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el tintero / OPINIÓN

Rescáteme

Las escenas de esta semana son de contrastes, primero un Sánchez sin papeles ni mascarilla antes los líderes europeos, luego llegada entre aplausos con sus ministros y en la calle miles de jóvenes médicos protestando con razón

22/07/2020 - 

La situación por estas fechas suele ser de calma debido a las vacaciones estivales, los medios buscan informaciones, pero la falta de actividad parlamentaria suele dejar huérfanos de grandes titulares a las cabeceras, pero este año todo es distinto, todo. Sin duda, no olvidaremos este 2020, el año de la pandemia, del covid19, del coronavirus. Como en toda crisis, surgen voces que consideran que hay que ver el lado positivo, buscar las enseñanzas y las posibilidades de mejorar en los momentos más difíciles. Muchos formadores hablan de resiliencia. 

La actitud es importante y el simple hecho de intentar ver la botella medio llena o de guiarnos por un positivismo no utópico, puede ser de gran ayuda en un momento tan complejo para todos. Ahora bien, si analizamos lo que está ocurriendo, es difícil no ver demasiados puntos negros, áreas de mejora en la gestión de nuestro gobierno y porqué no decirlo, también en el compartimiento de la sociedad en general. Cada vez más voces claman por una responsabilidad individual para contener los nuevos rebrotes, frente a la descoordinación e improvisación de las diferentes administraciones. Pero la confianza en la especie humana tampoco parece la esperanza para solucionar nuestros problemas. 

Las imágenes de la cumbre europea durante los últimos días fueron bastante clarificadoras, la soledad del presidente español, la “pérdida de papeles” en las reuniones, ni un simple folio para tomar notas o hacer un garabato, en alguna foto no llevaba ni la mascarilla. Mientras, el gurú del gobierno que lleva meses explicando lo que ocurre con la pandemia con exceso de rectificaciones y contradicciones y un aspecto desaliñado que resta la necesaria seriedad para una situación tan grave, se le ve haciendo surf en Portugal como si no pasara nada. Otra imagen que dejó claro aquel lema déspota de “haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga” y que resta la poca credibilidad que tuviera el experto en virus.

En medio de esta situación, tras la ayuda de la UE, el presidente se permite llegar entre aplausos como si de un triunfo deportivo se tratara y celebrando que nos tienen que ayudar y nos vamos a endeudar, pero aquí no pasa nada. Otra escena que me parece pueril y ridícula, y denota que los ministros actuales no tienen la categoría personal que se presupone a un alto cargo de una nación como España, claro que las formas son importantes en política, y en la vida. La pérdida del decoro no es nada de lo que sentirse orgulloso, y tras una crisis sanitaria, social y económica y con un país hecho trizas, el simple hecho de aplaudir y sonreír en sede gubernamental, es sinceramente lamentable. 

La voz de los MIR

Entre todo este circo, alzan su voz los jóvenes médicos, los populares MIR -Médico Interno Residente-, estos días en nuestra ciudad han salido a la calle a protestar y con razón. Un colectivo formado, abnegado, que en esta crisis parece que no hemos aprendido a valorar lo suficiente y encima maltratado por las administraciones. Cualquier chiringuito ideológico recibe una suculenta subvención y prebendas, mientras los médicos que nos cuidan y nos curan son ninguneados y sometidos a extenuantes jornadas de trabajo. Algunos de los lemas que se podían leer en las pancartas resumían de manera brillante la injusticia a la que están siendo sometidos: 

“Que los aplausos se conviertan en derechos.

Los aplausos no nos dan de comer.

Soy MIR quiero dormir.

No es formación, es explotación.

Contra el virus de la explotación.”

El colectivo sanitario sale a la calle, y como sucede con otros colectivos clave para el buen funcionamiento de una sociedad, no sólo protesta y reclama algo que es justo, sino que lo hace con urbanidad y educación, sin romper, manchar ni ofender. Algo que también es de agradecer en una época tan dada a la mala educación en la vía pública, especialmente cuando de manifestaciones o actos multitudinarios se trata. 

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