Foto: KIKE TABERNERBRUSELAS. El Corredor Mediterráneo está sufriendo un retraso importante por la lentitud del proyecto a su paso por Francia y la descoordinación de los Estados miembros para ejecutar un proyecto que debería estar finalizado en 2030. Así lo ha denunciado la eurodiputada valenciana Inmaculada Rodríguez-Piñero en el seno de la Comisión TRAN del Parlamento Europeo, señalado el aislamiento de España en general y, en especial, de Valencia con el resto de países de la Unión Europea (UE).
La Comisión de Transporte del Parlamento Europeo (TRAN) se ha reunido para debatir los corredores mediterráneos y el estado de las infraestructuras, que deben estar culminadas en 2030. La eurodiputada Inmaculda Rodríguez-Piñero le ha planteado los problemas de la Comunitat Valenciana a la Coordinadora Europea del Corredor Mediterráneo, Iveta Radičová. Los coordinadores de la comisión han señalado los anteriores retrasos de España en años anteriores, pese a que ahora han aumentado la actividad con el acceso a proyectos europeos, en concreto en Valencia y Algeciras.
El corredor ferroviario en la costa mediterránea occidental sigue siendo la gran olvidada, no sólo por el proyecto europeo sino también por las políticas del anterior gobierno del Partido Popular, que obvió introducir a Valencia y a Barcelona en el corredor mediterráneo, siguiendo con las políticas de la España radial centralizada en Madrid.
La coordinadora Iveta Radičová, destacó que el tramo entre Tarragona y Valencia ha mejorado, aumentado la velocidad y reduciendo el tiempo con Barcelona. “Me he reunido con los colegas de Valencia. En españa hay un plan ambicioso para ampliar la red de ferrocarriles y evitar el aislamiento de la península a través de la línea Alicante, Valencia, Sagunt y Tarragona”, añadió Radičová.
Por su parte, Rodríguez-Piñero, que no pudo entrar al principio de la reunión por problemas técnicos, hizo llegar sus preguntas a la Comisión TRAN explicando que “el Corredor Mediterráneo sigue enfrentándose a múltiples retos debido a la insuficiente capacidad de los nodos y a los cuellos de botella existentes”. La eurodiputada valenciana reivindicó que “España tiene que seguir aumentando las inversiones en el Corredor Mediterráneo para que cumpla plenamente con los requisitos de las redes transeuropeas de transporte, pero otros países como Francia deben seguir su ejemplo”.
La coordinadora recordó el retraso de Francia en las obras ferroviarias de los tramos de Lyon, Marsella, Montpellier y Perpignan. Rodríguez-Piñero insistió en que “es imprescindible conseguir la conectividad ferroviaria con los principales aeropuertos y prestar especial atención a los nodos urbanos que forman los puntos de cruce con otros corredores de la red principal, como los nodos de Valencia, Madrid, Barcelona, Lyon, Milán, Venecia y Budapest”. Radičová recordó que quedan nueve años para seguir con este proyecto de corredores transeuropeos.
La eurodiputada ha urgido a “superar los cuellos de botella y terminar los enlaces estratégicos”. En concreto, Francia tiene que completar a tiempo el tramo internacional transfronterizo Lyon-Turín y la nueva línea entre Perpginan y Montpellier. “Los retrasos de Francia pueden convertir a España e Italia en islas ferroviarias, al quedar bloqueados en Francia sus pasos hacia el norte y el centro de la Unión Europea”, defendió Rodríguez-Piñero.
Sólo muy recientemente, Francia ha manifestado una posible aceleración de los planes de construcción del tramo Montpellier-Perpignan, previsto inicialmente para 2040, y que es imprescindible para lograr la comunicación del Corredor Mediterráneo. En este sentido, la eurodiputada insistió en que “España es hoy una isla ferroviaria para el transporte de mercancías por los diferentes sistemas tecnológicos existentes, como el ancho de vía, la electrificación y los ERTMS”. Por ello, pide una “especial sensibilidad” a la Comisión, “para promover la interoperabilidad de la red ibérica con la del resto de la Unión”.
De otro lado, resaltó una de las características esenciales del Corredor Mediterráneo, como es la “conexión entre puertos y ferrocarril”, por lo que pidió políticas activas para impulsar estas actuaciones, y ”una mayor integración del Corredor Mediterráneo con el transporte metropolitano, que permita a los servicios ferroviarios relacionados con los nodos urbanos ser más competitivos y captar más usuarios”. En concreto, se refirió al túnel pasante de València, la estación de la Sagrera en Barcelona o la integración de Murcia.
Por último, Rodríguez-Piñero comentó que el Gobierno de España invertirá en 2021, gracias a los presupuestos generales, y al fondo de recuperación y resiliencia, 1.944 millones en el corredor mediterráneo. Por lo que alerta de si todos los Estados miembros se han tomado igual de “en serio” los fondos Next Generation para cumplir con el objetivo de terminar el 2030 el corredor mediterráneo.
El transporte es responsable de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE, y que para alcanzar el objetivo de neutralidad climática de aquí a 2050, las emisiones procedentes del transporte deben reducirse en un 90 %, y un 55 % en 2030. El ferrocarril es el único modo de transporte que viene reduciendo sistemáticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero desde 1990. Sin embargo, el 75 % del transporte interior de mercancías sigue realizándose por carretera. Por tanto, el Corredor Mediterráneo es una de las infraestructuras básicas para alcanzar los objetivos del cambio climático.
Con una longitud aproximada de 3.000 km, el Corredor Mediterráneo es la mayor infraestructura puesta en marcha para unir el sur con el norte de Europa y el este con el oeste, proporcionando un enlace multimodal de los puertos del Mediterráneo occidental con el centro de la UE y conectando algunas de las principales zonas urbanas de la UE con trenes de alta velocidad.
