace un año". Pero ha asegurado que los pactos y acuerdos de los últimos meses han permitido "enmendar" la situación, entre otras cosas por "la responsabilidad" de otros partidos para evitar terceras elecciones, aunque no ha mencionado a ninguno.
Rajoy ha citado distintos acuerdos para crear comisiones en el Congreso, impulsar un pacto educativo o subir el SMI, aunque de todos ha destacado el que incluyó al PSOE para sacar adelante el techo de gasto para 2017 y la senda de estabilidad, que ha sido visto positivamente fuera de España. "Si somos capaces de mantener esta actitud responsable y constructiva podemos garantizar a los españoles un futuro de estabilidad y prosperidad que será mérito de todos", ha sentenciado, y ha propuesto a la oposición alcanzar juntos siete grandes metas en 2017.
De entrada, recuperar el 10% del PIB perdido por la crisis, lo que se puede conseguir en el primer semestre del año, ha dicho; también crear medio millón de empleos, cumplir los objetivos de déficit y salir del procedimiento europeo de control, reformar la financiación autonómica, alcanzar un pacto educativo, consensuar el futuro de las pensiones y cómo "erradicar" la violencia de género e impulsar un Europa unida y solidaria.
Un acuerdo en cualquier de estos asuntos, según Rajoy, sería "celebrado" por la sociedad, que a su juicio ha demostrado que huye del radicalismo porque "es moderada". Ha apostado por eso por profundizar en las líneas de diálogo y en un mismo año "pasar de un bloqueo histórico a una colaboración histórica", en clara alusión a posibles pactos entre PP y PSOE.
Preguntado por sus preferencias al sentarse a negociar, Rajoy ha dejado claro que el "socio preferente" del PP es Ciudadanos, porque es el que votó su investidura y el que "quiso ser socio" de los 'populares', pero que también hablará con el PSOE de los grandes temas que son "importantes para el futuro de la nación": educación, pensiones, estabilidad presupuestaria, la OTAN o el diseño europeo. "Es lógico", ha sentenciado el presidente.