VALENCIA. Podemos en la Comunitat Valenciana se enfrenta a momentos clave para su futuro tanto en el aspecto de organización interna -con reestructuración de cargos y funciones- como en el ámbito político -con la posible entrada al Consell-. De esta manera, el secretario autonómico de la formación morada, Antonio Montiel, ha decidido accionar la palanca de cambios con el objetivo de "fortalecer" el partido, una maniobra que activó de forma accidental el pasado viernes con la destitución vía Telegram de la responsable de Organización, Sandra Mínguez, que se enteró de su cese por un mensaje que no iba dirigido a ella, sino a Pablo Echenique.
La decisión causó un fuerte revuelo, no solo por las formas, sino por la notoriedad de la afectada, activista en el 15M y una de las primeras caras visibles de Podemos en la Comunitat Valenciana cuya labor es valorada por los círculos de la formación morada. De hecho, esta destitución tapó otra de las medidas que el líder del partido adoptó en ese Consejo Ciudadano Valenciano: el nombramiento de seis nuevos miembros del órgano, según apuntaron fuentes de la formación morada.
Así, los nuevos componentes del CCV que tendrán voz pero no voto son, en el área de política municipal, María Giménez, concejal de Sagunt, Óscar Langa, edil en la Vall d’Uixó, Mario Jordá, regidor en Museros y Salvador Andújar, concejal de Navarrés. Además, también entran la abogada Marisa García, para el área de relaciones con la sociedad civil y Virginia Ten, matrona, para las áreas de Sanidad e Igualdad. Estas designaciones, que Montiel tiene la potestad de abordar, se llevan a cabo para cubrir las dimisiones -algunas por circunstancias laborales y otras por desacuerdo con la línea de la dirección- que se han ido produciendo a lo largo de los últimos meses: en concreto, las de Juan Cebolla, Ana Bedrina, Oscar Piera, María Diago (ex alto cargo del Consell), Francisco Simón y Manuel Pacheco.
Unos cambios que preceden a los que apuntan a anunciarse este miércoles en la reunión del Consejo de Coordinación -órgano de carácter Ejecutivo compuesto por 11 miembros-, una versión reducida por así decirlo del CCV encargada de la gestión más diaria. De esta manera, se prevé una reestructuración en el reparto de áreas así como en varias de las personas que las ocupan, o al menos así lo intuyen fuentes del entorno del líder de Podemos.
Los críticos con las variaciones las consideran "arbitrarias" y "sin debate" y deslizan que Montiel ha comenzado una "lucha por la supervivencia" por su "carencia de respaldos sólidos" en Madrid. Así, apuntan a que el líder podemita trata de "blindarse" con una rápida entrada en el Consell, una posición que podría reforzarle dentro de la formación morada.
Una perspectiva que en cierta medida comparten miembros de la corriente interna Entre Tots Podem (ETP), que lamentan que estos seis nombramientos se hayan hecho "a dedo" sin tener en cuenta a los componentes de esta sensibilidad, que figuraban entre los siguientes de la lista más votados. "Se ha evitado la pluralidad aprovechando el sistema arbitrario que se instauró en su día en Vistalegre y que concentra una gran acumulación de poder en pocas manos", explican fuentes de ETP.
En este sentido, las distintas fuentes consultadas por este diario rechazan la idea de que los movimientos adoptados por Montiel se sitúen en una clave nacional como un enfrentamiento entre seguidores de Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. No obstante, desde los sectores críticos admiten que la premura con la que el también síndic de Podemos ha querido afrontar la entrada en el Consell ha generado roces con los que defienden, además de la obligada consulta ciudadana, un debate político interno más pausado y abierto, como ha hecho públicamente la propia Sandra Mínguez.
Mientras, en la otra orilla, desde el entorno de Montiel se defiende la potestad del líder de Podemos para acometer los cambios hasta ahora adoptados enfocados para, suscribiendo sus palabras, "tejer complicidades con nuevas perspectivas que hagan énfasis en el nuevo ciclo político".