Opinión

Revista Plaza Principal

La vida a cara o cruz

Cerebro tiempo memoria gas

Publicado: 24/03/2025 ·06:00
Actualizado: 24/03/2025 · 06:00
  • Ilustración 'Cerebro tiempo memoria gas'
Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

Nuestro cerebro transita desde el instinto hacia la introspección, donde cada sinapsis es un paso en la búsqueda de nuestra comprensión y el universo que nos rodea. El tiempo, ese escultor que moldea nuestro cuerpo con historias y cicatrices, y la memoria, que se cree joven, nos invitan a redescubrir la belleza de cada arruga y recuerdo.

Y el gas. Un problema físico que resulta difícil de controlar y me incomoda. Ahí está, presente en los momentos más inesperados. Basta con que haga un pequeño esfuerzo, como sacar el móvil del bolsillo, para que sin previo aviso, pret, se dispare alguno. Así que he decidido tomar algo con un amigo gastroentendidólogo. Hemos hablado de inteligencia, del cosmos... y de mi problema flatulento.

Sobre lo que me está ocurriendo ha apuntado tajante que es motivado por la cantidad de bebidas gaseosas que ingiero de forma continuada. Vamos, que utilizo refrescolinas como gasolina y, claro, esa bomba por algún lugar tiene que salir.

«No bebes alcohol —me dice—, pero consumes una gran cantidad de azúcar, lo que hace que si no la digieres en el estómago pase al intestino grueso. Ahí bacterias y partículas de hidrógeno, dióxido de carbono y metano se combinan con sulfuro de hidrógeno y amoniaco, más el efecto bombín del que te hablaré más adelante, creando una mezcla explosiva. Ese gas busca su tubo de escape natural de expulsión».

Escucho con atención, pero le digo  que ese ya no es mi problema. Hace tiempo que dejé lo de la coca, a la que estuve muy enganchado. Ahora solo consumo alguna lata cada quince días, y de tónica, porque me gusta, aunque tiene mucho gas y noto cómo mi cuerpo se convierte en escopeta de aire, o mejor de viento comprimido. Esa acumulación de gas luego resulta muy útil, me ayuda a disparar mejor.

—Debes olvidarte de todas esas bebidas azucaradas que no aportan ningún beneficio a la salud. Si las sigues consumiendo solo conseguirás engordar, que te salgan caries, diabetes y que te pedes sin control. Apostaría a que las tienes todas, ¿a que sí? Y te digo más: también deberías dejar el pan, los bizcochos, magdalenas y todo eso, que provienen de fermentaciones con levadura, también producen CO2. Ah, una cosa más, ¿te masturbas con frecuencia?

—¿Eso a qué viene ahora?— le contesto sorprendido.

—Sabes para qué sirve un bombín, ¿verdad? Pues se ha descubierto que si le das mucho al cuello del ganso, pequeñas partículas de aire se cuelan en el interior de las turmas, de ahí a la vejiga, pasan al estómago, y, obviamente, ese globo tiene que explotar.

—¿Eso va en serio?

—Por supuesto. Haz lo que te digo y solucionarás el problema. Por si no haces caso a mis consejos te voy a dar un remedio casero que te vendrá muy bien: de vez en cuando unta pasta de dientes en el perímetro de tu ano. Puede que te cause enrojecimiento, ardor o alguna molestia, pues es zona muy sensible, pero no le des importancia; te lo mantendrá prieto, tan prieto, que hasta podrás estornudar sin contratiempos. Pruébalo y ya me contarás.

Nuestro cerebro es como un tubo de pasta de dientes. Lo presionas y expulsa recuerdos de forma inevitable. El cuerpo humano tiene sus propios mecanismos para liberar gases. Las flatulencias, consideradas tema tabú, pueden evocar memoria a situaciones embarazosas o divertidas que influyen nuestra percepción social.

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo

Senyor Pirotècnic...
Gonzalo Calvo, portada de marzo de la revista Plaza