VALÈNCIA. Joan Ribó no quiere hablar sobre la renovación de su candidatura a la alcaldía de València hasta el verano que viene. Así se pronunció este martes en el primer foro político organizado por la Real Sociedad Valenciana de Agricultura 'Mi visión sobre València'. Un ciclo de coloquios por los que pasarán diversos representantes de la política y de la sociedad valenciana, y que se centra en el análisis y propuestas de futuro para la capital.
Lo cierto es que el primer edil siempre había manifestado su deseo e intención de retirarse después de dos legislaturas en la silla principal de la ciudad de València. Sin embargo, ahora que el momento de tomar una decisión se acerca, prefiere mantenerse más cauto. O al menos eso es lo que se desprende de sus últimas declaraciones, que van en la misma línea de lo que ya había expresado anteriormente: mantener la cuestión en el aire.
Así, Ribó deja la puerta medio abierta -o medio cerrada- a la carrera por la alcaldía que se librará en el año 2023, y que promete ser tan dura como las anteriores. Y es que, el equilibrio de fuerzas entre izquierda y derecha se decidirá presumiblemente por una diferencia mínima, como ya pasara por ejemplo en esta misma legislatura, cuando un único concejal inclinó la balanza a favor del PSPV y Compromís. 17 y 16. Un tablero de delicada jugada que por el momento se queda con las dudas de una de sus piezas principales.
Pero no fue ese el único tema que trató Ribó durante su tarde en el Casino de Agricultura. De hecho, el alcalde se sometió a una bien nutrida batería de preguntas en las que se trataron diferentes temas de la ciudad de València, desde la política hasta el urbanismo, pasando también por la movilidad e incluso su propia carrera personal y profesional.
Una de las principales preocupaciones fue la movilidad, que salió a colación en distintas ocasiones durante las dudas planteadas por los asistentes, que en su inmensa mayoría eran asociados de la agrupación. A este respecto, afearon algunas cuestiones como por ejemplo la dificultad de articular las conexiones entre diferentes métodos de transporte público, así como el "deficiente" servicio de empresas como Cercanías. Críticas a las que el alcalde también se unió, incidiendo en la necesidad de una red ferroviaria "digna" para el área metropolitana de València.
También adquirió peso la mejora del tráfico a las entradas de la ciudad en horas punta, un problema que ya en diversas ocasiones se ha planteado atajar a través de aparcamientos disuasorios y servicios de transporte público mucho mejor conectados y más eficientes. Y, ya de paso, también se sacó a colación de este respecto la progresiva peatonalización de la ciudad de València.
Una medida que se topa con sensibilidades encontradas pero que por norma general podría ser bien acogida si, de nuevo, viniera acompañada de mejores servicios a la ciudadanía. Especialmente teniendo en cuenta que recorta espacio para el vehículo y que, por ende, podría convertirse en un problema si no se buscan alternativas a la movilidad.
Otro de los temas candentes que trató Ribó durante el coloquio fue la ampliación del puerto, cuestión a la que desde su partido se han opuesto muy vocalmente. En este sentido, el alcalde reiteró la idea de que la Declaración de Impacto Ambiental que se expidió en su momento "no es adecuada", aunque también reconoce que desechar totalmente el proyecto llegados a este punto es "complicado". Todo ello teniendo en cuenta que el dique ya se ha iniciado y que además las obras cuentan con una dotación de fondos europeos a los que sería delicado renunciar. Aun así, cree que hay margen para el debate y para presentar un proyecto "de consenso" que tenga el menor impacto posible sobre el litoral valenciano.
Aunque, dentro de este contexto, su verdadera preocupación es la logística. Es decir, cómo se gestionarán los miles de contenedores nuevos que llegarán a la ciudad de València una vez se haya consumado del todo la ampliación del puerto. A este respecto, el primer edil manifestó su "preocupación" por un posible colapso de las infraestructuras, e incidió en la idea de nuevas conexiones ferroviarias para poder transportar las mercancías. Una solución que no solo será medioambientalmente más sostenible que la carretera sino que además también funcionará de manera más eficiente, al permitir más volumen de movimiento en menos desplazamientos.
Por su parte, Joan Ribó también recordó el rechazo que sintió en su momento a la ZAL de La Punta, y ha manifestado que las cosas "se hicieron como se hicieron" y que la historia "no se puede cambiar ahora". Sin embargo, sí que ha trasladado la intención de recuperar la zona para adaptarla y hacerla más amable dentro de las circunstancias. Actuación que también se unirá a otras como la urbanización del último tramo del nuevo cauce del Turia en el barrio de Nazaret o el desarrollo del futuro PAI del Grao.
Preguntado por su visión de futuro para la ciudad de València, el alcalde resaltó cuatro puntos fundamentales: un entorno sostenible y libre de carbono, donde predomine el uso de las energías renovables; una ciudad próspera y emprendedora con iniciativas que atraigan la inversión; una capital creativa dentro de los ámbitos del diseño y de la innovación y que, sobre todo, mantenga en todo momento su espíritu mediterráneo.
A este respecto, remarcó la importancia de mantener València como una ciudad mediana y manejable, "que está muy bien en 800.000 habitantes, no hace falta que crezca más". Así, hubo incluso guiño para sus compañeros del PSPV a cuenta del no nombrado pero sí en cierto modo presente PAI de Benimaclet: "La ciudad no hace falta que crezca más, y menos a costa de destruir huerta", incidía Ribó, al tiempo que recordaba que en València todavía existe una nutrida cantidad de solares vacíos en los que poder construir viviendas. "Crecer hacia dentro", en definitiva.
Y, por supuesto, también hubo entre el público quien no se resistió a preguntar por el tema del pancatalanismo, cuestión que el primer edil no eludió de ninguna manera: "Depende de lo que estemos hablando. En cuestiones culturales y lingüísticas creo que es evidente que existen muchos parecidos, pero si me pregunta por una unión política, la respuesta es un rotundo no".