las áreas controladas por los socialistas, en el punto de mira

Respiro para Compromís: los altos cargos del PSPV en el Consell pasan a primera línea de fuego  

27/09/2017 - 

VALÈNCIA. Un buen número de altos cargos socialistas del Gobierno valenciano empiezan a sufrir los rigores de la legislatura. A lo largo de los ya más de dos años de mandato, el PSPV ha presumido de mayor experiencia y agilidad en la gestión respecto a los departamentos controlados por Compromís. Bien es cierto que en algunos casos podría interpretarse que la novel formación valencianista estaba pagando la 'novatada' de ser la primera ocasión que se situaba en el puente de mando: no obstante, diversas circunstancias, errores o incluso la propia coyuntura han llevado a que, en este momento, los altos cargos del PSPV sean los que se encuentran en primera línea de fuego.

Es el caso de conselleras como la responsable de Sanidad, Carmen Montón, la titular de Justicia, Gabriela Bravo, el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, el número dos de Educación, Miguel Soler, o en breve, el conseller de Hacienda, Vicent Soler. Unos dirigentes que deben enfrentarse a un desgaste que, en los últimos meses, parecía exclusivo de altos cargos de Compromís como el conseller de Economía, Rafa Climent, o la titular de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián.

Así, una de las áreas que en los últimos tiempos está ocupando un amplio espacio del foco informativo es Sanidad. Un departamento, sin duda, fundamental que suele tener una importancia notable en cualquier gobierno: ahora bien, el declive orgánico en el PSPV de Montón -fuera de la dirección del partido estatal y autonómica- ha traído como contraprestación un incremento de visibilidad de la consellera en distintas cuestiones que están absorbiendo buena parte de la agenda mediática. La ya anunciada reversión del Hospital de la Ribera, la recientemente confirmada de Dénia o la ruptura con el IVO son retos nada desdeñables que la titular de este departamento debe enfrentar y resolver con éxito. En cualquier caso, resulta evidente que Montón no va a pasar inadvertida en lo que queda de legislatura.

Tampoco está viviendo un inicio de curso político tranquilo la responsable de Justicia, Gabriela Bravo. Al margen de las tensiones internas con Compromís que causaron una parte esencial del conflicto en el Seminari de Govern celebrado en Ademuz el mes de julio, el incendio acaecido en la Ciudad de la Justicia está poniendo aprueba la resistencia de la consellera. Este mismo martes, Bravo se enfrentaba a la comisión de Les Corts para explicar el incidente bajo la presión de PP y Ciudadanos.

Otro alto cargo socialista que nota el calor del foco mediático estos días es el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, dado que en el eje de su área de influencia se ha abierto un debate -impulsado en buena medida por Podemos- que está generándole ciertos apuros. Así, la exigencia por parte de la formación morada para la instauración de una tasa turística -a la que el dirigente socialista se opone alineándose con el sector hostelero- está ocupando un interés creciente en los medios de comunicación. Al margen de si finalmente la vía utilizada para ello es la de los municipios, al secretario autonómico se le une este reto al de la regulación de los apartamentos turísticos.

A todos ellos hay que sumar que el centro de la diana será ocupado en breve  por el conseller de Hacienda, el también socialista Vicent Soler, que tiene la nunca suficientemente pagada tarea de cuadrar los próximos presupuestos autonómicos. Una circunstancia que empieza ya a ocupar el tiempo de las diferentes carteras cuyos responsables comenzarán un desfile en dirección al departamento de Soler, que sufrirá -junto a su equipo- una sobrecarga de trabajo y exposición mediática en las próximas semanas hasta la aprobación de las cuentas de 2018.

Pese a este protagonismo de altos cargos del PSPV, es indudable que un conseller de Compromís está acaparando buena parte de la atención mediática especialmente en los últimos meses. El titular de Educación, Vicent Marzà, debe lidiar con los tribunales y el revuelo de su decreto de Pluringüismo -aparte del debate abierto con la enseñanza concertada-, una cuestión que viene prolongándose desde hace meses y que seguirá presente a corto y medio plazo salvo sorpresa. Ahora bien, varias fuentes socialistas inciden que precisamente en este departamento las consecuencias de la gestión son, más que en cualquier otra área, "compartidas" dado el importante papel que ocupa el secretario autonómico de Educación, el socialista Miguel Soler, que posee predicamento y galones para dar la cara ante la comunidad educativa. 

En este sentido, no son pocos los dirigentes del partido que también puntualizan que aunque Marzà es uno de los consellers más expuestos, precisamente es uno de los más defendidos y protegidos por el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que en numerosas ocasiones ha mostrado su preocupación por respaldar al titular de Educación.




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