Ramón Esteve, ejemplo valenciano del diseño transversal

Hay profesionales a los que admiras y prefieres no conocer en persona por si se te cae un mito. Y luego está el caso opuesto que es el del día que conocí hace una década a Ramón Esteve, y desde entonces nuestros caminos se han cruzado de manera ocasional y siempre derrochando generosidad, respeto y un lado muy pedagógico que en diseño es de agradecer pudiendo mezclar la holística con el diseño alemán del siglo pasado e hilar un discurso sin estridencias.

En aquél primer encuentro yo iba a hacer unas fotos de arquitectura, no contaba con que él estaría y allí apareció para hacerme un tour que ya quisiese cualquier estudiante con ese tono pausado, esos gestos embelesadores y sobretodo esa motivación por el diseño y la arquitectura, por la luz y por las escalas. Llevaba la didáctica dentro, de lo que rápidamente se intuye la pasión por lo que hace y, recientemente, trabajando en la candidatura de València Capital Mundial del Diseño, su figura ha sido importante desde antes incluso de gestarse la candidatura en sí.

No es un caso aislado en la Comunitat Valenciana lo del diseñador talentoso, generoso y apasionado, de hecho es probablemente ese aglutinante en el que consiste el truco para que la valenciana sea una tierra conocida por la unión entre el gremio, pero el perfil de Ramón Esteve trasciende de diseñador hasta impregnar con ese carácter a toda una empresa, el estudio que lleva su nombre formado por un numeroso grupo de profesionales de la arquitectura o el diseño.

Efectivamente en su estudio abunda el talento, donde se dedican al diseño de producto, mobiliario y arquitectura, y también al interiorismo, a la dirección de ante, al gráfico o al diseño de marcas. Abunda también la luz, las lámparas Tolomeo y gente, gente que desprende muy buen rollo incluso cuando el jefe está presente. Y este es un detalle importante ya que no es habitual en estructuras numerosas, y cuando ves desde dentro esa relación y esa naturalidad descubres que algo tendrá que ver el éxito hacia la galería con el buen ambiente hacia adentro.

Fundó ese estudio en 1991, es Doctor en Arquitectura y sigue compaginando su carrera a nivel internacional con la docencia y con las conferencias en las que explota ese ejemplo de transversalidad en el diseño que es. Es la concepción del “diseñador de diferentes escalas”, intentando que su perfil de arquitecto y de diseñador confluyan sin tener que parcelar profesiones diferentes por el hecho de tener nombres distintos. No se queda con lo uno ni con lo otro, huyendo así de esa endogamia que rodea algunos círculos profesionales, y no concibe lo otro sin lo uno. Arquitectura es diseño, pero a otra escala.

Su obra es intensa, con obras y piezas que emocionan. Y es que además de una residencia u hospital diseña unos sofás, lámparas e iluminación, unos grifos, butacas, sillas o convierte en referente una colección de mobiliario exterior, con el perfeccionismo que lo caracteriza fruto del análisis meticuloso que hace de cada proyecto, proyectos que resultan como es él, calmado, en armonía y siempre con detalles de calidez aunque estés en un espacio blanco impoluto o rodeado de muros de piedra.

“Creatividad es el resultado de imaginar, resolver y sorprender”

Su perfil dual de diseñador y arquitecto le hace aún más conocido y reconocido. Y es difícil no haber transitado por alguna de sus obras, desde el restaurante Bouet, el centro Bombas Gens, espacios de trabajo, colegios, hospitales o paseado desde las páginas de alguna revista o blog inspiracional por sus viviendas particulares, todo espacios con un punto de magia, espacios, como él ha acuñado, en los que apetece vivir, con luces naturales que inundan espacios y sistemas de iluminación con luz artificial bien controlada y oculta a poder ser.

Uno de sus grandes hits es Na Xemena, la colección de mobiliario exterior diseñada en 1996 para la vivienda ibicenca del mismo nombre. Tras la obra residencial Ramón Esteve no encontraba los muebles perfectos para la terraza así que se vio diseñándolos a medida para la firma Gandia Blasco, marcando sin saberlo un estilo que hoy está casi normalizado (y donde abundan las copias) en villas de lujo, hoteles y casas mediterráneas.

Ramón Esteve ha convertido a su propio estudio en un caso de éxito, gracias al momento en el que entiende la importancia de comunicar de su propia empresa y cómo documenta y cuenta sus proyectos. Y aunque parezca obvio, es bastante inaudito en el sector y puede que un aspecto suyo incomprendido por muchos colegas. Lo que genera su estudio son los productos de la marca, una marca que al fin y al cabo es él, y para posicionar sus productos ha buscado su nicho, se los ha llevado al lujo y a la moda, ha metido modelos que podrían ser de revista y ambientes de tendencias, ha introducido el concepto de dirección de arte en las empresas para las que trabaja, contratado a fotógrafos de moda y a videorealizadores creando catálogos en movimiento, spots comerciales de una terraza o un sillón, ha dado con la fórmula y esa fórmula es ahora su marca, más allá del sello que pueda tener su propia arquitectura que por otro lado es un abanico estilístico que puede ir del hetéreo blanco a la pesada pared de piedra, nunca sin un ambiente adecuado, y es que el terreno, el paisaje, deben ser protagonistas de sus casas, y el entorno vivido parte del mobiliario que diseña.

En la próxima edición de Feria Hábitat Valencia será Ramón Esteve el protagonista de la retrospectiva anual cuya instalación está diseñando él mismo. Habrá que esperar a la semana del 17 al 20 de septiembre a que el certamen abra sus puertas para descubrir cuál es la selección de piezas de producto y mobiliario que el diseñador ha escogido de su repertorio y donde estará en su salsa, transversal como decíamos, rodeado del mejor interiorismo, decoración, diseño, arquitectura y contract del panorama internacional.