VALÈNCIA. El exsecretario general del PPCV Ricardo Costa se encuentra ante una de las situaciones más complicadas de su vida. Costa decidió en enero ‘cantar’ todo lo que sabe de las financiación irregular del PPCV y ese cambio de actitud lo ha convertido en una pieza fundamental de la particular partida de ajedrez que la Fiscalía Anticorrupción está jugando con el PP. Pero al mismo tiempo que ha pasado a ser ‘la reina’ de las blancas, sus declaraciones lo han convertido en la principal pieza a batir de las negras.
Desde hace unos meses, el que fuera mano derecha de Camps asegura estar recibiendo amenazas, algunas de ellas de extrema gravedad. De hecho ya pidió protección de testigos en València a finales del mes de mayo pero no se le concedió. Costa está viviendo lo que otros muchos testigos de temas de corrupción llevan denunciando años.
Valencia Plaza se ha puesto en contacto con el Ministerio del Interior para preguntar sobre el asunto. Según fuentes del ministerio "no llegó ninguna petición al respecto. En el caso de que hubiera llegado se habría otorgado ya que cuando desde un juzgado o la Fiscalía se solicita este tipo de medida siempre se tramita pues así consta en una orden interna del propio ministerio".
Este periódico trató de comprobar en Anticorrupción, que es donde Costa presentó la petición, si dicha solicitud se transmitió a Interior, a la magistrada de Instrucción 17 de Valencia o si, por el contrario, se quedó en la Fiscalía. Desde Fiscalía General de Estado respondió que informará "a la mayor brevedad posible".
Amenazas sin respuesta
Las amenazas, según Costa, no solo se produjeron hace más de un mes, sino que han continuado en el tiempo hasta ahora llegando a ser algunas en persona. La última de ellas la recibió Ricardo Costa este mismo miércoles mientras desayunaba antes de acudir a declarar como testigo, en la causa conocida como los Papeles de Bárcenas, en un bar cercano a la Audiencia Nacional.
La cara de Ricardo Costa a su llegada al juzgado hablaba por sí misma. No estaba nada bien. Así, durante la declaración ante el magistrado de la AN, el exsecretario general del PPCV le explicó al juez José de la Mata el calvario que está sufriendo y pidió ayuda por segunda vez. En ese momento, con las defensas delante, aseveró que las amenazas eran anónimas. Sin embargo, al término de la misma, Costa se quedó cerca de hora y media con De la Mata y el fiscal Anticorrupción Antonio Romeral explicando, más en profundidad, dichas amenazas.
Ahora será el magistrado José de la Mata la persona encargada de tramitar ante el Ministerio del Interior el problema de Ricardo Costa. Un problema que según ha podido comprobar este periódico es totalmente real. De hecho, las amenazas no solo le incluyen a él, sino a su familia más cercana.
La declaración
En cuanto a la declaración realizada por el que fuera mano derecha de Francisco Camps, lo más destacable además de la ratificación de lo ya explicado en sus diferentes comparecencias judiciales, fue su afirmación de que la gerente regional del PP era la persona encargada de blanquear el dinero negro para las campañas del partido. Y que, a su vez, el control sobre la gerencia la tenía Génova 13”. “La gerente era la que troceaba los donativos o cantidades entregadas en efectivo para eludir la ley”, han apostillado las fuentes que ha recalcado Costa.
Sobre el expresidente de la Generalitat Francisco Camps y el ex vicepresidente Víctor Campos, volvió a repetir lo que ya ha contado en diversas ocasiones, que fueron ellos dos quienes autorizaron los pagos de facturas falsas y los suplementos del acto de Mariano Rajoy en València que fue abonado con dinero en B.
Y en cuanto a la ratificación hecha en el juzgado, Ricardo Costa reiteró que José mayor Oreja, hermano del exministro Jaime Mayor Oreja, le entregó 150.000 euros en billetes de 500 euros que se sacó de un sobre que llevaba en un abrigo. Según sus palabras, ese dinero era para pagar los actos de Rajoy en la parte valenciana de la campaña electoral.