VALÈNCIA. (EFE) El alcalde de València, Joan Ribó, asume que la gestión del tráfico y la movilidad "siempre" genera críticas y debate en la ciudad y, aunque cualquier cambio requiere un proceso de adaptación, ha defendido que los ritmos que impone un "entusiasta" concejal de Movilidad Sostenible Giuseppe Grezzi "no son exagerados", por lo que no le parece que su gestión pueda restarles votos.
Durante "Los Desayunos de la Agencia EFE en el Colegio de Abogados de Valencia", Ribó se ha manifestado en estos términos al ser preguntado por si un exceso de entusiasmo al plantear determinadas medidas puede generar más rechazo del esperado y traducirse en una pérdida de votos, sobre lo que ha asegurado que comparte el entusiasmo de su concejal de Movilidad pero "quizás de otra manera".
Ribó ha apuntado que con el tráfico solamente no se tienen críticas "si no haces nada, que es lo que pasaba en la anterior legislatura", ya que los cambios pueden beneficiar a unos y perjudicar a otros y "siempre se requiere un proceso para que las personas se vayan adaptando".
"Grezzi está explicando mucho las cosas. Es una persona atacada directamente por algunos medios y fuerzas políticas pero me da la sensación de que los ritmos que impone no son exagerados, se explican -los cambios- y si hace falta, se cambia alguna cosa", ha agregado.
Ha añadido que las críticas de los hosteleros cuando se habla de peatonalización son "un clásico" y que, pese a las quejas, los ciudadanos reconocen que quieren una ciudad con calles más peatonalizadas pero todo lleva su "proceso" y ha valorado que avanzar es ese sentido "como se ha hecho en toda Europa, es positivo".
El alcalde ha destacado que precisamente su modelo de ciudad es aquel en el que las personas mayores y los niños puedan "disfrutar de la calle" y haya suficiente espacio para andar, de tal forma que, "como decía el que fuera alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, la calle sea "su segunda residencia".
"Pero eso no se hace en dos días, los cambios han de hacerse de forma que la gente los acepte, tienen que ir a una velocidad determinada", ha apuntado.
Ribó, quien ha señalado que en la ciudad no hay grandes congestiones de tráfico más allá de alguna obra concreta porque ya "se ha normalizado" la situación en la Avenida del Cid tras quitar las pasarelas, ha resaltado que el "cuello de botella más importante" que tienen son las entradas y salidas de la ciudad, donde hay "una congestión importante" que, ha dicho, contrasta con la disminución del tráfico en la ciudad, que "bajaría más con un transporte metropolitano".
"Mientras el coche privado dentro de la ciudad está bajando, en las entradas y salidas está aumentando drásticamente y eso es un problema", ha reconocido, si bien ha dicho que para solucionarlo son necesarios recursos del Estado para el transporte metropolitano porque sin ese apoyo, "no se puede avanzar" en cuestiones como la implantación del billete único o el aumento de las frecuencias y cree que con los 38 millones que han solicitado estos aspectos se podrían abordar.
"Son competencias que se nos escapan pero nos afectan directa y brutalmente", ha concluido.
El alcalde se ha referido también al problema de los apartamentos turísticos y ha abogado por que el Ayuntamiento lleve a cabo un "control drástico de este negocio" una vez que Les Corts han aprobado este martes introducir en el proyecto de ley de Turismo que las viviendas de uso turístico son "inmuebles completos" y precisan de un informe municipal de compatibilidad urbanística que permita ese uso.
Ribó ha asegurado que el crecimiento de este tipo de inmuebles les "preocupa" y "hay que ponerle coto" pues "hay fondos de inversión, muchos de ellos un poco abuitrados, que están comprando muchos pisos para alquiler porque han llegado a la conclusión cierta de que lo apartamentos turísticos de alquiler son un negocio, y eso es motivo de preocupación".
Ha añadido que hay gente joven en una situación delicada por la crisis y muchos "se ven tirados de sus casas de alquiler por este crecimiento", por lo que València lo va a controlar "seriamente".
Aunque "el turismo es el primer elemento económico" València, Ribó ha abogado por un "turismo controlado" que evite que la ciudad se convierta en un "parque temático como Venecia".
Se ha mostrado partidario de una tasa turística, pero no para evitar la llegada de turistas como en Ámsterdam sino para que "ayuden a sufragar los costes de servicios" que se incrementan por su llegada, como la limpieza o la seguridad.
Ha defendido que cada ayuntamiento debe decidir si le interesa imponer esa tasa, pero no debería instaurarse de forma generalizada en toda la Comunitat Valenciana.
Asimismo, ha resaltado que los apartamentos turísticos preocupan especialmente en el Cabanyal, un barrio en el que no nota "críticas sino desesperación por querer que todo vaya más rápido" y en el que ha reconocido que van "lentos" en aspectos urbanístico pero en el que ha valorado que "se ha avanzado mucho" a nivel social y sus vecinos "son conscientes".