Hace unos meses Mercadona dio carpetazo a su antigua tienda en Internet que ya necesitaba un buen lavado de cara e inauguró su nuevo modelo de negocio online con el eslogan: “Nos reinventamos contigo”. Reinventarse en la era de la digitalización de la mano del cliente, esa es la cuestión. La cadena valenciana de supermercados dio un paso decisivo para atender a sus clientes digitalizados, que utilizan todas las formas de acceder a la compra, desde cualquier lugar, en cualquier momento, y desde cualquier medio digital. Sin embargo, su verdadero negocio está en sus 1627 tiendas físicas de proximidad (según datos de la Memoria de 2017). En la compra de productos de gran consumo, el comercio digital apenas supone el 2% de las ventas, pero hay casi 5 millones de hogares que ya han hecho alguna compra online de alimentación. Estamos en la era omnicanalidad, de la digitalización y de la innovación en el retail y durante mucho tiempo convivirán las tiendas físicas (offline) y el comercio digital (online).
La digitalización, frecuentemente, asusta a las pequeñas empresas del comercio y los servicios. El comercio siempre se ha transformado siguiendo a sus clientes, esa es su razón de ser. Y a veces, el cliente va mucho más rápido. Sin esa adaptación continua no hay negocio ni servicio que resista la competencia. La digitalización puede implantarse gradualmente y ha de hacerse para subsistir y mejorar, y por una razón por encima de todas: el cliente lo pide y lo necesita, porque el cliente ya es digital en su vida, en su comportamiento, en el trabajo, en el ocio, en sus relaciones sociales, etc. Para las pymes, el simple hecho de tener una web, o de relacionarse con los clientes a través de las redes sociales, supone haber empezado ya en el mundo de lo digital. De ahí a la venta online hay muchos pasos intermedios, como el uso de aplicaciones y sistemas digitales para gestionar el día a día de la empresa, la geolocalización y el geomarketing de los puntos de venta, la fidelización de clientes, los medios de pago digitales, el uso de marketplaces o de APPs, las nuevas tecnologías digitales en el punto de venta, etc.
Digitalizar una empresa física, por pequeña que sea, dependerá de modelo de negocio y del cliente, es algo que se puede hacer poco a poco, de forma programada para que los resultados puedan evaluarse. Es el momento de empezar y para eso hay que informarse, formarse, ir de la mano de profesionales, inspirarse en otros que han hecho bien las cosas y que nos eviten dar pasos en vano o cometer errores. Por eso, desde el jueves 25 y hasta el sábado 27 de octubre, organizamos Retail Future 2018, un showroom sobre la digitalización de comercios e industrias artesanales, que tendrá lugar en el marco del 29 Salón Internacional de la Franquicia, en la Feria de Valencia (SIF). Durante tres días, expertos, profesionales y comerciantes de éxito, explicarán todo lo que necesita saber sobre la digitalización del pequeño comercio. Y, además, habrá un espacio de networking para intercambiar información y compartir experiencias. Será una excelente ocasión para que muchos pequeños comercios y artesanos de la Comunidad Valenciana superen sus miedos y den sus primeros pasos para emprender el proceso de digitalización que, hoy por hoy, es necesario para su subsistencia.
Agustín Rovira es director de la Oficina de Pateco del Consejo de Cámaras de Comercio de la CV